
La peor crisis social que ha padecido
México es la que hoy se vive: 200 mil víctimas desde 2006; 60 mil
personas detenidas y desaparecidas; medio millón de desplazados
internos, y un número indeterminado de personas torturadas y en prisión.
Y la “seguridad” y “justicia” prometidas no llegan. Todo ha sido
posible gracias a una mezcla de apatía y medio: el Síndrome de Anestesia Colectiva Inducida
La Reforma Educativa se impone a sangre y fuego, con cortinas de humo mezcladas con gas lacrimógeno. Vivimos una de las confrontaciones más violentas para acallar a la disidencia magisterial, desde las normales rurales hasta la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
La Reforma Educativa se impone a sangre y fuego, con cortinas de humo mezcladas con gas lacrimógeno. Vivimos una de las confrontaciones más violentas para acallar a la disidencia magisterial, desde las normales rurales hasta la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
No podemos empezar sin repasar lo que ha significado Ayotzinapa y los 43, a quienes “vivos los queremos”: Abel, Abelardo, Adán Abrajan, Alexander, Antonio, Benjamín, Bernardo, Carlos Iván, Carlos Lorenzo, César Manuel, Christian Alfonso, Christian Tomás, Cutberto, Doriam, Emiliano, Everardo, Felipe Arnulfo, Giovanni, Israel, Israel Jacinto, Jesús Jovany, Jonas, Jorge, Jorge Aníbal, Jorge Antonio, Jorge Luis, José Ángel, José Ángel Campos, José Eduardo, José Luis, Jhosivani, Julio César, Leonel, Luis Ángel, Luis Ángel Francisco, Magdaleno Rubén, Marcial Pablo, Marco Antonio, Martín Getsemany, Mauricio, Miguel Ángel, Miguel Ángel Mendoza y Saúl.
¿Cuánto
nos tardamos en leer la lista de los 43? Ahora imaginemos la de los
miles y miles de desaparecidos. Es impresionante imaginar la cantidad de
dolor, de tristeza que significa acumular cada día de ausencia de una
persona. La desaparición forzada de personas es el delito contra la
humanidad más grave, incluso que la ejecución extrajudicial, la tortura o
la prisión y tiene efectos que nosotros llamamos de tele-tortura.
Al decir teletortura no me
refiero a la mala calidad de los programas televisivos o a su aburrido
contenido, sino a los efectos que se trasladan en la distancia y en el
tiempo para seguir causando dolor, temor y preocupación en las personas,
familiares, amigos… y no sólo en las personas que están vinculadas al
desaparecido, sino en la sociedad en su conjunto. La desaparición
forzada es someter a las personas en la incertidumbre y torturante
cotidianidad que no cesa en ningún momento y que con frecuencia asalta
el recuerdo por el ser querido, imaginándolo en su día a día de
ausencia.
¿Por qué recurrir a la desaparición
forzada de personas? Porque precisamente este tipo de delitos contra la
humanidad apuntan al carácter sistemático y generalizado de una
violación a los derechos humanos. Desaparecer una persona tiene un alto
costo en materia de riesgo. Normalmente se empieza con la amenaza. Y
antes de la amenaza, la descalificación. Lo que se busca es aislar el
entorno de alguien a quien se le van a cometer violaciones a los
derechos humanos. Empieza buscando cómo descalificar, cómo hacer pensar
que las acciones que esa persona realiza tienen fines distintos, que son
alborotadores, que son personas que actúan simplemente para causar
escándalo. Pero lo más grave es algo que vivimos nosotros: el Síndrome de Anestesia Colectiva Inducida.

Éste
se da como una condición previa y necesaria para cuando se pretenden
cometer violaciones de carácter sistemático y generalizado a los
derechos humanos, es decir cuando las violaciones se aplican como
políticas de Estado. Para eso se utilizan los medios masivos de
comunicación: éstos estarán lanzando señales, descalificando a grupos a
los cuales se les pretende aislar del colectivo social, para después
iniciar un proceso represivo de carácter gradual.
El Síndrome de Anestesia Colectiva
Inducida es la primera razón por la que, en las violaciones de derechos
humanos, se tipifica al Estado como responsable. Por eso nosotros
decimos que fue el Estado. Cuando se habla de Ayotzinapa decimos que fue
el Estado. Sí, pero no hablamos de los estados sólido, líquido o
gaseoso. Tampoco del Estado de México ni del estado de embarazo.
