En un extraño lance de
superación de metas, el Instituto Nacional Electoral (INE) reportó ayer a
media mañana que llevaba computado 100.66 por ciento de las casillas
dominicales. A las 10:43 (siempre el 43), el conteo oficial, según su
página de Internet, reportaba que habían sido instalados 146 mil 775
sitios de recepción de votos, de los cuales aprobaba 149 mil 270 y
contabilizaba 150 mil 270.
El delicado enredo, que haría suspirar con aires de condescendencia a
la famosa firma de fantasías electorales conocida en 2006 como
Hildebrando (interventora calderonista-zavalista en materia de
algoritmos en las cuentas del llamado IFE, en 2006), fue explicada por
los políticos (el consejero Arturo Sánchez Gutiérrez, con amplia
experiencia al servicio de los intereses panistas, metido en los
compadrazgos del calderonismo) y los técnicos (Jorge Torres de Antuñano,
director de informática del citado INE que sigue siendo IFE) con un
lenguaje capaz de causar perplejidades mal habladas como las que sufrió
el vacilante (en el sentido de la jocosidad, aunque también en el de
estar poco firme en su cargo) Lorenzo Córdova Vianello al escuchar a
representantes de chichimecas hablarle en un español nada académico.
Si la enorme inversión de recursos públicos para organizar las elecciones se tradujera en un piso mínimo de confiabilidad respecto de esas operaciones, el detalle de las cuentas dispares (pues unas eran las que estaban disponibles al público, con el 100.66 por ciento que terminó en 100.61, y otras las que tenían los partidos y sus representantes, éstas sí correctas) no provocaría suspicacias más que anecdóticas, superables. Pero en este caso los datos equivocados se suman a los reportes generalizados de que hubo una mala capacitación de los funcionarios electorales del INE y de los órganos electorales estatales, lo que provocó un equívoco procesamiento de datos y la siembra de circunstancias que han causado confusión, conflicto y dudas. Las pifias no están exentas de la sospecha de que funcionarios del INE actuaron por consigna y con sentido faccioso. Sólo por dar un ejemplo, se cita que en el distrito 10 de Zapopan, Jalisco, donde las tendencias en favor de un candidato independiente eran tempranas, personal de ese instituto se dedicó a señalar
La numeralia sin control provocó en Colima situaciones tragicómicas, como el hecho de que la presidenta del Consejo Estatal Electoral, Alejandra Valladares, diera por ganadores, el mismo día pero con diferencia de minutos entre cada anuncio, a cada uno de los dos principales contendientes, el priísta Ignacio Peralta y el panista Jorge Luis Preciado. A fin de cuentas, y al menos hasta el cierre de esta columna, la cotización electoral favorecía al ex subsecretario peñista de comunicaciones y transportes, quien presuntamente quedaba como triunfador por 544 votos, lo que significaría una diferencia de 0.18 por ciento de los votos emitidos, casi una tercera parte de la ínfima franja con la que Felipe Calderón se quedó con la Presidencia de la República en 2006.
Haberse descompuesto chimistreta, pero no haber fraude, nosotros prometerlo, habría sido una postura declarativa más clara y confiable de parte de los consejeros solitarios y sus técnicos del Gran Sistema Sentado. Sin embargo, el mencionado Torres de Antuñano
explicóque
no es que se estuvieran duplicando el número de actas, sino el indicador. Si es que había computado, y había pasado algún otro proceso, se computaban como dos.
