domingo, 22 de enero de 2017

Gobierno peñista: La austeridad dorada

Cuando Enrique Peña Nieto anunció, el pasado jueves 12, que “la gallina de los huevos de oro” estaba agotada, olvidó aclarar que esa escasez áurea no alcanzaba a la casta de su gobierno. Los integrantes de los gabinetes legal y ampliado de su administración cobran salarios y prestaciones que resultan insultantes para la mayoría de los mexicanos. De acuerdo con el Portal de Obligaciones de Transparencia, los ingresos de los secretarios y subsecretarios de Estado siguen siendo una sangría para el erario, aun cuando se reduzcan en diez por ciento.
22 enero 2017 | Arturo Rodríguez García | Proceso
La gallina de los huevos de oro se acabó…, pero no para los altos funcionarios del gobierno federal. Aunque el presidente Enrique Peña Nieto les anunció que se bajarán el sueldo 10%, seguirán ganando mucho más que la mayoría de los mexicanos, mantendrán estímulos muy ventajosos –como su apoyo para la compra de gasolina– y permanecerán prácticamente sin pagar impuestos.

A casi dos años de iniciado el despido masivo de burócratas federales de bajo rango, así como de severos recortes presupuestales, mencionados como ejemplo de austeridad por Peña Nieto en sus discursos sobre el gasolinazo, su oficina es ejemplo de obesidad burocrática.

Por ejemplo, el jefe de la Oficina de la Presidencia de la República tiene sueldo integrado de secretario de Estado: 205 mil pesos mensuales. El gobierno le paga cuatro teléfonos celulares y le otorga, entre otras prestaciones, 11 mil 460 pesos mensuales para la compra de gasolina.

Conforme a la ley, en el gabinete federal hay 52 subsecretarios de Estado en 18 secretarías. Pero además, para efectos de nómina, en la Presidencia hay 15 funcionarios con plaza de subsecretarios; de ellos, 11 cobran 203 mil pesos y cuatro ganan, cada uno, más de 201 mil pesos mensuales. 

En total la Presidencia tiene 50 servidores públicos de mando superior. El más modesto en cuanto a ingresos es el responsable de la Unidad de Transparencia: cobra 122 mil pesos mensuales. Todos tienen un apoyo económico para gasolina y lubricantes, 44 de ellos por 7 mil 500 pesos mensuales y seis, por 6 mil pesos.

Una consulta realizada por Proceso en el Portal de Obligaciones de Transparencia (POT) –donde se publican sueldos, salarios y prestaciones de los servidores públicos– permitió observar las condiciones salariales no sólo de la Presidencia, sino de mil 612 servidores públicos de mando superior, quienes tienen percepciones que van de los 120 mil a los 213 mil pesos mensuales. 

Y no tienen que preocuparse por el precio de la gasolina, pues a todos les dan recursos para eso: 414 reciben 5 mil 730 pesos mensuales; a 285 les dan 3 mil 750, y 913 cuentan con 2 mil 958 pesos mensuales para el combustible de sus vehículos. 

LA AUSTERIDAD DE PEÑA NIETO

En su mensaje en cadena nacional de la noche del jueves 5, Peña Nieto anunció, como única medida concreta de austeridad, que los servidores públicos de mando superior de las dependencias federales reducirían 10% sus sueldos y salarios. 

Lo reiteró el lunes 9, al ampliar sus anuncios para hacer frente al gasolinazo, con la firma del Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar, celebrado en la residencia oficial de Los Pinos, a donde asistieron los dirigentes de los sectores corporativos del PRI y dirigentes de cámaras y organismos empresariales.

La revisión de los ingresos brutos de los mil 612 servidores públicos de mando superior refleja que la medida es irrisoria. Si bien las cantidades que ganan superan con mucho el ingreso promedio de las familias mexicanas, no hay impacto presupuestal con reducir esos salarios 10%.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el ingreso familiar promedio en México era de 12 mil 806 dólares anuales, hasta su último informe en mayo de 2016.

Un cálculo elemental: El ingreso promedio de un servidor público de mando superior era cercano a los 100 mil dólares anuales al tipo de cambio de ese mismo mes de mayo. Esto es: Un colaborador promedio del peñismo ganaba casi ocho veces más que una familia mexicana promedio.

