lunes, 10 de marzo de 2014

La luz es un derecho no una mercancía

Alejandro Ojeda* | Opinión-La Crónica
Hace casi cinco años que la CFE es la encargada del suministró de energía eléctrica en el Distrito Federal y nuestro balance de su desempeño es desastroso, pero lo más grave es esta visión tecnócrata que ubica a los usuarios como clientes y a la institución estatal como una empresa privada, desde esta óptica el Estado pierde su sentido social al no garantizar un derecho y permitir arbitrariedades y abusos por parte de CFE. Los medidores de prepago son el instrumento más acabado de injusticia, han dejado de ser un mito para que en este año se conviertan en una realidad en el Distrito Federal, de forma falaz se pretende hacer creer en todas las bondades de este sistema cuando en realidad es la piedra angular para dejar al usuario en completa indefensión.
La telefonía celular es el ejemplo más recurrente de la autoridad para explicar las bondades del prepago, primer error, se equipará un servicio comercial con un derecho, es cierto que la telefonía en los años modernos se ha vuelto una necesidad pero se puede prescindir de ella, puedes elegir tenerla o no y efectivamente como argumentan, de acuerdo a tu necesidad o presupuesto hacer uso, en ese supuesto, puedo tener una inversión mínima que permita mantener por lo menos el servicio de llamadas entrantes sin que ello signifiqué hacer mayor gasto. No es el caso de la luz eléctrica, no se puede prescindir de ella, de hacerlo va contra la integridad física de las personas, pensemos en el tema de seguridad, no tener luz en casa vulnera a los habitantes ante la delincuencia, en cuestiones de salud se han documentado casos en los que la suspensión del servicio llega a ser la diferencia entre la vida y la muerte.

En México es inviable un sistema de esta naturaleza, la discusión tiene que ser de fondo, necesitamos tarifas acorde a la realidad que vivimos, acorde al ingreso de la gente.

Se nos reitera la benevolencia del subsidio que aporta el Estado, pero se les olvida una cosa, el subsidio, los sueldos de los funcionarios, la infraestructura, las oficinas de la empresa de clase mundial, las pagamos con nuestros impuestos.

La luz es un derecho y el Estado esta obligado a garantizar el acceso y suministro.

Hasta siempre

* Presidente de la Comisión Especial sobre Cobro y suministro de energía eléctrica DF