Intelectuales, caricaturistas y amigos lo recuerdan como referente del nuevo periodismo
Fabiola Palapa, Ana Mónica Rodríguez, Itzel García, Carlos Paul y Ángel Vargas / Periódico La Jornada / Jueves 8 de enero de 2015, p. 6
El fallecimiento del periodista Julio Scherer García, fundador de la revista Proceso, causó conmoción entre integrantes de la comunidad cultural del país, quienes lo recordaron como uno de los referentes del nuevo periodismo por sus agudas críticas e investigaciones sobre corrupción del régimen presidencialista y lo consideraron ejemplo de la ética periodística, así como un apasionado de la noticia.
A continuación las opiniones de intelectuales, escritores, caricaturistas y amigos de Julio Scherer:
Elena Poniatowska, escritora y periodista:
“Es una pérdida inmensa la muerte de Julio Scherer, autor
del nuevo periodismo en la manera de dar las noticias y de
perseguirlas. Él siempre fue un apasionado de la noticia y estaba
dispuesto a cualquier sacrificio de su persona, de su tiempo, de su
salud, para hacer las grandes entrevistas que hizo.
“Recuerdo en 1959 todo el entusiasmo y la pasión que le puso para
entrevistar a Fidel Castro sobre la Revolución Cubana. Scherer fue un
ejemplo de rigor y de entrega absoluta, porque su vida se la dio
totalmente al periodismo. También fue gran padre de familia porque tuvo
muchos hijos, tantos que Carlos Monsiváis decía que Scherer llenaba toda
la bahía de Acapulco cuando vacacionaba con sus hijos e hijas.
“Sus entrevistas fueron notables; siempre decía que quería
entrevistar a Nelson Mandela, pero hizo una enorme a David Alfaro
Siqueiros, que después se convirtió en un libro: La piel y la entraña; es uno de sus textos más grandes.”
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Carmen Lira Saade, directora general de La Jornada, y Julio Shcerer García, en la fiesta del 15 aniversario del diario Foto José Carlo González
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Hugo Gutiérrez Vega, poeta, escritor y director de La Jornada Semanal:
“Julio Scherer es uno de los más importantes y relevantes
periodistas de México; lo recuerdo fundamentalmente como reportero y
como entrevistador, haciendo el trabajo de a pie, de banqueta.
“Lo conocí en su trabajo periodístico inicial; después laboré con él en Excélsior; yo escribía todos los lunes en Últimas Noticias
y estuve con él hasta que Echeverría dio el golpe absurdo contra el
periódico y salí con él en solidaridad. Después seguimos viéndonos como
amigos, con cierta frecuencia comíamos y platicábamos.“En lo que se refiere al periodismo cultural, Julio Scherer tiene un aspecto muy interesante: el patrocinio y apoyo a Octavio Paz en la primera revista Plural, que tuvo importancia fundamental para las letras mexicana; Scherer lo entendía, lo apoyó y, sobre todo, se dio cuenta de que el periodismo cultural es pluralidad y diálogo.
“Por otra parte, creo que la figura de Scherer dentro de la ética periodística es ejemplar, como lo demuestra su trabajo en Proceso; su búsqueda de la verdad y su convicción de que la prensa debe ser independiente y crítica lo hacen uno de los grandes periodistas del siglo. Para todos es una pérdida dolorosa, pero sobre todo existe la necesidad de hacer un homenaje a un hombre que tuvo la visión clara del periodismo crítico e independiente, de un periodismo que busca la verdad y que no se rinde, el cual pese a todas las calamidades que lo rodean sigue adelante en su propósito de servir a la sociedad y al hombre. Por tanto, perdemos a un gran humanista y a un reportero de a pie, a esas dos grandes figuras del periodismo de todos los tiempos.”
