El jefe del Ejecutivo elogia la labor del dimitente; ordena cargar al gobierno el recorte presupuestal
Consolidará las finanzas el paquete económico 2017
No habrá nuevos impuestos ni alzas a los existentes: Peña
No habrá nuevos impuestos ni alzas a los existentes: Peña
Alonso Urrutia / Periódico La Jornada / Jueves 8 de septiembre de 2016, p. 2
En vísperas de la presentación del paquete
económico 2017 al Congreso, el presidente Enrique Peña Nieto anunció el
relevo en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), tras la
presentación de la renuncia de Luis Videgaray Caso al cargo.
En su lugar designó a José Antonio Meade Kuribreña, quien se
desempeñaba como titular de la Secretaría de Desarrollo Social
(Sedesol), encargado del combate a la pobreza, responsabilidad que ahora
recaerá en un hombre muy cercano al Presidente, Luis Miranda Nava,
quien ahora es ex subsecretario de Gobierno de la Secretaría de
Gobernación.
Peña Nieto aprovechó su anuncio para subrayar que el paquete
económico 2017 consolidará las finanzas públicas, ajustará el gasto
corriente del gobierno, que cargará con el peso del recorte
presupuestal, y ratificó que no habrá nuevos impuestos ni incrementos a
los existentes.
La decisión presidencial fue el colofón de una de las mayores crisis
políticas, desencadenada por la presencia de Donald Trump en México,
hace una semana. La reunión en Los Pinos precipitó una andanada de
críticas de todos los sectores sociales y políticos contra Peña Nieto;
un acelerado desgaste de su imagen, señalamientos de la debilidad de su
liderazgo en la fase final del sexenio y una ruptura en el gabinete.
Señalado como artífice de la invitación a Trump, pese a la oposición
de otros integrantes del gabinete, entre ellos la canciller Claudia Ruiz
Massieu, lejos de la insinuación de un reproche Videgaray fue despedido
con halagos a su gestión y el
más amplio reconocimiento, no sólo de manera institucional, también de forma muy personal, a quien, sin duda, ha sido un colaborador comprometido con los esfuerzos del gobierno. A su intervención en las reformas estructurales le adjudicó también el repunte en la recaudación tributaria.
El Presidente instruyó a Meade a ejercer una política que contenga el gasto público.
Esto significa privilegiar los proyectos de inversión y los programas sociales más efectivos contra la pobreza, así como reducir el gasto corriente y los gastos innecesarios. La prioridad de la política hacendaria es muy clara: garantizar la estabilidad de la economía.
Peña Nieto dijo que la estabilidad macroeconómica
no es un fin en sí mismo, sino un medio para proteger y fortalecer la economía de las familias mexicanas. El relevo en Hacienda le permitió adelantar justificaciones del paquete presupuestal:
contribuir a la consolidación de las finanzas públicas, logrando por primera vez en muchos años un superávit primario.
La Secretaría de Hacienda –por conducto de Meade, único miembro del
gabinete que trascendió la alternancia en el Ejecutivo, pues ha sido
secretario en los gobiernos de PAN y PRI– preservará la instrumentación
de medidas de responsabilidad fiscal para
contener y estabilizar el crecimiento de la deuda del sector público como proporción del producto interno bruto, manifestó.
José Antonio Meade Kuribreña, presupuesto con sentido socialFoto Cristina Rodríguez
La estabilidad macroeconómica se consolidará mediante el
ajuste al gasto público, no con nuevos impuestos ni el incremento de los
existentes.
Le tocará al gobierno apretarse el cinturón, no a las familias, ni a las empresas, sostuvo el Presidente.
Al referirse a la Sedesol, Peña Nieto instruyó a Miranda Nava –uno de
sus colaboradores más cercanos, que se desempeñaba como subsecretario
de Gobierno de la Secretaría de Gobernación– a consolidar las políticas
sociales encaminadas al abatimiento de la pobreza.
En este contexto, rei-tero que el paquete económico será profundamente responsable y de gran sensibilidad social.
El ocaso de una pieza clave
Considerado pieza clave en el gabinete, Videgaray ha
tenido gran influencia en la trayectoria de Peña Nieto. Secretario de
Finanzas del entonces gobernador del estado de México, se convirtió en
coordinador de su campaña presidencial y después en uno de los
secretarios de más peso.
Su cercanía le permitió sortear las descalificaciones que
sobrevinieron cuando salió a la luz que una de sus propiedades en
Malinalco, estado de México, habría sido financiada con un crédito a
tasas insualmente preferenciales por el Grupo Higa, uno de los
principales contratistas del gobierno.
Videgaray no presentó su renuncia por el mal rumbo económico del
país, caracterizado por el fuerte deslizamiento del peso en meses
recientes, la previsión de un drástico recorte al presupuesto de 2017 o
los cambios en las perspectivas de la calificación de la deuda externa
mexicana por dos empresas calificadoras, entre ellas Moody’s Inverstors
Service, ante el riesgo que ha adquirido por los crecientes índices de
endeudamiento.
La crisis desatada por la visita de Trump precipitó el ocaso de su
figura en el sexenio, pues lo ubicó en el centro del escándalo luego de
que The Wall Street Journal anunció la presencia del
republicano, ante la incredulidad inicial que provocó en México,
incluida la canciller. La crisis se profundizó con el rechazo de la
demócrata Hillary Clinton a reunirse con Peña Nieto.
La propuesta tuvo origen en la necesidad de tranquilizar los mercados
ante un eventual crecimiento en las preferencias electorales de Trump
en Estados Unidos y reducir un posible impacto negativo en la economía
nacional ante su eventual triunfo. Sería el propio Videgaray quien operó
la visita de Trump y recibió al aspirante presidencial en el aeropuerto
capitalino.
La influencia de Videgaray trascendió el ámbito económico y la
cercanía que tenían con él varios integrantes del gabinete. Su
influencia en la designación de varios de los candidatos priístas en las
elecciones, con desastrosos resultados para el PRI, y la designación de
Enrique Ochoa como presidente nacional del tricolor, pese a su
nula trayectoria política, consolidaban a Videgaray como parte de las
especulaciones sucesorias de Peña Nieto, abruptamente canceladas ayer.