lunes, 14 de diciembre de 2015

El SME resurgió de sus cenizas

Raúl Rodríguez Cortés - El Gráfico
Fénix es el nombre de una ave mitológica del tamaño de un águila de tan descomunal fuerza que se consumía a sí misma cada 500 años por el fuego de un ímpetu que era de tal empuje, que le permitía resurgir de sus cenizas.
Esa ave y su mito le dan nombre a la empresa Generadora Fénix conformada por la empresa portuguesa Mota-Engil, asociada con la cooperativa Luz y Fuerza del Centro, creada por el Sindicato Mexicano de Electricistas, lista para empezar a operar en enero próximo cinco plantas hidroeléctricas y vender energía en el mercado ‘spot'.
Este hecho marca el triunfo de una lucha de los trabajadores, con todo el poder del Estado en su contra, que se prolongó seis años y a la que muy pocos le dieron posibilidad de éxito. Victoria ésta en la que se sumó a la resistencia obrera, reformas a la ley a las que, vaya paradoja, se oponía el propio SME: la apertura de la industria eléctrica a la inversión privada y la de actores sociales.
El gobierno de Felipe Calderón, con el argumento de la inviabilidad financiera y operativa no del todo probada de esa empresa pública, la liquidó administrativamente el 10 de octubre de 2009. Sus tareas operativas fueron transferidas a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). El decreto dejó sin trabajo a unas 40 mil personas. Algunas de ellas accedieron a recibir su liquidación y a esperar una posible contratación en la CFE. Pero la mayoría decidió emprender la lucha en defensa de su fuente de trabajo.
Empezó así una larguísima movilización que incluyó marchas, bloqueos, huelgas de hambre, el reclamo de la titularidad del contrato colectivo de trabajo por parte del SME, venta de bienes del sindicato, demandas ante la Corte y negociaciones con el gobierno federal.
Ha culminado esa lucha y quienes se mantuvieron en pie hoy son parte de la cooperativa que recuerda el nombre de la extinta entidad pública y que, asociada con capital portugués, empezará a generar electricidad a partir de enero.
El SME ya recibió las plantas cuyos trabajadores antes operaban: Necaxa, Tepexic y Texcapa, en Puebla, así como la de Lerma, en Michoacán. También ya recibió las hidroeléctricas de Juandhó y Cañada, en Hidalgo; Alameda, en Morelos; y Temascaltepec, Tilan, Fernández Leal, Villada, San Simón, Zapayautla y Zictepec, en el Estado de México. Por otra parte, reabrirán la Central Termoeléctrica Jorge Luque Lechería. El SME y socios recuperan la Central Termoelétrica Jorge Luque Lechería, emblemática para este sindicato cuyos orígenes se remontan a 1911.
La relación del SME de Martín Esparza y la portuguesa Mota-Engi se formalizó apenas el 23 de noviembre pasado, constituyéndose la Sociedad Generadora Fénix, S.A. ante el notario José Ángel Villalobos Magaña.
Para garantizar el regreso de los trabajadores en resistencia y poner en marcha la cooperativa, el SME elaboró, junto con el Sindicato Mexicano de Electricistas el Plan Estratégico de Reinserción Laboral.
Estamos, sin duda, ante un triunfo del sindicalismo independiente que por momentos estuvo ‘tendido en la lona', pero que tuvo la fuerza y la capacidad organizativa de levantarse y resurgir de sus cenizas como el ave Fénix.