miércoles, 24 de junio de 2015

Miseria ofrece la CFE a comuneros de La Parota por sus tierras

22 junio 2015 | Jesús Solano | Bajo Palabra
Acapulco, Guerrero.- En Guerrero el proyecto hidroeléctrico La Parota, que se pretendió construir en el año 2003 en los bienes comunales de Cacahuatepec, en la zona rural de Acapulco, nació mal desde sus inicios, debido a que la Comisión Federal de Electricidad introdujo maquinaria para explorar el lugar sin el consentimiento de sus dueños. El campesino de la comunidad del Rincón, Manuel Dolores Dorantes, de 56 años y miembro de la Asamblea del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Parota (Cecop), narró la historia de por qué la gente de los 47 pueblos que conforman los llamados bienes comunales de Cacahuatepec no estuvieron de acuerdo con ese proyecto, y que están dispuestos a dar la vida antes que ser despojados de sus tierras.

Comienza diciendo que “nadie permitiría que un extraño entrara a su casa y empezara a ver qué hay en ella sin su consentimiento, para luego decir que se la quiere comprar, y por encima de eso, le dice que le da cualquier cosa por su patrimonio familiar”.

Eso es exactamente lo que hizo la CFE con la gente de las comunidades de la zona rural. Primero entraron y esculcaron toda la zona con maquinaria, y después le dijeron a la población que se pretendía construir una presa y que les comprarían las tierras, dijo Dolores Dorantes.

Agregó que cuando los campesinos se percataron de eso, de inmediato empezaron a organizarse entre todos, para ver qué acciones iban a emprender, pues se estaba amenazando toda su historia, sus muertos y el patrimonio de toda la vida.

Narró que fue en año de 2003 cuando se empezaron a gestar las primeras movilizaciones de protesta contra ese proyecto hidroeléctrico. Señaló que para ese entonces, el gobierno a través de la CFE envío al ingeniero Víctor Hugo Chávez, quien les dijo: “traemos un costal de dólares para pagarles sus tierras”.

Ante esa situación y para defender a los campesinos ante la amenaza de ser desplazados de sus tierras, nació el Cecop y desde entonces se ha mantenido como un Consejo que se opone a la Parota porque consideran que, aparte de las consecuencias en el medio ambiente, no quieren pagar lo justo por sus tierras.

Se le preguntó a Dolores Dorantes si en realidad son todos los campesinos los que se oponen a ese proyecto, osólo los que están en el Cecop. A manera de respuesta, puso como ejemplo lo que pasa en su propio pueblo, el Rincón, donde hay una población flotante de 182 campesinos, de los cuales dijo solamente son 12 personas de ese grupo de habitantes lo que están de acuerdo con la Parota, y así sucede en el resto de los 47 pueblos.

Con todo lo que estaba pasando, el gobernador de ese entonces, René Juárez Cisneros, quien había reconocido que no les había ayudado en nada a los campesinos, les dijo que cobraran lo justo por sus tierras a los funcionarios de la CFE en una reunión que sostuvieron en Casa Guerrero.

“Los meros chingones”, nos dijeron que el ofrecimiento para pagar las tierras de los campesinos y que empezaran los trabajos de construcción de la hidroeléctrica, era de 60 centavos por metro cuadrado y ni un peso más.

En sus pensamientos, los campesinos llevaban un cálculo de al menos 90 centavos por metro cuadrado. Sin embargo, alguien les dijo que era muy poco y que pidieran 30 pesos por metro, pero los funcionarios de la CFE dijeron que era demasiado alto y que por lo tanto no había trato.

Después de eso, se vino una serie de situaciones en las que el gobierno federal, a través de sus operadores, buscó la manera de dividir al movimiento y se buscó también la forma de comprar algunos de las autoridades ejidales de ese entonces.

“Fue un proyecto que empezó con el consentimiento de nadie”, insistió Dolores Dorantes que, sin tapujos, se dice molesto porque en vez que la CFE mejorara la oferta a los campesinos, buscó a intermediarios para negociar las tierras en lo oscuro y lo único que ganó fue el repudio de los demás pueblos al proyecto.

¿Qué fue lo que les prometió la CFE a ustedes?

-Lo único que nos prometió fue trabajo y los 60 centavos por metro cuadrado, nada más.

¿No había alguna alternativa para reubicación de la gente en otra zona del municipio?

-Jamás nos hablaron de la posibilidad de que nos mandaran a otro lugar, simplemente el pago miserable de los 60 centavos por metro cuadrado y trabajo en la obra.

¿Cuánto creen ustedes que valen sus tierras entonces?

Mire, le pongo un ejemplo, porque esto varía. Si yo tengo 2 hectáreas y se las quiero vender a un vecino de mi comunidad, le pido 30 mil pesos por ellas. Sin embargo, la CFE me quiere dar 60 centavos por metro cuadrado, nada más échele cálculo a cómo la quiere pagar.




Dolores Dorantes, dice que un día alguien de la CFE, llegó a decirle personalmente a él, cuánto quería por su casa. En ese momento mi vivienda estaba recién terminada, al menos le metí cerca de 40 mil pesos en total, y sabe usted cuánto me decía que valía para la CFE ese patrimonio, apenas 15 mil pesos.

Es por eso que ante tales ofrecimientos, nadie les quiso hacer alguna aceptación de un contrato de compraventa, afirma. Es que la cantidad que ofrecen a la gente es un insulto y por eso que nadie quiere venderles nada.

Por último, comenta que en este momento ya nadie quiere pensar en la Parota, si no “en los compañeros que están presos por la lucha de 12 años” y que ahora, afirmó, se están organizando para poder exigir su liberación.

Fuente: Bajo Palabra