miércoles, 17 de junio de 2015

Los maestros no tienen derechos, asegura

La Jornada - El Correo Ilustrado
Violentar los derechos de los maestros, esa parece ser la consigna del Estado. Imponer la nefasta reforma educativa no sólo ha significado barrer todos los derechos laborales del docente, reconocidos en convenios internacionales firmados por México, sino una creciente violación de nuestros derechos humanos. Insultos y golpes de alumnos a profesores se vuelven cotidianos, sin sanciones de por medio. Bajo el supuesto de no violar el derecho a la educación de los niños, se violan los de la dignidad del docente, a su seguridad, a
trabajar en un ambiente adecuado, incluso a hacer su trabajo. No sólo se nos exige no reprobar estudiantes faltistas e irresponsables, sino que los hagamos aprender, como si fuéramos magos, aunque platiquen y no hagan trabajos, golpeen e insulten a sus compañeros y al maestro; además, se nos responsabiliza por las malas acciones que cometan en el salón, aunque no se les puede sancionar. El caso de los tres niños de primaria en Tamaulipas, que intentaron violar jugando a una compañera, mientras la maestra salió por 10 minutos a la dirección, es ejemplar. Sólo se pretende fincar responsabilidad a la directora y la maestra, por no estar en el salón mientras atendían un asunto educativo. No son responsables los padres por la forma de educar a sus hijos, por dejarlos ver horas de telenovelas y programas con variadas escenas de ese tipo; no es responsable el Estado por no regular lo que transmiten las televisoras, por meter 50 niños hacinados en un aula y ser cómplice de la violencia social. Y no son responsables los niños, porque no se les impuso una mínima sanción que les enseñe que deben responder por sus actos. Culpable: la maestra que ni al baño puede ir porque debe contener los problemas sociales y familiares de 50 niños. Porque alguien debe ser culpable.
Maestra Silvia E. Arévalo Gutiérrez, Movimiento Magisterial Jalisciense