Si la enorme inversión de recursos públicos para organizar las elecciones se tradujera en un piso mínimo de confiabilidad respecto de esas operaciones, el detalle de las cuentas dispares (pues unas eran las que estaban disponibles al público, con el 100.66 por ciento que terminó en 100.61, y otras las que tenían los partidos y sus representantes, éstas sí correctas) no provocaría suspicacias más que anecdóticas, superables. Pero en este caso los datos equivocados se suman a los reportes generalizados de que hubo una mala capacitación de los funcionarios electorales del INE y de los órganos electorales estatales, lo que provocó un equívoco procesamiento de datos y la siembra de circunstancias que han causado confusión, conflicto y dudas. Las pifias no están exentas de la sospecha de que funcionarios del INE actuaron por consigna y con sentido faccioso. Sólo por dar un ejemplo, se cita que en el distrito 10 de Zapopan, Jalisco, donde las tendencias en favor de un candidato independiente eran tempranas, personal de ese instituto se dedicó a señalar
fallasy a tratar de generar
incidentesmarcadamente adversos a ese aspirante, que finalmente ganó sin problemas.
La numeralia sin control provocó en Colima situaciones tragicómicas, como el hecho de que la presidenta del Consejo Estatal Electoral, Alejandra Valladares, diera por ganadores, el mismo día pero con diferencia de minutos entre cada anuncio, a cada uno de los dos principales contendientes, el priísta Ignacio Peralta y el panista Jorge Luis Preciado. A fin de cuentas, y al menos hasta el cierre de esta columna, la cotización electoral favorecía al ex subsecretario peñista de comunicaciones y transportes, quien presuntamente quedaba como triunfador por 544 votos, lo que significaría una diferencia de 0.18 por ciento de los votos emitidos, casi una tercera parte de la ínfima franja con la que Felipe Calderón se quedó con la Presidencia de la República en 2006.
Los numeritos también oscilaban respecto de la suerte del
Partido del Trabajo, la agrupación teóricamente de izquierda que fue
impulsada por Raúl Salinas de Gortari y terminó disfrutando mieles
electorales con cargo a Andrés Manuel López Obrador. A diferencia del
otro partido que asoció su suerte y su registro al tabasqueño, el
Movimiento Ciudadano que antes se llamó Convergencia (siempre con Dante
Delgado como virtual dueño), el PT no logró hacer malabares que le
permitieran subsistir (el MC se convirtió en receptor de panistas
escindidos y fincó su notable porcentaje nacional de votos en Jalisco,
con Enrique Alfaro, su nueva figura hacia el futuro). Así que el PT
coordinado por Alberto Anaya quedaría fuera de la jugada si se confirma
su cosecha de sólo 2.91 por ciento de los votos (aunque el Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación ha mostrado una
jurídicamente infundada generosidad a discreción en casos como el de Lagrimita,
el payaso cuyo registro como independiente fue aprobado a última hora a
pesar de que sólo había alcanzado 1.91 por ciento de firmas, aunque el
mínimo era de 2 por ciento).
Cuatro secciones magisteriales decidieron ayer mantenerse en paro
indefinido de labores a pesar del arraigo en aulas que pretendió
dictarles el (sub)secretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda Nava.
Las representaciones de Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas decidieron
sostener la protesta contra la evaluación educativa peñista y
reforzaron su campamento en el Monumento a la Revolución de la ciudad de
México, luego de una marcha por Paseo de la Reforma que fue contenida
por un despliegue policiaco que la hizo retroceder.
Las calles capitalinas tienen otras bombas rodantes en el conflicto
entre el servicio público de taxis autorizados y el otro negocio de
Carlos Slim en Latinoamérica, denominado Uber. Es un choque entre formas
de atender al público, con una profunda desventaja de los taxistas
tradicionales, cuyas unidades y conducta son deficientes (e incluyen
riesgos ciertos de secuestros y otros delitos) y la modernización
inicialmente caracterizada por una gran urbanidad de los automóviles
particulares que por medio de Internet pueden ser contratados. Los
taxistas clásicos han anunciado que dejarán de pagar los derechos e
impuestos que a su vez no pagan los de Uber y Cabify. En medio del
pleito, los usuarios padecen y las autoridades traman. ¡Hasta el próximo
lunes!
Fuente: La Jornada - Opinión
Fuente: La Jornada - Opinión