lunes, 27 de enero de 2014

Efectos sociales y ambientales de la desnacionalización del petróleo y la electricidad

México se convertirá en otro país después de la reforma energética, advierte el autor, especialista en geopolítica: Comunidades arrasadas, trabajadores desplazados de sus puestos de trabajo y la política energética en manos de especuladores.
27 enero 2014 | Alberto Betancourt Posada | Desinformémonos.org
México. “Adecuación” de suelos (deforestación), perforación, cementación, cañoneo y producción altamente contaminante es lo que le espera a miles de comunidades locales. Columnas de buldóceres y obreros industriales arribarán a miles de municipios a destruir bosques templados o húmedos, sabanas, desiertos y playas, donde se instalarán los cinco mil pozos petroleros invocados durante el reciente debate parlamentario, por el (incomprensiblemente llamado) Partido Verde. La ley energética permitirá a empresas trasnacionales ocupar y explotar territorios indígenas y comunitarios.

De acuerdo al senador Alejandro Encinas Rodríguez, las modificaciones abren la posibilidad de expropiar territorios comunitarios sin justificar la utilidad pública. Pero eso no es todo. Las modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y los 21 artículos transitorios, aprobados al vapor por los legisladores peñistas, desatarán un fuerte oleaje de efectos políticos, económicos, sociales y ambientales que modificarán radicalmente el paisaje social mexicano.
Es difícil calibrar el sentido y la magnitud de las implicaciones que acarreará el albazo legislativo, cuyo entreguismo al extranjero es comparable con los Tratados de Guadalupe-Hidalgo. En la sesión del 10 de diciembre de 2013, ante la inminente eclosión del huevo de la serpiente, varios senadores advirtieron lo que estaba en juego.

La contrarreforma energética extirpa parte esencial del artículo 27, esa médula de la Constitución de 1917, que permitió el florecimiento del pacto social y la paz posrevolucionaria. El senador Mario Delgado Carrillo advierte que las modificaciones eliminan el carácter estratégico de las industrias petrolera y eléctrica del país; ceden a particulares porciones considerables de la renta petrolera y eléctrica; establecen una competencia entre trabajadores nacionales y extranjeros; y propiciarán el despido de trabajadores mexicanos y su sustitución con trabajadores extranjeros.

El senador Manuel Bartlett Díaz afirmó que Petróleos Mexicanos (PEMEX) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) son las principales empresas del país; además, complementó, el petróleo y la electricidad constituyen respectivamente la primera y segunda fuente de ingresos del Estado mexicano. El senador Adán Augusto López Hernández afirmó que Petróleos Mexicanos es el tercer más importante exportador de crudo a Estados Unidos, tiene el costo de producción más bajo del mundo y el segundo más bajo de exploración. Sus trabajadores, aseveró, extraen diariamente 2 millones y medio de barriles, y brindan un beneficio de aproximadamente 90 dólares el barril. La empresa, remató el legislador, genera ingresos por 225 millones de dólares al día, los cuales al cabo de un año representan un ingreso a México de 82 mil millones de dólares.

La reforma constitucional susurrada por el Partido Acción Nacional (PAN) al oído del Partido Revolucionario Institucional (PRI) desnacionaliza las industrias del petróleo y la electricidad. Los conservadores inventaron una nueva figura, las “empresas productivas”, las cuales deberán probar su eficiencia si quieren subsistir; PEMEX deberá mostrar sus resultados o desaparecer en los próximos cinco años; la CFE está desahuciada, pues únicamente se le auguran 12 meses. La ley desvanece de facto a PEMEX y CFE al despojarlas de su carácter estratégico y obligarlas a ceder, mediante contratos, su materia de trabajo a empresas particulares, cuyo objetivo es el lucro en vez del beneficio público.

Bajo la nueva legislación, las políticas energéticas de México serán abiertamente elaboradas por los alquimistas del Banco Mundial. Empresas particulares recogerán las ganancias de la libre flotación del valor del crudo mexicano en la bolsa de valores. Los conflictos entre las gigantes energéticas y el gobierno mexicano serán resueltos en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias, del poderoso Grupo Banco Mundial.

El 7° artículo transitorio de la reforma energética vincula los hidrocarburos mexicanos al TLCAN y apuntala el sueño conservador de “un nuevo siglo americano”. México para los “americanos” (y sus socios locales).

Antes de que Lucerito mate otro venado, las tarifas de luz, gas, gasavión, gasolina y diesel se irán a la estratósfera, y florecerá una nueva generación de supermillonarios. Muchos ex directores y altos ejecutivos de PEMEX y CFE aprovecharon la administración pública para asociarse con trasnacionales; ahora visitan agencias de bienes raíces, para escoger sus propiedades en Houston y Miami. Con toda razón, la senadora Lorena Cuellar Cisneros invocó a Ignacio Ramírez: “Que los cielos y la tierra retumben para maldecir a esos traidores que entregaron a su país y a su gente a una nación extranjera. Que sus almas no encuentren reposo hasta el fin de los tiempos. Porque lo más sagrado que tiene un hombre, es su honor y la patria”.

Fuente: Desinformémonos.org