Hablamos del Estado Nación, pero no en la noción jurídica del Estado.
Nos divorciamos de la noción jurídica del Estado porque es una ficción y
es una forma anestésica también de establecer la responsabilidad de un
ente difuso y confuso.
El Estado lo conforma un territorio, una
población y una soberanía, pero ese no es el Estado al que nos
referimos, Ésa es la noción jurídica del Estado y ahí nos dicen que el
Estado busca las relaciones armónicas entre los integrantes de la
sociedad para propiciar el desarrollo. Con base en esa noción, nosotros
decimos, “¡ah, qué bien!”. Pero las relaciones armónicas que propicia el
Estado no se garantizan restringiendo los derechos de las mayorías y
protegiendo a la minoría de poderosos. No se garantizan reprimiendo al
magisterio e imponiendo su Ley.
¿Eso es una relación armónica? Por
ejemplo, las empresas altamente tecnificadas se quedan con el 90 por
ciento de la riqueza de la producción elaborada socialmente por las
personas, es decir, con tan sólo un 10 por ciento de lo que a nosotros
nos pagan. El 10 por ciento de nuestro jornal sirve para pagar toda
nuestra jornada de trabajo. El otro 90 por ciento es el excedente del
fruto de trabajo. Y eso el Estado lo acepta: promueve y defiende esa
desigualdad extrema. Incluso cuando viene la negociación contractual, a
los trabajadores sólo ofrecen un incremento del 4 por ciento, o sea, 2
pesos al salario mínimo. Y además nos va obligando a renunciar a
nuestras prestaciones sociales.
La primera violación a derechos humanos,
la más grave, la más sistemática que hay en nuestro país, la comete un
ente que nunca ha recibido una recomendación de ningún órgano público ni
de un ámbito internacional ¿Saben cómo se llama ese ente? Comisión
Nacional de Salarios Mínimos. En el artículo 123 se establece que el
salario mínimo debe ser suficiente para que un jefe de familia provea de
vida digna y desarrollo a esa familia. Se entiende que dicho salario
contempla también el salario que tienen que ganar los que no tienen un
salario propiamente, pero que son parte de esa familia, y que son
quienes hacen un trabajo en casa, son hombres, mujeres, esposas, hijos o
hermanos.
En fin, sólo un ejemplo de que el Estado
no es ese órgano conciliador que armoniza las relaciones entre los que
vivimos en la sociedad. No, el Estado, en su noción política y
sociológica, es el instrumento de control de una clase poderosa que
somete al resto de la población para mantener un estado de cosas que le
sea benéfica.
¿Por qué es importante decirlo? Porque
entonces los medios masivos de comunicación –que no son el gobierno,
pero sí parte del Estado– se ocupan de promover este Síndrome de Anestesia Colectiva Inducida.
Eso es muy importante, porque garantizan que el pueblo vea lo que ellos
quieren. Así, nosotros vemos imágenes de cómo están golpeando a los
manifestantes de la CNTE o de las normales rurales en una marcha,
mientras el reportero dice “vean el enfrentamiento entre los vándalos de
los grupos anarquistas que están desestabilizando, que se enfrentan a
la policía”. Y así legitiman la represión, el desalojo. Nada dicen de
sus justas demandas.
En Ayotzinapa, en todas las
movilizaciones de las normales rurales y del magisterio disidente o de
cualquier otro, ésa es la tónica constante: las fuerzas policiacas y
militares hostigan y amenazan, encapsulan a los manifestantes y los
obligan, la mayoría de las veces, a enfrentarse. Incluso hasta vemos a
“los pobres policías” “aguantando” con sus escudos y sus garrotes, todos
debidamente protegidos, “aguantando” que les arrojaron botellas de
plástico, o que algún infiltrado arrojó una piedra o un cohetón.
La policía y las Fuerzas Armadas no son
utilizadas para dialogar con los manifestantes. Son utilizadas para
impedir el pleno ejercicio de sus derechos legítimos, sus derechos
civiles y políticos. Queda fuera la vía de la negociación política y
entonces se recurre a la represión. Incluso, de paso, a la modificación
del marco jurídico para propiciar que conductas, que antes no podían ser
tipificadas como delito, hoy sean parte de las normas jurídicas
vigentes y se pueda reprimir.
