lunes, 19 de enero de 2015

Los pantanos de Ficrea

La investigación en torno al desfalco de la financiera Ficrea está revelando una serie de graves irregularidades que la autoridad dejó pasar. Documentos oficiales que revisó este semanario muestran que había miles de “ahorradores” sospechosos de lavar dinero a pequeña escala, se permitieron préstamos oscuros y se aceptaron recursos que nunca deberían haber llegado a la empresa.
18 enero 2015 | Jesusa Cervantes | Proceso

MEXICO, DF, 17 de enero (proceso).- El escándalo de la sociedad financiera popular (sofipo) Ficrea apunta a una “triangulación” ilegal de fondos y también a un lavado “hormiga” de dinero en 2014. Además revela complicidad de autoridades financieras que, sabiendo de las irregularidades, permitieron a entidades receptoras de dinero federal “invertir” en una empresa con crecimiento atípico.

Documentos consultados por Proceso evidencian movimientos que no corresponden a “un ahorrador popular”, que el gobierno federal centró sus indagaciones en algunos “ahorradores plus” que demandan 100% de sus pagos, ha ignorado a decenas de inmobiliarias “ahorradoras” e incluso “perdonó” a la mayoría de los accionistas de Ficrea, centrándose en el socio mayoritario: Rafael Antonio Olvera Amezcua.

En los documentos se revela incluso una burla: el gobierno federal debe “rescatar” a algunas de las empresas del consorcio de Olvera Amezcua, pues al menos dos de ellas “ahorraron” en Ficrea: Baus and Jackman Leasing S. A. de C. V., y Leadman Trade S. A. de C. V.

De triangulación a lavado “hormiga”

Olvera Amezcua, socio mayoritario de Ficrea, constituyó su primera empresa el 21 de diciembre de 2000: Leadman Trade, según publicó en El Universal la reportera Doris Gómora. La extensa investigación dio cuenta de una red de 100 empresas que se multiplicaron a partir de ese año. La sofipo Ficrea surgió en junio de 2008.

Seis años después, el 8 de noviembre de 2014, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) intervino Ficrea porque detectó una triangulación de recursos entre ésta y Leadman Trade. Hasta ese momento la sofipo tenía una cartera de crédito por 6 mil 284 millones de pesos, de los cuales 5 mil 900 se trasladaron a tres empresas del propio Olvera: Leadman Trade, Baus and Jackman Leasing y Monka Comercial.

Al socio mayoritario se le denunció ante la Procuraduría General de la República (PGR) por lavado de dinero y un fraude de más de 2 mil 700 millones de pesos en agravio de 6 mil 670 ahorradores.

Hasta aquí llega la acusación oficial. Sin embargo, una tarjeta informativa –a la cual tuvo acceso este semanario– muestra que no se trata de 6 mil 670 ahorradores, sino de 4 mil 432, que son quienes cuentan con “un solo instrumento de inversión registrado”.

“Son los ahorradores reales”, comentó un funcionario financiero. El resto podría tratarse de “ahorradores de hule”. Otros especialistas en materia financiera explicaron que Ficrea tiene “múltiples movimientos que podrían reflejar el llamado lavado hormiga”.

Además de los 4 mil 432 ahorradores que tienen un solo registro hay otros cinco tipos de clientes:

La tarjeta informativa establece que hay mil 303 clientes que tienen dos instrumentos de inversión registrados; 901 personas con entre dos y 10 registros; 22 clientes que tienen hasta 20; nueve que suman hasta 30 registros, y tres clientes con entre 30 y 40 registros.

Resulta extraño que las autoridades de Ficrea –como el comisario Hugo Torres Rodríguez; el auditor interno César Todd Jiménez, y el oficial de cumplimiento administrativos de riesgos Francisco Javier Méndez Rubio– no hayan detectado movimientos irregulares de las personas con más registros, comenta un funcionarios del sector financiero gubernamental, quien pide omitir su nombre.

Las personas que realizaron los movimientos irregulares no son gente conocida y no hay documentos que las relacionen directamente con las empresas de Olvera Amezcua.

Según los documentos existen 6 mil 670 clientes pero hay 11 mil 84 instrumentos de inversión registrados en el padrón de Ficrea. Considerando que 4 mil 432 personas registraron un solo instrumento económico, significa que hay 4 mil 41 instrumentos colocados en el sistema financiero mexicano por sólo 2 mil 138 personas.

Es cierto que una persona puede registrar dos instrumentos financieros y no necesariamente realizar lavado de dinero “hormiga”. Sin embargo, cuando los casos empiezan a aumentar, las autoridades deben encender las alertas, detalla uno de los especialistas consultados.

Un dato que revela otra situación irregular es que la sofipo constituida en junio de 2008 tuvo hasta diciembre de 2013 la escasa cantidad de 470 “instrumentos de inversión registrados”, y justo el año en que la situación económica del país se estancó, 2014, se abrieron en Ficrea 10 mil 614 instrumentos financieros.


Ahorradores defraudados por el Ficrea protestan en la Bolsa. Foto: Octavio Gómez
De sofomes y sofipos

Las sofipos son figuras del “subsistema bancario” autorizadas por la CNBV. Su objetivo es atender a ahorradores de medianos ingresos –“microfinanzas”, les llama. Puede recibir depósitos, créditos y préstamos de bancos, de “fideicomisos públicos”, expedir y operar tarjetas de débito, hacer transferencias y otorgar créditos.

