Ser funcionario público de nivel alto y renunciar al cargo o ser
despedido de él no es, en México, motivo de vergüenza o desazón, sino de
júbilo… por la liquidación que se recibirá. En este sexenio, el
presidente Enrique Peña Nieto ha realizado medio centenar de cambios
entre los miembros de su gabinete (secretarios de Estado o directores de
empresas estatales) y en todos los casos las liquidaciones recibidas
por los salientes han sido de escándalo, millonarias en algunos casos,
en un país donde el salario mensual promedio apenas supera los siete mil
pesos.
En cuatro años Peña Nieto ha realizado al menos 50 cambios de
directores de dependencias gubernamentales. Tres de sus colaboradores
salieron en medio de escándalos de corrupción, otros fueron desplazados,
unos más contendieron por cargos de elección popular o terminaron
acomodados en otro puesto. En cualquier caso, ninguno se fue con las
manos vacías.
Proceso realizó 52 solicitudes de información. Por las respuestas que
recibió fue posible saber que 13 servidores públicos obtuvieron
abultadas liquidaciones; entre ellos, algunos de los hombres más
destacados del peñanietismo.
Por cuantía, el caso más notable es el de Emilio Lozoya Austin, quien
fungió como director de Pemex desde el inicio de la administración
hasta el pasado febrero. De acuerdo con la respuesta otorgada por la
paraestatal, a la que se le pidió precisar el motivo de separación del
cargo, aquel fue despedido y se le concedió una liquidación de un millón
801 mil pesos.
Para sustituir a Lozoya, Peña Nieto nombró a José Antonio González
Anaya –concuño de Carlos Salinas de Gortari– quien antes había sido
director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), puesto
al que renunció y por el cual fue liquidado con 831 mil pesos.
El sector energético suele recompensar con generosidad a sus altos
funcionarios. El pasado 25 de septiembre, la edición 2082 de este
semanario publicó que el presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa
Reza, cobró una liquidación de 1.2 millones de pesos cuando renunció a
la dirección de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 2093, ya en circulación