4 agosto 2018 | Martín Esparza Flores | Siempre!
La designación de los funcionarios que tendrán en sus manos corregir el rumbo energético del país en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no puede ser más acertada. Rocío Nahle en la Secretaría de Energía garantiza un sólido conocimiento en el tema de los hidrocarburos, lo mismo que Octavio Romero Oropeza en Pemex y ni qué decir de Manuel Bartlett Díaz en CFE.
Una de sus tareas inmediatas implica la elaboración de un amplio diagnóstico sobre el estado que guarda el sector de la energía luego de 30 años en que los gobiernos neoliberales se encargaron de saquear y desmantelar las ahora llamadas empresas productivas del Estado.
El perfil de esta tercia de expertos en la materia abre la expectativa a la conformación de una política energética encaminada a fortalecer la economía del país tomando en cuenta el punto de vista de organismos como el Instituto de Investigaciones Eléctricas, el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares y el Instituto Mexicano del Petróleo, así como de voces académicas autorizadas y trabajadores, que fueron ignorados en la elaboración de la reforma energética y sus leyes secundarias.
En su calidad de legisladora, Rocío Nahle exhibió, lo mismo en comisiones que en la tribuna de San Lázaro, la ignorancia y desaciertos en el tema energético de políticos del PRI, PAN y otros partidos; desde hace por lo menos 15 años, Manuel Bartlett jugó un papel de primer orden al alertar sobre los problemas que enfrentaba el sector energético, y denunciar su desmantelamiento en favor de empresas trasnacionales. De su autoría son diversos libros de investigación y análisis que se convirtieron en valiosas y fundamentadas críticas a las reformas estructurales que abrieron los sectores eléctrico y petrolero al mercado internacional.
Como titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Bartlett tendrá la facultad de revisar los contratos que otorgó la empresa pública en los últimas administraciones, sobre todo en los gobiernos panistas de Fox y Calderón donde se adquirió el compromiso de comprarles energía a empresas extranjeras como Iberdrola que a la fecha trae unos 10 mil megawatts de capacidad, mientras se proyecta que CFE retire 14 mil megawatts de su capacidad instalada. Calderón y su exsecretaria de Energía, Georgina Kessel, cobran como asesores externos de Iberdrola jugosos sueldos en euros.
En la elaboración de este diagnóstico será pertinente analizar a detalle esta política de privilegios a los capitales extranjeros y que en buena medida explica las verdaderas razones para desaparecer Luz y Fuerza del Centro, a la que los gobiernos panistas calificaban de obsoleta, cuando hoy con la mano de obra calificada de los electricistas del SME se han rehabilitado hidroeléctricas con un mínimo de recursos, reactivando su generación.
Estamos seguros de que a través del diálogo de estos funcionarios con institutos de investigación, trabajadores y expertos en la materia, México podrá sacar adelante su economía nacional y ser una potencia en este sector ofreciendo mejores tarifas en electricidad, gas y gasolinas a la población.
Resulta alentador saber que, por ejemplo, un reclamo generado por los arbitrarios cobros que la CFE aplicó tras el cierre de Luz y Fuerza del Centro a miles de usuarios no únicamente de la zona centro sino de todo el país, como lo es el borrón y cuenta nueva, se vaya a concretar con el arribo de Bartlett Díaz a la ex paraestatal. El senador conoce los orígenes del problema y será el encargado de cumplir con esta promesa de justicia social hecha por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
