jueves, 23 de diciembre de 2010

En el tintero, la reforma laboral

December 23, 2010— 
12:00 am
Para la clase trabajadora, como espada de Damocles, continua en suspenso la reforma laboral, ya que al concluir el segundo periodo legislativo de este año, nada más se hizo la finta de que la llevarían a cabo. No fue así, por lo que el proyecto de cambios en materia de trabajo sigue pendiente, ahí se encuentra todavía, en espera, aguardando el momento en que los diputados decidan entrar al análisis y debate de esta ley, para luego, en su oportunidad, ser reformada.
Es seguro que más temprano que tarde se va a realizar dicho proceso legislativo para esa finalidad. Pero, no se puede esperar nada bueno de tal reforma laboral para la clase trabajadora asalariada del país, aunque digan lo contrario, menos aún cuando dicha iniciativa fue elaborada e impulsada por el secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, justo, el hoy verdugo de los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas, de la desaparecida Compañía de Luz y Fuerza, así como también habrá de atribuírsele a este mismo y alto funcionario, el asunto más reciente relacionado con los trabajadores de Mexicana de Aviación, nada más por citar estos dos casos emblemáticos.
Sí, se recordará que en el caso del SME, sorpresivamente, sin contemplaciones, al margen de procedimientos legales y sin recato alguno, se les echó a la calle, despojándolos de un solo golpe de lo que por casi un siglo fue su fuente laboral, y que a consecuencia de ello, hoy este gremio, lamentablemente deambula por las calles de la ciudad de México de manifestación en manifestación, en protesta permanente y férrea lucha por recuperar su materia de trabajo, sin dejarse vencer por la desesperación, que pudiera convertirse en su siguiente enemigo en turno, que es a esta estrategia a lo que le apuestan las autoridades para que la inconformidad se diluya y por si sola desaparezca en su totalidad.
En el caso de Mexicana de Aviación, que llevaba más de cincuenta años de existencia, corrió una suerte similar a la del SME, porque también sus trabajadores súbitamente, de la noche a la mañana se quedaron sin el empleo, bajo argumentaciones de quiebras financieras de la empresa. Circunstancia que obligó a algunas atractivas sobrecargos a posar sus bellos atributos en sexis calendarios para sortear la crisis económica en que se vieron envueltas.
Lo cierto es que Lozano Alarcón, el impulsor de la actual reforma laboral, con sendos golpes decidió acabar con estas dos fuertes y vanguardistas agrupaciones sindicales, y consecuentemente borró de un solo manotazo todas sus conquistas salariales y las múltiples prestaciones económicas que respectivamente, a lo largo de los años, fueron acumulando como logros de su lucha permanente dentro de un marco de legalidad.
Con estos dos deplorables ejemplos, más que ilustrativos, en que los derechos laborales aunque hayan estado plasmados en la ley, ello poco les importó, ya que tal supuesta garantía intocable, no fue suficiente para dar al trabajador seguridad y certeza en su empleo, ante todo esto ha lugar a interrogarnos, ¿qué puede esperarse para el resto de la clase trabajadora del país? ¿Qué puede esperar el trabajador en lo individual?
El proyecto de reforma laboral presentado en a la Cámara de Diputados a principio de año por Lozano Alarcón, habla hasta el cansancio que contiene grandes bondades y que será la solución al desempleo generalizado en todo el país, esta es la idea con la que pretende convencer de la supuesta necesidad de reformar la legislación laboral. ¿Se le habría de creer, después de lo que hizo con el SME y Mexicana de Aviación?
Es difícil que la reforma laboral favorezca al trabajador, porque el sello de la casa está ahí, sintetizado en la arbitrariedad. Son dos casos, más que suficientes con los cuales se puede imaginar y comprender el sentido en que vendrá la nueva ley que regirá la materia de trabajo en todo el país.
Pero para no especular, y a manera de adelanto se puede señalar que el proyecto de reforma laborar contiene aspectos tales como cambiar la jornada laboral de ocho horas por el trabajo pagado por horas. Es decir, si la persona física trabaja tres, cuatro o cinco horas, son las mismas que únicamente le pagarán y no la jornada completa. Bajo este esquema no habrá horas extras. Cambiará la finalidad protectora del trabajo por una visión, supuestamente, modernista, que pretende crear más empleos con base en la sustitución de los esquemas de contratación donde trabajador estará en desventaja, ya que se permitirá la contratación temporal para que esté a prueba, no generará derechos de antigüedad, por lo que será difícil que llegue a pensionarse.
En conflictos laborales no procederá la reinstalación del trabajador, sino la indemnización, que será limitada, así como tampoco se contempla la supletoriedad de la queja.Circuntancias que afectarán a la parte débil en una controversia legal, que obviamente lo es el trabajador. Los juicios laborales se resolverán en tiempos muy cortos.
Estas tan sólo son algunas pinceladas conceptuales de lo que contiene la reforma laboral, que ni generará las grandes cantidades de empleos que mencionan, y en cambio sí aumentará la desprotección socilal.
De haberse aprobado la reforma laboral, para el secretario del Trabajo, Javier Lozano, hubiese significado una tercera medalla de triunfos, que le habría de servir como plataforma de lanzamiento en pos de su candidatrura presidencial por el PAN, pero por el momento se quedó en el tintero de la Cámara de Diputados, seguramente para no amargar la cena de navidad a millones de trabajadores.