viernes, 5 de octubre de 2018

Del 2 de octubre a Ayotzinapa... El Toque Crítico de Martín Esparza

Martín Esparza Flores | Siempre!
Este 2 de octubre se cumple medio siglo de una de las peores infamias cometidas al pueblo de México: la matanza de Tlatelolco quedó escrita con la sangre de jóvenes estudiantes que decidieron alzar la voz en contra de un gobierno autoritario, cuyos vestigios se creían superados pero que el 26 de septiembre de 2014 retornaron con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en un esquema neoliberal donde por tres décadas se han pisoteado los derechos de la clase trabajadora, indígena y campesina para favorecer los intereses del capital nacional y extranjero.

Han transcurrido 50 años de esta tragedia que tuvo como antecedentes sociales movimientos como la huelga de los ferrocarrileros de 1959 y de los médicos en 1964, que terminaron brutalmente reprimidas con toda la fuerza del Estado que no dudó en echar mano del Ejército para disuadir a ambos gremios de seguir adelante en sus demandas de justicia laboral.

En el conflicto ferrocarrilero fue la exigencia a mejores salarios la causa principal que detonó la lucha de este gremio en todo el país, a la par de la imposición de líderes charros que no representaban sus intereses. Líderes como Demetrio Vallejo y Valentín Campa emergieron con el apoyo de las bases y pagaron con cárcel no plegarse a los designios oficiales que, mediante el corporativismo sindical, imponía directrices ajenas al sentir de los trabajadores.

Cinco años después, en noviembre de 1964, los médicos del ISSSTE decidieron unirse en una causa común para mejorar sus condiciones laborales y salariales, movimiento que al transcurrir los meses se sumaron médicos del IMSS y del sector salud, hasta contabilizar 130 hospitales en todo el país, en el paro del 30 de enero de 1965.

El gobierno de Gustavo Díaz Ordaz dio la primera muestra de su intolerancia y brutalidad cuando el 26 de agosto de 1965, tomó militarmente las instalaciones del Hospital 20 de Noviembre y los médicos fueron sustituidos por esquiroles de las fuerzas armadas. Unos 500 trabajadores fueron despedidos y se giraron 70 órdenes de aprehensión contra los dirigentes, muchos de los cuales huyeron del país.

En aras de mantener la estabilidad social y tener al país en calma ante la proximidad de las Olimpiadas, Díaz Ordaz buscó la manera de terminar con el movimiento estudiantil de una forma brutal donde la fuerza de las armas sepultó toda posibilidad de diálogo.

Años más tarde ese totalitarismo disfrazado de gobierno democrático reprimió brutalmente otra manifestación de estudiantes el 10 de junio de 1971 en el llamado halconazo y cinco años después, el 16 de junio de 1976, con más de 20 mil soldados, se apoderó de las instalaciones eléctricas del país para desplazar con otros tantos miles de esquiroles a los trabajadores de la Tendencia Democrática del SUTERM, encabezada por Rafael Galván, para imponer al charro cetemista, Leonardo Rodríguez Alcaine.

Por estos años de acumulado hartazgo, 30 millones de mexicanos votaron por un cambio el pasado 1 de julio, cobrándole al gobierno que está por concluir la reciente factura por los normalistas de Ayotzinapa. Por eso, es importante que este dos de octubre, todo el pueblo de México al lado de estudiantes, sindicatos independientes y organizaciones sociales, acudamos a la movilización pacífica que saldrá de la Plaza de las Tres Culturas al Zócalo. Porque el 2 de octubre ¡no se olvida¡