Los opresores que han intentado matar a los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), piensan que en estos días “santos” los mexicanos se van a limitar a descansar.
FERNANDO ACOSTA RIVEROS
"Para destrabar la vida nacional, necesitamos un partido en movimiento, comprometido con las demandas sociales”, expresó Andrés Manuel López Obrador el día viernes 19 de abril de 1996 durante un acto político realizado en el Teatro de la Ciudad de México. Quince años después, en 2011, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha lanzado una convocatoria donde llama a los ciudadanos a convertirse en protagonistas del cambio y trabajar por el renacimiento de México.
En 1996, el gobierno priísta de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) exigía a los dirigentes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que participaran en un diálogo. Desde la alta autoridad gubernamental se proponía una negociación entre los elefantes y las hormigas. Un sector del PRD defendía con valentía sus principios y resistía ante el neoliberalismo, mientras que los oportunistas, que siempre han existido en todos los partidos, desistían, para acomodarse en el sistema neoliberal proclamado como “civilizado y moderno”.
Fortalecer valores culturales, espirituales y morales es una de las propuestas que Morena destaca en una de sus 50 acciones para el renacimiento de la nación en 2011, un año en el cual crece el hartazgo en franjas cada vez más amplias de ciudadanos que consideran que el país merece y necesita urgentemente un cambio económico y político. Tres gobiernos sucesivos a partir del sexenio zedillista, el régimen del “cambio” de Vicente Fox Quesada (2000-2006) y los cuatro años de administración del espurio Felipe Calderón Hinojosa, se han negado a realizar transformaciones económicas y políticas que permitan armonizar y equilibrar la vida de las mayorías.
La actual guerra o combate “a la delincuencia organizada” es en la práctica un proyecto de intimidación y exterminio contra la población. Quieren asustar a los trabajadores, a los desempleados y a sus familias para que estén callados y soportando injusticias en silencio. Los opresores que han intentado matar a los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), piensan que en estos días “santos” los mexicanos se van a limitar a descansar. Los voceros del sistema hablan de la globalización y de las luchas por la democracia en países del Medio Oriente, pero olvidan, por ejemplo, que en la República Árabe de Egipto, los trabajadores pensaron en “fechas sagradas” y después de meditar decidieron actuar. No desistieron en su lucha contra un régimen corrupto. Apostaron por resistir y vencer. Esa situación puede repetirse en cualquier país del mundo.
La entrega de los bienes del pueblo mexicano a particulares nacionales y extranjeros, ha propiciado desde 1986 una escalada de violencia que llegó casi a generalizarse en todo el país. Miles de familias sencillas, de origen humilde han quedado desconcertadas y atrapadas ante los abusos de un sistema que durante los últimos 15 años le habla a través de su propaganda en radiodifusoras, canales de televisión y prensa sobre “el bienestar de la familia” y “el vivir mejor”.
Los opresores, muchos de ellos en las dirigencias de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), promueven la guerra cuando desconocen los derechos de los trabajadores. Priístas y panistas habían planeado aprobar en los “días santos” de abril una reforma a la Ley Federal del Trabajo. Afortunadamente, un distinguido grupo de abogados democráticos, académicos, estudiantes, estudiosos de los derechos, promotores de la vida, militantes de organizaciones y partidos progresistas, han denunciado los propósitos de la oligarquía en intentar dar otro golpe mortal a los trabajadores, eliminar sus conquistas y matar de hambre y miseria a más mexicanos en nombre de la libertad.
Uno de los representantes de esa oligarquía reaccionaria en la zona metropolitana tapatía, Arturo Zamora, coordinador de los diputados jaliscienses del PRI en la Cámara de Diputados, afirmó con la prepotencia que los caracteriza, que el retraso de la reforma laboral no se debe a las manifestaciones de repudio. Como es un año electoral y preelectoral, el influyente Zamora aseguró que su partido está abierto a escuchar otras propuestas y si es necesario modificar en algunos puntos la reforma laboral. ¿Habrá que darle gracias a los priístas, cómplices y coautores del fraude electoral de 2006? ¿Habrá que desistir y dejarles el camino abierto para que continúen aplicando sus métodos neoliberales y criminales contra la mayoría de la población?
En abril de 1996, Andrés Manuel López Obrador llamó a destrabar la vida nacional impulsando un partido (PRD) que se movilizara y comprometiera con el pueblo en sus demandas sociales. Esa colectividad está dividida, 15 años después, entre quienes desistieron de la lucha por conseguir prebendas y quienes continúan empeñados en trabajar por el renacimiento de la patria de Ricardo Flores Magón.