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Durante un aniversario de la revista Proceso, conversan Julio Scherer (izquierda); Vicente Leñero (centro), fallecido el 3 de diciembre de 2014, y Gabriel García Márquez (derecha), cuyo deceso ocurrió el 17 de abril del año pasado Foto Guillermo Sologuren |
Javier Aranda Luna, periodista:
“Si el periodismo es la búsqueda de la verdad y su mayor
mérito es la constancia Julio Scherer fue un gran periodista. Su trabajo
de investigación documentó, desde su mirada crítica, los vicios y
abusos del poder durante más de 40 años. Para él, el periodismo debería
ser un espejo insobornable y el periodista el testigo y el curioso
incómodo, porque escucha lo que no se debe escuchar y mira lo que no se
debe mirar en la búsqueda de la información. Pero no todo fue para él
información pura y dura.
“Siempre procuró incluir en sus publicaciones a escritores e
intelectuales de primer nivel: Daniel Cossío Villegas, Octavio Paz,
Carlos Fuentes, Ricardo Garibay, Jorge Ibargüengoitia, Carlos Monsiváis,
José Emilio Pacheco y Gabriel García Márquez... Con Monsiváis llegó
incluso a escribir dos libros: Tiempo de saber, prensa y poder en México y Parte de guerra,
y a José Emilio Pacheco lo convenció de escribir Inventario, la mejor
crónica cultural de la segunda mitad del siglo XX hispanoamericano.”
Rafael Barajas, El Fisgón, caricaturista:
“En el periodismo hay un antes y un después con Julio
Scherer, porque fue uno de esos periodistas que establecen un parteaguas
en la historia, no sólo del periodismo, sino del país.
“Estoy convencido de que Scherer forma parte de esta generación que
abrió los márgenes de lo que podía decir, porque cuando todo mundo
respetaba la figura presidencial, él hacía reportajes de investigación
que denunciaban la corrupción del régimen presidencialista. También
estoy convencido de que la revista Proceso, bajo la tutela de
Julio, comenzó una serie de cambios fundamentales en la prensa nacional,
entre ellos, es una de las primeras publicaciones que trabajan los
reportajes con seriedad.”
Rogelio Naranjo, caricaturista:
“Lo que aprendí de Julio, en el trabajo periodístico, es
la honestidad. Para mí Scherer fue uno de los hombres más honestos que
he conocido en mi vida, y eso se transmite con la amistad. Yo tuve la
suerte de conocerlo en casi todas sus facetas como periodista, desde que
trabajamos juntos en Excélsior. Tuvo un trato muy especial
conmigo, lo que siempre le agradecí. Junto con la honestidad se
encuentra la dignidad con que enfrentó el conflicto en Excélsior.
De ahí en adelante sostuvimos una enorme amistad, como si fuéramos
familiares. Yo lo quiero mucho, lo mismo que a su familia. Aprendí
muchas cosas de Julio, en el aspecto de la dignidad y honestidad de los
periodistas. Siempre se le consideró hombre incorruptible.”
Gonzalo Rocha, caricaturista:
“Hay dos cosas muy importantes que destacar en la
trayectoria de Julio Scherer. Además de ser un gran periodista era un
gran convocante. Ahí se encuentra el testimonio de Vicente Leñero
(también recientemente fallecido), en su libro Los periodistas,
en el que se apunta cómo Scherer era una persona que convencía, por
todos los medios, a quienes quería tener como colaboradores. Era un gran
hacedor de equipos, ejemplo de ello es el periódico Excélsior, de aquel entonces, con todas las plumas que tenía, y la revista Proceso.
Desgraciadamente, hoy día nos encontramos huérfanos de ese tipo de
figuras. Scherer pertenece a un momento en el que había grandes
convocantes, como Fernando Benítez, Octavio Paz o Carlos Monsiváis.
Actualmente hay pocas personas que se dedican a hacer equipos.”
Antonio Helguera, caricaturista:
“Tuve la oportunidad de conocer a Julio Scherer, porque también colaboro desde hace cinco años en Proceso,
revista que fundó don Julio, y puedo decir que es de las figuras que
más vamos a extrañar. Fue una persona bondadosa y comprometida con su
trabajo. Aunque, curiosamente, he visto mucha gente que hasta hoy día lo
sigue criticando por la entrevista que le hizo en 2010 al
narcotraficante Ismael El Mayo Zambada; esto me hace pensar que en nuestra sociedad aún prevalece la ignorancia y la falta de criterio.”
