lunes, 11 de abril de 2016

#PanamaPapers reveló el objetivo final: ocultar el origen del dinero

Lo que revelan los #PanamaPapers es algo mucho más complejo –y turbio– que evasión tributaria. De acuerdo con el exprocurador fiscal Gabriel Reyes Orona, la investigación periodística evidencia la estructura que los grupos criminales han construido desde 2005 para blanquear y mover dinero. Este enmarañado método, que consiste de cuatro pasos, protege a la agrupación criminal y a sus líderes incluso si son capturados varios de los integrantes de la trama. Pero las autoridades mexicanas no están investigando esto, sino que siguen pensando en términos de lo que ocurría hace una década…
10 abril 2016 | Jesusa Cervantes | Proceso
CIUDAD DE MÉXICO (Apro).- La revelación internacional llamada #PanamaPapers —que el pasado domingo 3 hicieron más de 100 medios en diversos países del mundo, coordinados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (www.icij.org) y en la que participó Proceso— puso de relieve la práctica que desde 2005 emprendieron integrantes del crimen organizado para evitar ser detectados y detenidos: la creación de un sistema financiero informal impulsado por "los grandes consorcios de la economía informal", según el ex procurador fiscal de la federación Gabriel Reyes Orona.

En entrevista, Reyes, quien indagó las entrañas de los delitos fiscales en este país, aclara que los #PanamaPapers hacen la distinción entre paraísos fiscales y la creación de estructuras financieras que tienen cuatro etapas, cuyo fin último es blanquear dinero.

Para aclarar e investigar si los involucrados, como Juan Armando Hinojosa Cantú, Martín Díaz Álvarez, Alfonso de Angoitia, Ricardo Salinas Pliego, Luis Doporto y Melissa Flores Alcántara, entre otros, incurrieron en delitos, no basta con ver la creación de empresas en "paraísos fiscales" o "verificar que los ingresos que están utilizando en sus operaciones tengan o guarden congruencia con las utilidades e ingresos de las operaciones que realizan en México. Eso no conduce a nada", sostiene.

PARAÍSOS DE OCULTAMIENTO

Para entender el alcance de las revelaciones, el exfiscal empieza por aclarar la diferencia entre un "paraíso fiscal" y un "paraíso de ocultamiento". El primero es un lugar que de manera legal permite tributar de una forma más flexible o barata, mientras que el segundo implica crear toda una estructura financiera cuyo único objetivo es ocultar el origen del dinero, quién es el dueño del dinero o qué pretende hacer con él.

Recuerda que, a partir de 2005, los criminales procesados por blanqueo de capitales, incluyendo los narcotraficantes, recurrieron a intrincadas operaciones financieras. "Tenemos que tomar en consideración que todo aquel que está involucrado en algún ilícito tiene que ocultar y lavar el dinero. Ese dinero tiene una mancha, que es su origen ilícito, derivado de la evasión fiscal, el narcotráfico, la corrupción, la trata de personas, el secuestro, etcétera".

Y adelanta: "Siempre se debe tener en mente que hablamos de criminales y que esas estructuras son el lado financiero del crimen organizado".

Reyes Orona, quien preside la agrupación Transparencia Internacional y ha respaldado indagaciones como la venta de Banamex durante el sexenio de Vicente Fox, detalla que, alrededor de 2005, las organizaciones criminales se percataron de que, cuando uno de sus operadores financieros era atrapado, éste conducía a toda la cadena. Esto se debía a que el lavado era "lineal". Incluso, hasta la década pasada, los grandes centros de lavado seguían siendo Islas Caimán, Islas Vírgenes Británicas, San Antonio y Miami.

Advierte que aunque San Antonio, Texas, y Miami, Florida, no son paraísos fiscales, sí eran los lugares en donde se invertía el dinero sucio e inversionistas de la zona costera de Estados Unidos mezclaban su dinero con empresas nuevas.

Las necesidades de "los grandes consorcios de la economía informal" hicieron que se pasara del lavado lineal al "fractal", delinea Reyes Orona. Esto significa que decidieron "fracturar" el proceso de blanqueo, para que cuando sus operadores fueran aprehendidos no se derrumbara la organización ni perdieran sus recursos.

"Se generó una industria a escala mundial, donde después de varias décadas de actividades ilícitas los grandes consorcios de la economía informal requirieron de crear su propio sistema financiero."

‘TAN O MÁS GRANDE’

Reyes Orona aclara que la economía informal es "tan o más grande" que la formal y lo mismo sucede con el sistema financiero informal —cuyo fin último es mezclarse con el sistema legal—. Este proceso se llama lavar dinero. El sistema financiero informal, añade, está conformado por "vehículos, ya sean comerciales o financieros, que tienen como propósito que el dinero se vuelva anónimo".

En otras palabras, que los recursos procedentes de una actividad ilícita se desvinculen de su origen, tanto personal como transaccional.

Ahora el lavado de dinero se realiza en cuatro pasos, según revelan los #PanamaPapers.

El primero se refiere a "un grupo de personas que se dedica especial y específicamente a crear personas morales fantasmas; personas morales que aparecen y desaparecen de la noche a la mañana".

El segundo: se crean personas morales dedicadas a generar transacciones ficticias, como pago de sucesiones o litigios, reclamaciones que se solventan de manera arbitral o a través de préstamos pulverizados o donaciones. Su fin es crear operaciones fantasmas.

"No existe el adeudo, pero la persona acude a un tribunal, lo inventa y con la sentencia se determina la obligación de hacer un pago", menciona Reyes.

"Hay una simulación del demandante y demandado sobre la existencia de un recurso. Lo más seguro es que el juez no sepa nada, pero se inventan una herencia, que ganó un juicio sucesorio, que le pagaron por una expropiación, se inventan operaciones ficticias. Lo que requieren es que alguien dé apariencia de legal a su reclamo."

El tercer paso se llama "cuentas en tránsito". Se trata de crear cuentas bancarias que sólo sirven para pasar el dinero de un país a otro y luego a un tercer país.

Finalmente, entra en acción un grupo de personas que se dedica a crear empresas llamadas "receptoras finales", como las que se abren en Miami.

Reyes explica que las personas implicadas en cada paso no se conocen entre sí, "así, si tú atrapas al primero, no necesariamente te lleva al segundo. A lo mejor el lavador ni siquiera conoce a los de Mossack Fonseca; quien lo conoce a lo mejor es un registrador, y entre éstos no conocen al generador de operaciones, y el generador de operaciones no conoce al otro".

Y lo más importante: "Cada parte del proceso no es ilegal… Las empresas receptoras finales no son ilegales, crear una empresa offshore, tampoco. Pero si lo pones dentro de un proceso de investigación, es distinto.

Los cuatro pasos tienen como finalidad "ocultar el origen del dinero, el detentador del dinero y el destino que se da a ese dinero".

Fuente: Proceso