martes, 9 de noviembre de 2010

Astillero Electricista. El SME ante la Agrupación Política Nacional.

Por Gerbycortocircuito.


Después de más de un año el SME pese a todo en contra sigue presente en la vida política del país y no solo eso, se ha consolidado como un movimiento por la reivindicación de los derechos de la clase trabajadora. Sin el SME el movimiento obrero no existiría. El capital político de este movimiento deberá ser traducido en una organización política capaz de aglutinar a las fuerzas progresistas del país que por muchas circunstancias (desencanto, desconfianza hacia la clase política, apatía, desinterés, etc) no han participado y no participaran en la vida política del país. El llamado del secretario general del SME Martin Esparza Flores en el estadio Azteca a la conformación de una agrupación política nacional (APN) es acertada. La lucha del SME deberá traspasar las fronteras de la recuperación del empleo. Sin embargo, la construcción de una nueva fuerza política debe estar acompañada necesariamente por la reinstalación de los compañeros que no han cobrado su liquidación ante la extinción ilegal de LFC.
Tomar como método de lucha a mediano plazo la lucha del SME por la recuperación del trabajo perdido a través de una APN y con ello resolver el conflicto, en caso de que la solución no esté en lo inmediato, es una posición muy arriesgada y sin un futuro prometedor dada la precaria situación económica de los compañeros en resistencia.
Existen prioridades importantes y la APN deberá irse construyendo alternativamente con la lucha de todos los que no nos hemos liquidado, pero NO DEBE SER EL PLAN B DEL SME a cambio de una respuesta desfavorable de parte del congreso a la iniciativa de reforma a la ley de servicio público de energía eléctrica.
Si bien es cierto que existe desencanto hacia la clase política (PRI, PAN y chuchos-PRD) ante los fraudes electorales, las maniobras y arreglos denominados “alianzas electoreras”, la falta de una autentica democracia partidaria, corrupción en las organizaciones políticas, apatía y desconfianza ciudadana etc. que sería deseable atraer y explotar, también debe tomarse en cuenta que para poder crear dicha expresión política, debemos ser cuidadosos en construir sobre “piso firme” y no cometer los mismos errores de los movimientos como 1968, el del neocardenismo de 1988 y el del neozapatismo de ser movimientos nacionales (incluso más fuertes y con presencia amplia mayor que el del SME) en solo ser entes burocráticos y movimientos pasivos que para este año 2010 no contribuyen para nada en la lucha política de las masas, sino hasta incluso ayudan ahora a la oligarquía contra los verdaderos adversarios de esta.
Por ello planteo que la APN deberá moverse a través de los siguientes lineamientos:

a) Deberá ser una organización nacional, constituida como dicen los conocedores “de abajo hacia arriba” hacia un comité directivo y no al revés. La idea de que en un inicio las representaciones de los grupos de trabajo del SME tomen la construcción de la APN es una posición muy cómoda para cualquiera y con pocos resultados. Cualquier agrupación política debe partir de sus comités de bases (células políticas de un territorio definido) con el fin de difundir en su ámbito de influencia los programas, los principios y las alternativas de clase son indispensables. El no realizar el trabajo desde abajo a través de los comités de base fue un error del PRD que en un inicio y gestiono la formación de estos comités, pero ante el miedo de su aparato burocrático que esta estructura tomara raíces y y decisiones dentro de dicho partido, opto por borrarlos del mapa política interno. No cometamos este mismo error y crear un membrete sin representatividad estructural.


Leer mas: laboratorio sme