jueves, 24 de marzo de 2011

A propósito de la reforma laboral

Los diputados y senadores deberían comenzar por autoaplicarse la reforma laboral que proponen. Los que se supone nos representan elegidos por el voto ciudadano, nunca se vuelven a acordar de él porque se encuentran en esas sillas que utilizan cómodamente hablando por sus celulares, asisten cuando les viene en gana si no tienen algo mejor que hacer, cobran sueldos que agreden a la pobreza que existe en este país, viajan, tienen seguros de gastos médicos mayores para ellos y sus familias, nunca preocupados si existen medicamentos suficientes en las instituciones de salud, conversan en plenas sesiones al fin que ya hay acuerdos entre partidos de cómo votar.
Se dan las típicas palmaditas en la espalda cuando se saludan o despiden de abrazo, se trepan en un triste ladrillo y se marean de poder, les perdonan la vida a quienes manifiestan inconformidades prometiendo ayudarles a la brevedad que nunca llega, se inventan comisiones para cobrar un sobresueldo, van a los mejores restaurantes a despilfarrar lo que no les cuesta, tienen chofer y además están resguardados por personal de seguridad (guaruras) con camionetas y gasolina que les pagamos, etc., etc. "Nuestros impuestos no están trabajando".
Quizá sería conveniente que en lugar de ser electos por el voto ciudadano, fuesen contratados por tres meses a prueba, luego por seis meses, después por honorarios, subcontratados por una empresa outsourcing, todo ello para no perpetuarse en el poder pasando de funcionario público a diputado local, de un puesto en la burocracia y después al Senado, de ahí contender para gobernador y si no gana, se le da un puesto en el partido, después va para diputado federal, también pueden ser asesores o ser enviados a una embajada. Para entonces ya hicieron sus "ahorros" y pueden esperar a conseguir otro puesto.
Votar por alguno de ellos es perder miserablemente su tiempo, sólo ven por sus mezquinos intereses. Convendría mejor contratarlos, sobre todo a los del PRI y a los del PAN, que son los principales promoventes, por tiempo determinado y luego ya veremos si dan o no resultados. De ello dependerá si se les renueva otro contrato o los subcontratamos a través de una outsourcing, así nunca crearán antigüedad y de pasada nos ahorramos todo el dinero malgastado de sus campañas.
Gabriela Campos