La distancia es peor si se toma en cuenta sólo lo que ganan los secretarios de Estado. Con ese mismo mes de mayo como referencia, el titular de una Secretaría ganaba 136 mil 666 dólares anuales. La diferencia respecto al ingreso promedio de un hogar mexicano era pues, de 10 a uno.

Cada mes el gobierno gasta en pagarle a los mandos superiores del gabinete legal y ampliado poco más de 300 millones de pesos. Al reducir 10% el ingreso, como ofreció el presidente, el país se ahorraría unos 30 millones de pesos cada mes, una cantidad minúscula.

En ese mismo cálculo, al año el país se ahorraría en la nómina de funcionarios alrededor de 360 millones de pesos. A los canales de Grupo Televisa, el gobierno de Peña Nieto les pagó por spots publicitarios 424.5 millones de pesos de enero a octubre de 2016. De manera que el ahorro de 10% en la nómina de mandos superiores de los gabinetes legal y ampliado durante un año no serviría ni para pagar la publicidad de 10 meses en esa televisora.

LA GALLINA SECA

El pasado jueves 12, cuando Peña Nieto dijo que se había secado "la gallina de los huevos de oro”, explicaba que Pemex ya no produce como antes, que los yacimientos petroleros importantes se agotaron y que por eso ya no podía subsidiarse la gasolina. Sin embargo, la nómina y prestaciones de los mandos en la petrolera son superiores al resto del sector público. 

Por ejemplo, Pemex Corporativo tiene un directorio oficial de 270 servidores públicos, de los cuales 215 tienen nivel salarial de mando superior. 

De esos 215, 34 ganan 135 mil pesos; 149, 150 mil; y 16 más, 153 mil pesos mensuales cada uno. Otros tres funcionarios cobran 180 mil pesos y 11 más, 185 mil 800 pesos. 

El director general, José Antonio González Anaya, es quien gana más que todos en Pemex, más que cualquiera en el gabinete e incluso más que Peña Nieto, pues su ingreso es de 213 mil 822 pesos mensuales, mientras que el mandatario gana apenas 208 mil 570 pesos mensuales. Lo anterior, a pesar de que la Constitución, en su artículo 127 Fracción III, prohíbe que un servidor público gane más que el Presidente de la República. 

No sólo es el funcionario mejor pagado del gabinete, sino que cuenta con las prestaciones más altas. Cada mes González Anaya recibe 10 mil 605 pesos para gasolina y 2 mil 760 pesos para el gas de su casa. También le dan 5 mil 750 pesos para celular. Cuenta con un seguro para el retiro, al cual el gobierno le aporta 21 mil 382 pesos mensuales y tiene derecho a becas, sin que se especifiquen los montos.

Sin contar las becas, vehículo, pago de seguros e indemnizaciones previstas para su caso, González Anaya le cuesta mensualmente al país 257 mil 725 pesos y, al año, calculando el pago de vacaciones y aguinaldo, representa una erogación superior a 3 millones 183 mil pesos. 

Dos colaboradores del presidente cobran como secretarios de Estado sin serlo. Se trata del jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán Ortiz, y del consejero jurídico del Ejecutivo Federal, Humberto Castillejos Cervantes.

Entre los secretarios que sí tienen ese nombramiento y los dos mencionados colaboradores presidenciales, el propio presidente y el director de Pemex, suman 23 personas con un salario integrado superior a los 200 mil pesos mensuales por cabeza. 

Así, cada año, y considerando sólo salario integrado, vacaciones y aguinaldo, Peña Nieto le cuesta al país 2 millones 570 mil pesos; un secretario de Estado, 2 millones 527 mil y, el director de Pemex, 2 millones 656 mil.

Las otras nueve dependencias consideradas que integran el gabinete ampliado tienen sueldos variables, pero paradójicamente los que más ganan son quienes están al frente de dependencias relevantes en la política social: el director del IMSS, Mikel Andoni Arriola Peñalosa (203 mil pesos mensuales); la directora de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Nuvia Mayorga (200 mil), y el director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Enrique Cabrero (199 mil).

Fuente: Proceso