José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM):
“Se nos ha ido uno de los grandes. En medio de la
emoción, del sentimiento, qué puede uno decir cuando parte de la
conciencia se muere; qué puede uno decir cuando alguien que ha tenido
una vida controvertida, compleja, llena de asuntos fundamentales; qué se
puede decir cuando uno de los más grandes, por supuesto, del
periodismo, pero no sólo de esa disciplina, cuando un gran maestro y un
crítico de la situación política, social y económica de nuestro país se
nos va; es muy difícil, por lo menos para mí.
“Reconocer en don Julio Scherer, con quien particularmente los años
recientes desarrollé una relación y tuve la fortuna de que me permitiera
acercarme y conocerlo y saber cómo pensaba, cómo era y tener
conversaciones maravillosas con él; identificar preocupaciones comunes y
encontrar en él permanentemente una voz profunda, inteligente, fuera de
los lugares comunes, valiente, decidida, clara; un maestro del
periodismo, pero también de los que uno quiere encontrar en la vida que
puede, con autoridad moral, decir lo que piensa. Un hombre capaz de
reconocer cuando cambió su punto de vista respecto de algo, un hombre
con gran generosidad para decir, para enseñar y compartir con uno; una
persona que podía ser amigo y con la que uno podía tener coincidencias y
discrepancias; una persona que tenía una extraordinaria generosidad.
Lo vi muchas veces y siempre pedía para otros, nunca para él; un hombre que me dio ideas, que me llevó propuestas, proyectos; un hombre con el que hice y construí, que no quería nunca que se dijera que él había propuesto algo, con (Rogelio) Naranjo, por ejemplo; alguien que a mí y a la UNAM nos dio mucho, lo mismo que hizo con sus estudiantes y con los que no lo vieron en una aula.
Francisco Labastida Ochoa, ex candidato presidencial:
“Fue un hombre congruente con sus ideas y defensor de los
valores en los cuales creía. Le dije a su hijo que México había perdido
un gran padre, pero México ha perdido un gran hombre.
“De las cosas con las que don Julio se marcha de esta vida física es
el orgullo de haberse siempre confrontado con el poder y nunca
doblegarse ante él; es una lección que todos debemos aprender y que Proceso trata de ser digno de ella cada semana.”
Porfirio Muñoz Ledo, político:
“Julio fue un periodista excepcional, casi podría
llamarse un periodista nato que tenía pasión por la investigación de los
hechos y gran valor civil en expresarlos. Fue el periodista de una
generación y queda como símbolo de la libertad de prensa en México,
además fue un gran amigo.
Fue precursor de la construcción de la democracia. Tal vez el movimiento democratizador que comenzamos no hubiera tenido el mismo éxito si no hubiera sido por la comprensión y el anticipo que había dado la generación de Julio. El legado de Scherer es la libertad absoluta.
Carmen Aristegui, periodista:
Julio Scherer es la gran figura del periodismo mexicano, un hombre cuyas batallas han marcado la vida de la prensa mexicana. No se puede entender al país que somos, en muchos sentidos en su parte luminosa, sin su definitiva participación en el periodismo. Uno de los grandes hombres en el país como escritor, periodista; un hombre con una fuerza monumental en su batalla por la prensa, por las ideas, por la cultura, por el periodismo. El hombre que nos arrojó luces por los grandes momentos de la historia, los grandes personajes, sus entrevistas, sus personajes, un hombre fundamental para México. Tuvo una manera de ejercer el periodismo desde la perspectiva crítica, independiente, cercana para obtener la información. Fue el gran hombre que entendió como pocos la dinámica, las entrañas de la complejidad mexicana.
El presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, en Twitter:
El deceso de Julio Scherer es una gran pérdida para el periodismo mexicano. Mi pésame a sus familiares y amigos.
Marisol Schultz, directora de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en Twitter:
Triste noticia la del fallecimiento de don Julio Scherer, pilar y sostén del mejor periodismo mexicano.
También, el FCE lamentó el sensible fallecimiento del periodista,
una de las figuras emblemáticas de la libertad de prensa en México.