lunes, 5 de agosto de 2013

Las transnacionales nacieron para nunca más volver a ser pequeñas

México, ¿se empequeñecerá aún más?
4 agosto 2013 | Gloria Analco | UnomásUno
Es del dominio público que dentro del Pacto por México no está representada la izquierda mexicana. El PRD, que en teoría podría hacer esas veces, está dominado en su élite por el ala derechista, lo cual le garantiza al gobierno de Enrique Peña una reforma energética que va a poder abrir la propiedad del petróleo mexicano a las transnacionales petroleras, pues van a compartir utilidades de ese bien nacional, sin que haya necesidad, dicen, de privatizar Pemex.
Y además, ¿quién quiere entrarle a una paraestatal que está dominada por un sindicato corrupto y enredada en uno y mil lastres? ¡Que se siga haciendo cargo de ella el gobierno de México!, sería la primera exigencia de las transnacionales, lógicamente.


Que quede claro que lo que va a privatizarse es el petróleo, donde las ganancias más jugosas seguro va a llevárselas el capital extranjero.

Eso es así por muchas razones, la principal es que va a recuperar su inversión por extraer petróleo de las profundidades del mar.

Ahí, en ese renglón, le va a hacer las cuentas largas al gobierno de México, y a la hora de repartirse los porcentajes de utilidades que queden establecidos, van a elevar los gastos hasta las nubes, pues ellos van a ser los ejecutores de las obras con su propia tecnología, y no va a haber forma de rebatirles, terminando por llevarse ellas la mayor tajada.

México obtendrá lo suficiente para comprar kleenex y sentarse a llorar.

Ese panorama es el que han descrito representantes de Petrobras, cada vez que se les pregunta cómo les fue con su asociación con las trasnacionales. ¿Qué es entonces lo que anima al actual gobierno a seguir adelante con una reforma entreguista? Eso está por analizarse. Desde luego que el Sol no puede ocultarse con un dedo. Cuando pase el tiempo y lleguemos a ver los resultados, va a ser muy tarde. Petrobras ha querido zafarse y no ha podido. Ahora estamos sabiendo, por ejemplo, que Felipe Calderón, mientras fue presidente de México, además de entregar la explotación de nuestra minería a empresas extranjeras a diestra y siniestra, entre otras cosas por el estilo, benefició a Iberdrola con modificaciones a sus permisos originales, violando las disposiciones constitucionales, para que se convirtiera en el proveedor de electricidad de los grandes consorcios en México, dejándole los pequeños a CFE, y luego se quejan por qué no entran más recursos a las arcas de la nación para solventar los gastos de mejor salud y educación para el pueblo de México, y ahora pretenden hacer lo mismo con el petróleo y subir el IVA.

Y pronto seguramente Iberdrola abastecerá al pueblo de México, y la CFE, como Luz y Fuerza, tendrá que desaparecer. Es el neoliberalismo puro en expansión, mientras los programas sociales a la población disminuyen en cantidad y calidad.

Ese es el presente y futuro que nos ha sido deparado por nuestros flamantes gobernantes, que como en los tiempos de los aztecas, intercambian espejos por oro puro, mientras ellos se sienten hombres exitosos, negociando con lo ajeno. 

Vean cómo se sienten importantes los coordinadores de las cámaras del PRI, PAN y PRD, reuniéndose en privado con representantes del gobierno para tramar la reforma energética, todos de común acuerdo. Desde la cúspide, donde creen estar, van a acabar de arruinar a México.