lunes, 12 de marzo de 2012

Y en pleno discurso, se salieron del recinto

“Vine a algo de Sedesol, porque viene el Presidente”, dijo un militante al preguntarle el motivo de su presencia.
12 marzo 2012 | Adriana Esthela Flores y Raymundo Pérez Arellano | Milenio
Ni el toque guapachoso de Margarita, La diosa de la cumbia, ni la promesa de que les regalarían banderines y sombrillas fueron suficientes para retener a los más de 35 mil asistentes a la protesta de Josefina Vázquez Mota como candidata del PAN a la Presidencia.
Agudizada por el calor y la desorganización, la espera que soportaron miles de personas movilizadas al Estadio Azul las hizo abandonarlo...¡justo a la hora del acto principal!

El guión marchaba conforme al plan antes del acto, programado a las 11 de la mañana. El proyecto del organizador —el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN— movilizó desde las 8 horas, en 100 autobuses, a miles de militantes y simpatizantes del DF y otros estados que llenaron los alrededores del estadio Azul dispuestos a apoyar a Josefina… o lo que fuera.

“Vine a algo de Sedesol, porque viene el Presidente”, dijo un militante de Iztapalapa al preguntarle el motivo de su traslado; “Vine a la fiesta por el Día Internacional de la Mujer”, dijo una mujer de Toluca; y otra mujer prefirió un simple: “¡Pues a una corrida de toros!”.



El estadio empezó a poblarse. Animadores exhortaban a los asistentes a gritar “¡Jota, ve, eme..Josefina!”, mientras una botarga azul del personaje Elmo hacía lo propio tomándose fotos con los niños.

Diez de la mañana. El sol empezó a calar. La gente pidió agua y trató de cubrirse con paraguas o cartones o cobijas. Para apaciguar un poco los ánimos, La Diosa de la Cumbia trató de refrescar el ambiente con sus canciones “La Pollera Colorá” y “Escándalo”, pero el sol seguía fuerte y ya eran casi las 11.

Problemas: el estadio aún no estaba lleno y en la zona de invitados especiales —la más próxima al templete donde Vázquez Mota rendiría protesta— la mayor parte de los asientos estaban vacíos.

Había que llenar los huecos. Los organizadores decidieron mover gente de las gradas hacia la cancha; además, en la parte superior fue colocada una manta para cubrir los espacios vacíos.

Esto no agradó a todos. Junto al área de sonido, alguien vociferaba y manoteaba, desesperado: era Roberto Gil, coordinador de campaña de Vázquez Mota, quien señaló precisamente las gradas vacías. Ya eran casi las 12 cuando se dio la orden de mover gente a esa zona.

Media hora más tarde, el estadio ya estaba apto para la toma de protesta. Entre gritos y aplausos de los asistentes, Vázquez Mota se abrió paso, sonriente, hacia el templete.

Más de 30 fotógrafos se quejaron de estar lejos del escenario. Y su berrinche fue tanto que los organizadores les permitieron el paso a éste, lo que impidió a una buena cantidad de personas observar el acto. No faltaron los gritos y abucheos: “¡Quítenlos!”.

Pese al retraso, la primera en hablar fue la menos esperada: Isabel Miranda de Wallace, candidata panista al gobierno capitalino. Siguió José Espina, presidente de la Comisión Nacional de Elecciones, quien leyó el acta de triunfo de Josefina. Cuando el presidente nacional panista, Gustavo Madero, tomó el micrófono, la situación ya era desesperante. Se oyeron rechiflas.

La gente aguantó hasta que Josefina levantó el brazo y pronunció: “Sí, protesto”. Como si fuera una señal, los asistentes se enfilaron hacia las puertas de salida.

Josefina parecía no darse cuenta de que, mientras caminaba en círculos por el templete para que su público la contemplara —como en un concierto—, el estadio Azul se iba quedando solo.

Hubo algunos aplausos. Jóvenes le celebraban sus frases (“Tenemos la fuerza, tenemos el vigor”), pero ya no era posible que la gente aguantara el calor y el sol: en solo 20 minutos, el espacio que tardó en llenarse más de tres horas y media se vació.

Ella no perdió el optimismo: por la tarde, al develar una placa por las 300 representaciones de la obra “Perfume de Gardenia” en el Teatro San Rafael, Josefina justificó las fallas logísticas: “Bueno, había muchísima gente esperando. La verdad me siento muy contenta, cuando tomé protesta teníamos todo el estadio lleno. Me siento muy honrada y muy reconocida”.


Fuente: Milenio