lunes, 20 de marzo de 2017

Pemex, a 79 años de la expropiación, escombros

19 marzo 2017 | Jesusa Cervantes | Proceso
En 1938, Lázaro Cárdenas nacionalizó el petróleo. Y hoy, 79 años después, Pemex no es ni sombra de lo que llegó a ser. El derrumbe de la producción es sólo un síntoma: las raíces de la enfermedad que asfixian a la industria petrolera nacional son la corrupción más burda, el entreguismo más voraz, el capricho más majadero y la ineptitud más escandalosa.
CIUDAD DE MÉXICO (Apro).- Saqueos, sobornos, desmantelamiento de petroquímicas, renta de infraestructura, uso a 40% de las seis refinerías existentes, importación de gasolinas, opacidad en la venta del crudo y la entrega de las reservas "descubiertas y aún por descubrir” a empresas extranjeras… Esta es la situación por la que atraviesa la industria petrolera mexicana, que el sábado 18 cumplió 79 años de haber sido nacionalizada por Lázaro Cárdenas.

Por si fuera poco, Petróleos Mexicanos, una de las empresas más grandes de Latinoamérica, mantiene deudas por más de 1 billón de pesos, cuyo destino se ignora. Tan sólo el año pasado se reportó la emisión de 10 mil millones de pesos en bonos de deuda, por ejemplo. Además, tiene pagos pendientes con contratistas y proveedores por 147 mil millones de pesos, según el reporte que el director de la otrora paraestatal, Antonio González Anaya, acaba de entregar a la Cámara de Diputados.

En medio de todo esto se encuentran los recientes anuncios de venta de infraestructura hechos el 21 de diciembre pasado por el director de Pemex Transformación Industrial, Carlos Murrieta Cummings.

Cada presidente, desde Carlos Salinas de Gortari, ha determinado qué área de la política petrolera modifica. Por ejemplo, Felipe Calderón decidió que el país dejaría de producir energía eléctrica mediante la quema de combustóleo —compuesto contaminante que se obtiene durante la refinación de las gasolinas— y en contraparte privilegiaría el gas.

Ahora, como el país ya no tiene combustóleo, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) anunció que rentará sus tanques de almacenamiento. El pasado lunes 13, el director de la eléctrica, Jaime Hernández, dijo: "La CFE busca participar en la cadena de valor de petrolíferos (gasolinas) de forma rentable, a través de sociedades en las que la empresa aportará el uso de su infraestructura de almacenamiento, y los socios aportarán financiamiento para adecuar las instalaciones.”

La química y diputada Rocío Nahle (Morena) explica qué significa esto: se ha dejado de invertir en la infraestructura de refinerías, lo que genera que trabajen a 40% de su capacidad, y para cubrir la demanda nacional de gasolina ésta se importa. 

De este modo se abre el mercado de las gasolinas a las empresas que hace 79 años expulsó el general Lázaro Cárdenas: las extranjeras. Y como esos consorcios no tienen dónde almacenar, "ahora deciden rentar los tanques de CFE.”

En resumen: Calderón modificó el sistema de producción y Enrique Peña Nieto, con su reforma energética aprobada en diciembre de 2013, le dio continuidad a esta política, al decidir que rentará el equipo que ya no se usa, expresa Nahle.



DE LA ENTREGA PARCIAL A LA TOTAL

"Calderón dijo que el combustóleo contamina, pero aquí teníamos de sobra y no nos costaba. Si no tenías gas, ¿para qué cambias tu sistema de producción a gas? Pues porque Calderón quería el negocio del gas”, delinea Nahle. 

"La empresa española Repsol tenía en su poder la comercialización en exclusiva del gas procedente de su planta ubicada en Camisea, al sur de Perú. En 2007, Calderón y la CFE eligen a Repsol como proveedor de gas natural. Y México gastó 21 mil millones de dólares en surtir gas a la CFE.”

Según el contrato Repsol-CFE de 2008, Repsol sólo pagaría a Perú 6 mil 26 millones de dólares, y el resto fue su ganancia por ser intermediario.

Y desde que fue secretario de Energía, en el sexenio de Vicente Fox, Calderón también promovió los Contratos de Servicios Múltiples (CSM), en su mayoría a favor de Repsol.

Ahora, tras reforma energética, los CSM se utilizan para entregar no sólo las reservas probadas de petróleo a empresas extranjeras, sino también las probables. 

Cuando Cárdenas nacionalizó la industria petrolera en 1938, una decena de empresas extranjeras, entre ellas estadounidenses y alemanas, explotaban los yacimientos del país. Pero con la reforma energética, hoy se permite que el gobierno licite la exploración y extracción de petróleo. Y el pasado 4 de diciembre se entregó la joya de la corona a empresas estadounidenses, italianas, rusas, chinas, noruegas, francesas y británicas, denuncia Nahle.

‘HOYO DE DONA’

Se licitaron cuatro campos del área llamada "Cinturón Plegado Perdido” —antes conocido como "hoyo de dona” y ubicado en aguas profundas del Golfo de México, cerca de Estados Unidos—. Exxon Mobil, la empresa que de 2006 a 2017 dirigió el actual secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, se quedó con 2 mil 977 kilómetros cuadrados de aguas profundas, y en la práctica podrá apropiarse de los hidrocarburos que ahí encuentre.

Nahle zanja: "Son los mismos consorcios. En 1938 los corrimos de nuestro territorio y ahora regresan por sus fueros. En las zonas licitadas del Cinturón Perdido tenemos reservas probadas y probables de petróleo. Es un absurdo porque a ellos se les entregó parte de lo que todavía no se descubre y lo ya detectado.”

Por ello, sostiene, estamos peor que 1938. Hoy se vive un entreguismo ilimitado del gobierno a los estadounidenses y a todos los extranjeros.

Hoy no hay nada que festejar, coincide Julio Saldaña, diputado federal por el PRD. Denuncia que el gobierno haya dejado de invertir en refinerías para justificar así la importación de gasolinas.

Existe otro punto grave, abunda: Empresas productivas de Pemex como Agronitrogenados fueron vendidas en buen estado y posteriormente recompradas a precios exorbitantes…, pero para entonces ya se habían convertido en chatarra.

Agronitrogenados fue vendida por Pemex en 1992 a Alonso Ancira, dueño de Altos Hornos de México, y a Xavier Autrey. Cuando Peña Nieto llegó a la Presidencia de México, el gobierno la recompró por cerca de 4 mil millones de pesos, a pesar de que tenía 14 años sin funcionar y se estaba derrumbando.