Rolando Ramos
La Cámara de Diputados aprobó por 337 votos la minuta del Senado que reforma la Constitución para eliminar el llamado veto de bolsillo presidencial. El decreto se envió a las legislaturas de los estados para su ratificación por tratarse de una enmienda constitucional.
Una vez que la reforma sea ratificada por al menos 16 congresos locales, el Presidente de la República ya no tendrá la facultad metaconstitucional del veto de bolsillo, denominado así porque figuradamente el Presidente pone el documento en su bolsillo y se olvida intencionalmente de él, como señal de su negativa para promulgar y publicar la ley o el decreto de que se trate.
En adelante, se considerará aprobado por el Ejecutivo federal todo decreto no devuelto a la Cámara remitido dentro de los 30 días naturales siguientes, misma que deberá ordenar su promulgación en el Diario Oficial de la Federación.
“Se reputará aprobado por el Poder Ejecutivo todo proyecto no devuelto con observaciones a la Cámara de su origen dentro de los 30 días naturales siguientes a su recepción; vencido este plazo el Ejecutivo dispondrá de 10 días naturales para promulgar y publicar la ley o decreto.
“Trascurrido este segundo plazo, la ley o decreto será considerado promulgado y el Presidente de la Cámara de origen ordenará dentro de los 10 días naturales siguientes su publicación en el Diario Oficial de la Federación sin que se requiera refrendo.
“Los plazos a que se refiere esta fracción no se interrumpirán si el Congreso cierra o suspende sus sesiones, en cuyo caso la devolución deberá hacerse a la Comisión Permanente”, cita el nuevo inciso B del Artículo 72 constitucional.
El decreto detalla en su exposición de motivos que el espíritu de la reforma lograda consiste en perfeccionar el procedimiento para la creación de leyes y evitar que éstas sean obstaculizadas por discrecionalidad del Poder Ejecutivo, ya que la certeza jurídica no sólo se plasma en una ley, sino también en el procedimiento mismo de emisión.
La minuta, a decir de los legisladores, busca generar equilibrio político entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, debido a que el derecho de veto es un medio de control de poder con el cambio se impedirá el abuso discrecional por parte del Presidente de la República.
Para el legislador constitucionalista Jaime Cárdenas (PT), el llamado veto de bolsillo es una práctica autoritaria que no puede convivir con un sistema democrático, tampoco con un sistema de colaboración de poderes. “No se justifica en un sistema democrático, no se justifica en un Estado de Derecho democrático y por eso es importante esta modificación”.