Se rigen por la Ley de Ahorro y Crédito Popular, y justamente por ser “popular” su seguro de depósito alcanza hasta los 131 mil pesos; es decir, ante la quiebra o liquidación de una sofipo, el gobierno paga a los clientes hasta 131 mil pesos, porque se supone que se trata de “pequeños ahorradores”. En este supuesto entrarían los 4 mil 432 clientes que tenían un solo instrumento de inversión en Ficrea.

Ahora bien, entre los 6 mil 670 clientes en Ficrea hay por lo menos 175 empresas. Entre éstas destacan una veintena de inmobiliarias y algunas sociedades financieras de objeto múltiple (sofomes).

Las sofomes –al igual que las sofipos– son entidades del subsistema financiero que operan como una especie de banco; la diferencia estriba en que no reciben dinero del público, sino que operan con el de sus socios o inversionistas y con recursos del erario federal. Por ejemplo, una sofom recibe de la Sociedad Hipotecaria Federal algunos millones de pesos para que construya casas, y actúa como intermediaria dando créditos a empresas constructoras. Ese fue el esquema utilizado por los hijos de Martha Sahagún y su socia Construcciones Prácticas SA para adquirir, remodelar y vender casas.

En los documentos en poder de Proceso se establece que varias sofomes invirtieron parte de su dinero en Ficrea; por ejemplo Proserfi, Centerfin y Credipresta.

También hay casos como el de Amarello Financial Group, que se especializa en asesorar a la población para realizar mejores inversiones. Incluso aparece Consorcio Casafin, el cual figura en la lista de agentes inmobiliarios que recomienda la Comisión Nacional de Vivienda del gobierno federal.

Aquí la duda, dicen los especialistas financieros consultados, es por qué los consejos de administración de dichas sofomes autorizaron invertir en Ficrea, una sofipo que sólo puede asegurarles 131 mil pesos en caso de quiebra. “Mi pregunta sería –dice uno de los consultados– qué motivos tuvo el comité de administración que maneja un fideicomiso para invertir en una sofipo que es para ahorro popular”.

SAT, tras comité ahorrador

Desde que el gobierno decidió intervenir Ficrea, el 8 de noviembre pasado, hasta el anuncio de su liquidación, el 18 diciembre, un grupo de clientes se constituyó en “comité de ahorradores”, con 22 integrantes.

Luego de la toma de las instalaciones de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, el 19 de diciembre, y de que la liberaran a las nueve de la mañana del día siguiente, el gobierno federal decidió dar seguimiento puntual a los clientes de Ficrea. Elaboró fichas personales que dan cuenta no sólo de sus movimientos bancarios de 2000 a la fecha, sino también a qué partido pertenecen, cuántos depósitos han recibido de otros bancos, cuántos contratos tienen en Ficrea y cuál es el monto de sus ahorros.

Los documentos, fechados el 29 y el 30 de diciembre de 2014, ponen a la cabeza al cliente más visible del comité, Marcos Kviat Nudel, con 16 contratos en Ficrea y un ahorro de 22 millones 655 mil 37 pesos. De él se lee, por ejemplo, que del 1 de junio de 2013 al 31 de mayo de 2014 recibió 63 depósitos y 61 retiros de 1.1 millones de pesos.

Entre 2013 y 2014 recibió tres transferencias bancarias por 2.3 millones de pesos. Y un dato que llama la atención: de Ficrea recibe 558 mil pesos a través de Banamex y de Actinver Casa de Bolsa, para luego depositarlos… a Ficrea.

En la ficha se lee: “(Kviat Nudel) presenta rápido movimiento de fondos en todas sus cuentas debido a la recepción de pagos, los cuales son retirados en corto tiempo por medio de pagos a terceros. Situación que no permite identificar el origen real de los recursos. Presenta esquema de origen de recursos desconocidos. Se observa que el cliente transacciona con clientes con boletín restrictivo interno” (sic).

Aparece además su número de registro federal de contribuyentes y se destaca que en 2014 recibió, en una operación, 6 millones de pesos. Sostiene que no hay declaraciones anuales o información de terceros ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Y destaca que el cliente se dedica a la cría de gallos de pelea. Ha publicado libros al respecto y en uno de ellos incluso se aprecia que fue respaldado por Ficrea.

También está la ficha de Othón Intzini Balcázar Bravo, con seis contratos en Ficrea y un ahorro de 11 millones 835 mil pesos. Destaca que recibió de Alfonso Mauricio Rivera Guati Rojo 3 millones 95 mil pesos mediante cheques de caja; que en 2013 recibió tres depósitos en efectivo por 780 mil pesos y una transferencia por 1.6 millones de pesos; que en 2012 recibió 5.5 millones de pesos en valores y, en 2003, otros 772 mil pesos. No cuenta con declaraciones ante el SAT.

Otro de los miembros del comité es José Salvador Franco Todoberto, con cinco contratos en Ficrea y un ahorro de 11 millones 150 mil 980 pesos. En 2003 fue director general de Policías Auxiliares del Distrito Federal, bajo el mando de Marcelo Ebrard.

Uno más es Julio Rodríguez Pérez, quien tiene 13 contratos en Ficrea con un ahorro de 10 millones 813 mil 546 pesos.

El resto de los miembros del comité aparecen con entre ocho y dos movimientos en Ficrea y con ahorros que van del millón de pesos hasta los 7 millones. Tan sólo una integrante del comité tiene ahorros por 100 mil 709 pesos.

En cada una de las fichas viene parte de su filiación partidista: uno de los que destacan es el exdiputado federal y exdirigente del PAN en el Estado de México, Javier Paz Zarza. Aparecen los registros federales de causantes, los números de contratos, los números de socios, sus declaraciones o no ante el SAT, así como todas las operaciones ante distintos bancos. En algunos casos se incluyen sus direcciones.

Fuente: Proceso