Por ejemplo, supuestamente el manual
sobre el uso de la fuerza se basa en el manual de la Organización de las
Naciones Unidas para el uso de la fuerza. Inclusive ahí se dice que las
leyes se aplican respetando los derechos humanos, y hacen legítimo el
uso de las armas poco letales, tales como los bastones de electrochoque,
los gases pimienta y lacrimógeno y las balas de goma, las cuales ya han
causado estragos importantes a manifestantes. Ejemplo de ello: la Ley Eruviel.
Estas armas “poco letales”, le causaron
la muerte Alexis Benhumea y Javier Cortés en Atenco, en 2006, así como
lesiones a Uriel Sandoval y Kuykendall, quienes participaron en la
manifestación del 1 de diciembre del 2012, y la muerte de un joven en
Puebla por la Ley bala promulgada el 19 de mayo de 2014. A
consecuencia de ella murió el niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo el
9 de julio del mismo año. O la Ley del garrote de Chiapas del 4 de junio de 2014.
El Estado mexicano va cambiando su marco
jurídico para propiciar un nuevo estado de cosas, en las que reprime y
viola los derechos humanos, basado en una legalidad que le da impunidad.

El
11 de septiembre, en la actualidad lo recordamos por tres
acontecimientos: el asalto a la Moneda en Chile en 1973, por el
derribamiento de las Torres Gemelas en 2001 y sus miles de muertos y por
el inicio del estatuto antiterrorista en todo el mundo, el cual se
abrió paso utilizando la Convención de Palermo para la persecución
internacional de los delitos de la delincuencia organizada (1). La
Convención de Palermo se pretextó para el estatuto antiterrorista de
Estados Unidos, que se tradujo en todo el mundo en leyes de excepción
que fortalecieron el uso de la fuerza, la militarización y el estado de
guerra en México.
En la actualidad existen dos países en
el mundo que pueden aplicar la tortura como método lícito de
investigación: Estados Unidos e Israel. Y estos dos países, junto con
Colombia, son los que se han encargado de asesorar al Estado mexicano en
todo el proceso que viene desde la implantación del neoliberalismo en
el sexenio de Miguel de la Madrid hasta el gobierno de el “innombrable”
Carlos Salinas de Gortari, en el que se dio el banderazo de salida para
la franca militarización y que el Ejército hiciera labores de policía,
creando un nuevo modelo de persecución de los delitos.
¿Cómo se pudo imponer este modelo de
seguridad nacional, este modelo de aplicación del estatuto
antiterrorista en nuestro país? Bueno, recurrimos nuevamente al Síndrome de Anestesia Colectiva Inducida.
Los grandes medios de comunicación empezaron a pasar programas de
televisión en los que se exhibía la crueldad con la actuaban los
delincuentes, donde exhibían la corrupción que había en los cuerpos
policiacos. Seguramente ustedes recordaran aquellos programas
sanguinarios tales como: “Así fue”, “Así ocurrió”, “Duro y Directo”,
programas en los que se exaltaba cómo los delincuentes entraban a la
cárcel para salir en seguida. Los medios repetían al infinito que los
habían dejado en libertad debido a que habían llegado los de “desechos humanos”,
y esos nada más defienden a delincuentes. Una categórica y total
falsedad. Los defensores de derechos humanos nunca hemos pedido eso.
Siempre hemos pedido el uso suficiente y racional de la fuerza. Nunca
nos hemos opuesto a que un delincuente reciba el castigo que merece. Sin
embargo, esta es una posición de diversionismo ideológico que crea
deliberadamente confusión y rechazo.
Los opinólogos dicen que la
sociedad se ve secuestrada porque hoy los delincuentes tienen más
derechos que las víctimas. Ése no es el asunto, eso es sólo diversionismo
ideológico, porque la causa es la corrupción la que provocó todo eso.
Empero estos programas llevaron a que la gente empezara a sentirse
molesta y enojada con policías, con ministerios públicos, con agentes
ministeriales, con los de la policía judicial, etcétera.
La génesis estructural es la corrupción y el tráfico de influencias, porque policías y ladrones son dos caras de una misma moneda,
donde los ladrones a veces son robados por los policías y los ladrones
de poca monta son incorporados a la cadena de corrupción, los ponen a
trabajar y entonces el ladrón ocasional empieza a ser obligado a
delinquir o se le exhibe como el más peligroso o sanguinario, además de
que va siendo inducido a tener otro modelo sociológico de
comportamiento.
