lunes, 29 de septiembre de 2014

Sobre los frutos de la lucha de Álvarez Garín

La Jornada - El Correo Ilustrado
Raúl Álvarez Garín nunca se rindió ante el poder, y su ejemplo echó raíces, como lo estamos viendo estos días.
Quien en 1968 fuera dirigente de los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional y del Consejo Nacional de Huelga falleció mientras en las calles se manifestaban miles de jóvenes contra las reformas académicas que la burocracia encabezada por su directora general Yoloxóchit Bustamante pretende aplicar.
Con la toma de varias escuelas, paros, manifestaciones y la creciente simpatía popular los estudiantes, han logrado la postergación de la aplicación del nuevo reglamento. Pero no están conformes con ello y han anunciado que continuarán en su empeño hasta lograr que se derogue para comenzar desde cero la elaboración de un nuevo reglamento construido por maestros y estudiantes y a tono con el espíritu de su casa de estudios fundada por el presidente Lázaro Cárdenas.
Al mismo tiempo, en Iguala, Guerrero, policías federales y municipales asesinaron a cinco estudiantes normalistas e hirieron a decenas de jóvenes obedeciendo una orden demencial del presidente municipal.
El compañero Raúl Álvarez Garín, en cuyas exequias su féretro estuvo cubierto por las banderas mexicana; del Comité 68, y la roja, con la hoz y el martillo, será un ejemplo para la generación que hoy comienza una nueva etapa en la lucha contra el autoritarismo de los descendientes de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría. Y también para quienes tomamos cabal conciencia del país en que vivimos el 68 y el 10 de junio de 1971 y desde entonces luchamos por un cambio radical del país.
Tomás Oropeza Berumen, profesor de la Facultad de Economía, UNAM