Israel Rodríguez / Periódico La Jornada / Lunes 27 de julio de 2015, p. 23
El peso mexicano iniciará operaciones este lunes
muy presionado en un nuevo mínimo histórico de 16.56 pesos por dólar en
ventanillas de bancos y casas de cambio, y en las operaciones al mayoreo
en 16.23 por dólar. El tipo de cambio registró una depreciación semanal
de 1.90 por ciento. En lo que va de julio el peso acumula un retroceso
de 2.9 por ciento y en lo que va del año alcanza una devaluación de 6.92
por ciento.
La caída de los precios del petróleo añade volatilidad a la incertidumbre sobre la próxima alza de la tasa de fondos federales en Estados Unidos, y a la que también ha contribuido una nueva caída en el precio del petróleo, que en el mismo julio acumula una perdida de 7 por ciento aunado al nulo crecimiento de la economía mexicana.
El precio del barril de la mezcla mexicana de petróleo abrirá este lunes en 47.18 dólares por barril, 5.9 por ciento menor respecto a su cotización del pasado 16 de julio. Con ello, en lo que va del año el precio del barril de la mezcla mexicana registra un promedio de 50.15 dólares por barril, lo que significa 28.85 dólares menos a lo previsto en la Ley de Ingresos 2015, en la que se fijó en 79 dólares por barril.
El reciente acuerdo nuclear entre Irán, la Organización de
Naciones Unidas (ONU) y varios países industrializados generó
expectativas de un mayor exceso de oferta en el mercado petrolero a
corto y mediano plazos, lo que se reflejó en un incremento de la
correlación entre las divisas de países exportadores de petróleo con el
precio del energético.
Esta nueva fuente de volatilidad cambiaria se añade a la
incertidumbre sobre el comienzo del ciclo de normalización monetaria de
la Reserva Federal, que el próximo miércoles emitirá su comunicado de
política monetaria, el último antes de la tan esperada reunión de
septiembre, a la cual el mercado asigna cierta probabilidad de alza en
la tasa de referencia, comentaron analistas del Grupo Financiero
BBVA-Bancomer.
El mercado espera un reacomodo de flujos financieros ante la
expectativa de alza de la tasa de interés por parte de la Reserva
Federal de Estados Unidos. Esto ha resultado en un impacto mayor a lo
esperado en el peso mexicano y en otras monedas, tanto de países
emergentes como de desarrollados.