Ahora bien, los medios de comunicación
contribuyen al modelo sociológico de la violencia estructural hasta
llegar a la generación de los jóvenes “Final Destiny”, que vienen a provocar un cambio en el comportamiento de los chavitos.
Mientras tanto, con la Reforma punitiva –corrijo: Educativa–
se cambia y desecha todo el contenido social y de solidaridad humana,
mientras los programas de televisión promueven la agresión, la
violencia, incluso la violación como forma de obtener placer.
Muchos programas son tan violentos que
incluso se han presentado casos de niños convulsionando, con ataques de
epilepsia inducida por la fuerza que tienen este tipo de programas, tan
excitantes: para eso fueron muy bien diseñados. También se van
presentando con mayor frecuencia casos (por lo menos hay dos casos
recientes documentados) de menores en edad preescolar (4 y 5 años) que
han abusado sexualmente de compañeritas de su misma edad, porque no hay
cuidado que el limite el acceso a los menores.
Una vez que ya se instaló esta generación play station
y ya que los delincuentes son cada vez más violentos, se ha impostado
en nuestro país un cambio en el patrón criminológico de composición de
la delincuencia. Este cambio criminológico fue muy drástico y muy
dramático, de manera que se promueve entre los jóvenes la violencia
extrema. La guerra está lista.
En la actualidad tenemos estos factores
aditivos, adictivos y promovidos por los medios masivos de comunicación.
El cambio inducido hacia la aceptación de la guerra que el Estado
Mexicano comenzó a organizar y que nos lleva a la preguntar: ¿hay
delincuencia organizada?
Sí, ¿quién organizó la delincuencia? Los
gobiernos y el lobby de las empresas que influyen a los gobiernos de
Estado Unidos y México. Fue a través de los operativos: primero
“Receptor Abierto” en la administración de Bush padre y luego los
operativos “Rápido y Furioso” (2) de Bush hijo, los que permitieron la
introducción de armas a México, es decir, el país se inundó de armas
cada vez más poderosas, y a los narcotraficantes que no estaban
organizados se les ayudó con el lavado de dinero para que pudieran hacer
sus negocios y desarrollarse mientras los encapuchados más peligrosos
amasaban las grandes fortunas.
¿Cuáles son los encapuchados más
peligrosos? La Policía Federal, la Gendarmería… no, no, estos
encapuchados son peligrosos, pero no. Los infiltrados en las
manifestaciones embozados, tampoco. Los encapuchados más peligrosos, los
que no se dejan ver, los que tienen su propia sociedad, la verdadera
delincuencia más organizada, se hacen llamar los SA, los S de RL, y no
me refiero a los pequeños y honestos empresarios, sino a los grandes y
poderosos. Esos sí son peligrosísimos, los de las sociedades anónimas,
los de las sociedades de responsabilidad limitada, los del secreto
bancario, los del secreto hacendario, esos son los peligrosos. Porque
mientras haya el secreto bancario, el secreto hacendario y las
sociedades anónimas, habrá la posibilidad de generar riqueza,
inexplicable para ellos, muy explicable para nosotros.
¿Dónde creen que están los paraísos para el lavado de dinero
y para traficar los recursos? ¿Dónde? ¿En las islas Caimán, en los
paraísos que recientemente han sido señalados en los papeles de Panamá
los famosos Panamá papers? Sí, en esos lugares.

No obstante, el lugar donde están el
verdadero paraíso se llama Suiza, todos los poderosos del planeta se
reúnen ahí. Es el lugar donde no hay violencia, donde no hay Ejército,
donde la Guerra Mundial se paraba y decía hasta aquí, allá no nos vamos a
meter porque ahí está nuestro dinero, porque ahí está nuestro capital;
es un paraíso porque ahí no se usan nombres, se usan números de cuenta y
con el puro número de cuenta se tiene y se transfiere una gran cantidad
de riqueza sin la necesidad de usar billetes o monedas.
Los verdaderos encapuchados, auspiciados
por el Fondo Monetario Internacional, por el Banco Mundial, por la
Organización Mundial de Comercio, por la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), son tan perversos, que aun
cuando unos investigadores podrían encontrar la cura para una
enfermedad, y sintetizar una pastilla que cuesta 5 centavos fabricarla,
las farmacéuticas deciden venderla en 50 o 500 dólares, gracias a que la
OCDE le da los derechos de la patente para explotarla durante 20 años.
