viernes, 3 de octubre de 2014

De la fregada, la situación actual del país y de los trabajadores: Néstor de Buen

Hay una miseria horrorosa y desempleo creciente, advierte el abogado laboral
Roberto González Amador / Periódico La Jornada / Viernes 3 de octubre de 2014, p. 29
FotoDe la fregada a muy mal. Néstor de Buen Lozano, abogado laboral, académico jubilado unilateralmente por la Universidad Nacional Autónoma de México, responde tajante sobre la situación actual del país y la que viven en particular los trabajadores: ¿Cómo veo al país? De la fregada, muy mal, dice en su oficina del despacho de abogados que dirige y que hace unos días cumplió seis décadas de actividad.

De Buen Lozano, nacido en 1925 en Sevilla, España, llegó a México con los exiliados después de la caída de la Segunda República. Eran los años en que gobernaba al país Lázaro Cárdenas, tiempo que, ahora lo considera, marcó de algún modo un antes y un después.

México, dice en referencia a los gobiernos de los últimos 74 años, incluido el actual, se ha vuelto un país de derechas, francamente. Y eso, añade, significa que estamos muy mal, que el país va mal. Hay una miseria horrorosa, un desempleo creciente y no vemos soluciones.

–¿Y qué va a pasar?

–Sólo el tiempo. Eso es lo único que va a pasar. No veo espíritus para que haya cambios rotundos y, menos, violentos, afortunadamente, dice en una entrevista con La Jornada a propósito de las seis décadas de existencia de lo que hoy es el Despacho De Buen SC.

La familia De Buen llegó a México durante el cardenismo, periodo en que –entre otras acciones– fueron expropiadas las compañías petroleras extranjeras y creado el Instituto Politécnico Nacional, dos temas ahora en la atención pública y pretexto para iniciar la plática.

Hay que hacer un poco de historia. Qué siguió después del gobierno de Lázaro Cárdenas. Entró (Manuel) Ávila Camacho y con él la derecha. Fue su esposa, Soledad Orozco de Ávila Camacho, la que organizó el año de la Virgen de Guadalupe, en 1941. Después Miguel Alemán y luego (Adolfo) Ruiz Cortines. Todos han ido yéndose a la derecha, cada vez de forma más notable, incluyendo el actual. Entonces es un país de derechas, dice De Buen, quien se define como mexicano por inmersión y, desde hace mucho, adoptó la nacionalidad mexicana.

–Y sin embargo hay poca presencia de los trabajadores, de los sindicatos y las organizaciones obreras en la discusión pública

–Es un tema pavoroso. Desde los años de Fidel Velázquez (quien dirigió la Confederación de Trabajadores de México, organización del PRI, durante 40 años hasta su muerte en 1997) se estableció un sindicalismo corrupto, totalmente al servicio de la empresa y del Estado. Cada vez ha ido a peor, porque mi querido amigo Joaquín Gamboa Pascoe (el actual dirigente de la CTM) no ha cambiado en absoluto la situación.

En México, dice De Buen, también artículista de La Jornada desde la fundación del diario, hace 30 años, los sindicatos representan mayoritariamente intereses personales, no sociales. Los dirigentes quieren un puesto político.

–En estas circunstancias, ¿cuáles son las perspectivas de los trabajadores?

–Soy un pesimista sobre eso porque no hay sindicatos revolucionarios. Las posibilidades de un sindicalismo radical desaparecieron desde que fue impuesto Fidel Velázquez. Han ido apareciendo de vez en cuando algunos sindicatos que tienen algún carácter social, pero son cada vez menos. Tenemos los mineros, afortunadamente, pero con una represión bestial del gobierno y los empresarios.

Hay que ver, dice, la última reforma a la Ley Federal del Trabajo, en vigor desde finales de 2012. Es una reforma totalmente conservadora: desapareció la estabilidad en el empleo. Sí así está el gobierno y el Poder Legislativo se presta a eso con toda facilidad, pues qué se puede hacer.

–¿Qué se puede hacer?

–La palabra revolución es un poco fuerte y no creo que esté el ambiente para hacerla. Pero a lo mejor no hay otro remedio.

–¿Quizá haya que preguntar por qué los trabajadores no son más exigentes con sus derechos?

–Porque la ley establece soluciones negativas para los trabajadores. La cláusula de exclusión, por ejemplo, que los priva del trabajo sin indemnización y que sigue vigente a pesar de que es inconstitucional por todos lados.

Hay una decadencia del derecho del trabajo. Ahora las grandes empresas dominan el mundo para poder establecer salarios cada vez más bajos. Esa es una de las características del mundo acutal. La decadencia del derecho laboral en este sentido es más que evidente, considera.

–Usted ha estado por muchos años ligados a la academia, en la UNAM. ¿Cómo se abordan estos temas con los estudiantes?

–Me acaban de correr.

–Hubiera contratado un abogado laboral.

–Sí –sonríe– pude haberlo hecho. Bajo el pretexto de la jubilación, me jubilaron sin preguntarme. La jubilación es un derecho de los trabajadores, no es una obligación del trabajador.

–¿Cuándo lo jubilaron?

–Hace seis meses más o menos. Cuando fui a pedir mi horario me dijeron que ya no tenía clase, que estaba jubilado. No me hizo ninguna gracia, pero en fin.

De Buen cree que las posibilidades de que los trabajadores tengan ingreso y empleo dignos disminuyeron con la nueva legislación laboral, vigente desde hace dos años.

–Y que no ha creado empleos ni incoporado a más jóvenes al mercado de trabajo, como decían sus promotores.

–Al contrario: se ha creado más desempleo. Ese es el problema. Mientras haya trabajadores que no ganen lo suficiente para vivir la cosa no va a cambiar. Es un error, porque el trabajador es el que compra, es el mercado. Y si ellos al reducir salarios reducen el mercado, están atentando contra ellos mismos.

Fuente: La Jornada - Política