Esto produce un atraso en el derecho al desarrollo y al disfrute en la
ciencia y le tecnología de cualquier persona en cualquier parte del
mundo, eso no importa, la salud no importa, ellos no buscan aliviar las
enfermedades, buscan siempre la máxima ganancia.
Finalmente, decíamos que se creó un
caldo de cultivo para que la violencia aflore con mayor intensidad:
policías corruptos, ministerios públicos corruptos… y los exhibimos
públicamente, entonces, ese Síndrome de Anestesia Colectiva Inducida, pide al Ejército que haga labores. Así, de manera gradual, desde el sexenio Carlos Salinas.
La de hoy no es una de las crisis más
graves. Es la más grave crisis de toda la historia de México desde el
momento de su fundación. No es cuando el Chicharito falló el
gol del Mundial. Es un asunto gravísimo de cómo crear un marco
sociológico, político, jurídico y económico para producir cerca de 200
mil víctimas desde 2006 hasta la fecha, más de 60 mil personas detenidas
y desaparecidas, más de medio millón de desplazados internos, miles y
miles de personas torturadas, miles y miles de personas en prisión, la
mayoría por delitos prefabricados. Y lo peor de todo eso, no tenemos ni
seguridad, ni justicia, los escándalos mediáticos se vinieron en un
proceso sucesivo grave y que la mayoría de los mexicanos no conocemos
porque vivimos los estragos del Síndrome de Anestesia Colectiva Inducida.
Ésta es la crisis en la que por fin se
imponen a sangre y fuego las reformas estructurales y se pretende
aniquilar toda oposición. La noche oscura sigue su camino y no se
detiene, se suspenden garantías, se impone el estado de sitio y a los
maestros se les secuestra masivamente, se les detiene, encarcela en
centros de máxima seguridad y se gastan los recursos del pueblo en la
represión y en pagar los trajes finos, los perfumes caros y el pulcro
peinado de los que ordenan la represión.
El Síndrome de Anestesia Colectiva
Inducida perpetua el terror, el negocio de la guerra y la Reforma
Educativa y su implantación evalúan al Estado mexicano que no pasa ni de
panzazo. Reprueba en: formación cívica y ética, por usar los
recursos del pueblo en reprimir; en ciencia sociales, porque permite la
desigualdad social; en matemáticas, porque el voto no representa a las
mayorías, no suma, sólo resta, no multiplica, divide al pueblo; y está
reprobado en historia porque no aprende que, a 10 años del movimiento de
la asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) el movimiento
magisterial continúa a pesar de la brutal represión.
Para revertir el Síndrome de Anestesia Colectiva Inducida,
es necesaria la búsqueda de la información y tener garantizado los
derechos a la información, a la verdad y a la justicia, por ellos
luchamos, conocer nuestros derechos para defenderlos y que el pueblo
siga siendo garante de sus derechos.
Notas
- Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus Protocolos. https://www.unodc.org/documents/treaties/UNTOC/Publications/TOC%20Convention/TOCebook-s.pdf
- El diario estadunidense Los Ángeles Times reveló que entre 2006 y 2007, antes de que se pusiera en marcha el fallido operativo Rápido y Furioso, la oficina de Administración contra el Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) utilizó intermediarios para adquirir armas e introducirlas de manera ilegal a México a través del programa denominado Receptor Abierto (Wide Receiver).
- Es el nombre dado por los medios de comunicación a una filtración informativa de documentos confidenciales de la firma de abogados panameña Mossack Fonseca, información por parte de una fuente no identificada al periódico alemán Süddeutsche Zeitung, que posteriormente compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus iniciales en inglés), revelando el ocultamiento de propiedades de empresas, activos, ganancias y evasión tributaria de jefes de Estado y de gobierno, líderes de la política mundial, personas políticamente expuestas y personalidades de las finanzas, negocios, deportes y arte. Los implicados contrataban con el bufete de abogados consultores de empresas Mossack Fonseca, servicios para fundar y establecer compañías inscritas en un paraíso fiscal de modo tal que cumpliesen con el objetivo primario de “ocultar la identidad de los propietarios”. Obermayer, Bastian; Frederik, Frederik; Wormer, Vanessa; Jaschensky, Wolfgang (3 de abril de 2016). “Panama Papers Die Geheimnisse des schmutzigen Geldes” (Panama Papers, los secretos de los dineros sucios)
Adrián Ramírez López*
*Presidente de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh)
Contralínea 491 / del 06 al 11 de Junio 2016