domingo, 12 de abril de 2015

Telecomunicaciones: El consorcio que dio el esquinazo

Desde el 2 de diciembre de 2012, cuando el presidente Enrique Peña Nieto incluyó a las dos nuevas cadenas de televisión digital abierta en el Pacto por México, la licitación fue de más a menos. Y cuando se supo que las dos empresas interesadas –Cadena Tres y Grupo Radio Centro– estaban prestas a pagar, surgieron las dudas, sobre todo porque la empresa de Francisco Aguirre tendría que erogar 3 mil 52 millones de pesos, 69% más que Cadena Tres y casi cuatro veces más que el valor mínimo de referencia. Aguirre dejó que se agotara el plazo para liquidar esa suma y al final simplemente no pagó. Fue “una aventura temeraria”, comenta el especialista Ramiro Tovar.
12 abril 2015 | Jenaro Villamil | Proceso
MÉXICO, DF (Apro).- La primera licitación de dos cadenas de televisión digital abierta en la historia de México —primera prueba de fuego también para el Instituto Federal de Telecomunicaciones, organizador de una subasta para medios electrónicos— terminó en una "aventura temeraria".

¿El motivo? Grupo Radio Centro incumplió con el pago de su oferta: 3 mil 52 millones de pesos, para quedarse con la cuarta cadena con 123 frecuencias, lo cual también puso en duda la capacidad del organismo regulador para analizar la viabilidad financiera de uno de los dos únicos finalistas en esta puja; la otra fue Cadena Tres, de Olegario Vázquez Aldir.

Grupo Radio Centro, presidido por Francisco Aguirre, esperó hasta el último día del plazo, el viernes 10, para difundir un escueto comunicado en la Bolsa Mexicana de Valores en el cual informó que la empresa "no efectuó el pago derivado de la licitación de la licencia de televisión abierta; por lo tanto, cubrirá la garantía de seriedad otorgada para dicho proceso mediante operaciones de liquidez previamente contempladas".

El consorcio radiofónico prefirió perder 415 millones de pesos que pagar los 3 mil 52 millones de su propia oferta que, a decir de especialistas consultados por Proceso, resultó "artificiosa" y "una simulación".

Cuatro días antes de que se venciera el plazo para hacer el pago, el grupo de Aguirre trató de convencer a los comisionados del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) de que sí pagaría. El lunes 6 incluso le planteó al organismo regulador que tenía previsto designar a una de sus subsidiarias —RCTV— para que fuera la concesionaria del proyecto y, por tanto, esa compañía realizaría el pago de la contraprestación.

En sesión extraordinaria del pleno de IFT del miércoles 8, la propuesta de Aguirre fue aprobada al no encontrar impedimento legal para que el pago de la contraprestación se realizara, según el escrito de Radio Centro del lunes 6. Lo único que no aprobaron fue que el título de concesión se expidiera a favor de RCTV y no de Grupo Radio Centro.

Los comisionados del instituto volvieron a creer en Aguirre. Finalmente, el operador de 15 estaciones de radio en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey abandonó el viernes 10 su proyecto de volver a la televisión abierta. No realizó el depósito.

La tarde de ese día el IFT emitió un escueto comunicado para evadir cualquier corresponsabilidad en el fracaso de la licitación de una de las dos cadenas que apenas un mes antes calificaron como "un éxito" y una confirmación de que "el mercado está valorando positivamente" el negocio de la televisión abierta.

CRÍTICAS

"La decisión de no efectuar el pago respecto de las ofertas presentadas por los postores en el proceso, corresponde exclusivamente a éstos, en tanto que al instituto le corresponde aplicar las consecuencias jurídicas previstas en las bases de licitación, publicadas desde el 7 de marzo de 2014", decía el comunicado.

Ante la incertidumbre de lo que sucederá con el espectro de las 123 frecuencias que no se otorgarán, el IFT afirmó que "analizará en breve las acciones a seguir respecto de las bandas de frecuencia que han quedado disponibles".

Las críticas contra Radio Centro y contra el IFT no se hicieron esperar entre los conocedores del sector. Para el economista Ramiro Tovar Landa, del Instituto Tecnológico Autónomo de México, hay una "corresponsabilidad" de ambos porque "falló el diseño de la licitación" y porque "obviamente Radio Centro no hubiera pasado a ser ganador si el IFT hubiera cumplido con su tarea de auditar tanto la viabilidad financiera de la garantía como de su oferta", que fue 69% mayor que la de Cadena Tres.

"Esto fue una aventura temeraria. Los comisionados demostraron que no conocen sobre teoría de las subastas. Se fueron por la opción clásica de una subasta a sobre cerrado, pero no investigaron a profundidad. Solamente hicieron las veces de oficialía de partes ante una oferta artificiosa", comenta Tovar.

Salomón Padilla, abogado de la Asociación de Telecomunicaciones Independientes de México considera que el IFT debió haber analizado la viabilidad financiera de Grupo Radio Centro, pero apunta: Lo sucedido es "una demostración de que armar dos cadenas de televisión abierta ya no es negocio".

Y abunda: "Tiene más sentido haber licitado cadenas locales y regionales en lugar de crear dos cadenas nacionales. Esta posibilidad ayudaría a explorar un mercado publicitario local que no tiene acceso a la televisión nacional."

El senador panista Javier Lozano, presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes, calificó de "burla" la posición del IFT. "¿Cómo afirma que evaluaron la capacidad financiera de Radio Centro si no sabían cuánto ofrecía en el sobre cerrado?", escribió en su cuenta de Twitter.

Desde el 26 de marzo pasado, Lozano, presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) en el sexenio zedillista, cuestionó duramente a los comisionados del IFT por la falta de seriedad ante la exorbitante oferta de Radio Centro. "Quizá el IFT se quede con la garantía, pero tendrá que hacer una nueva licitación", afirmó el legislador poblano.

Tovar Landa insiste en que el desistimiento de Radio Centro "no es un evento trivial" porque tendrá un costo político, un costo de recaudación y también un costo para el propio IFT. "Seguramente, en el Senado lo va a volver a llamar. Esto merece una investigación y una clara rendición de cuentas por parte del IFT, que es un organismo constitucional autónomo."

DE MÁS A MENOS

Desde que el 2 de diciembre de 2012 el primer mandatario Enrique Peña Nieto incluyó a las dos nuevas cadenas de televisión digital abierta en el Pacto por México, la licitación fue de más a menos.

Versiones extraoficiales identificaron primero entre 13 y 15 grupos interesados por la licitación de 246 frecuencias divididas en dos cadenas con 123 puntos de transmisión, cada una con el potencial "de cubrir una mayor población y superficie geográfica", según el programa publicado en el Diario Oficial de la Federación.

Entre los posibles postores se mencionó a Grupo Lauman, de Manuel Arroyo, propietario del diario El Financiero, quien se asoció con la agencia Bloomberg para generar contenidos en televisión; a los hermanos Maccise de Grupo Mac Multimedia, propietarios de estaciones de radio y periódicos en el Estado de México, quienes invirtieron para adquirir Reporte Índigo y Efekto TV con miras a la licitación de las dos cadenas; al empresario transportista Roberto Alcántara, quien se convirtió en accionista del periódico español El País; a Cadena Tres, de Olegario Vázquez; y a Grupo Radio Centro, de Francisco Aguirre, el único que admitió públicamente su interés en ser uno de los oferentes.

Ni Grupo MVS, de Joaquín Vargas, ni América Móvil, de Carlos Slim, mostraron interés público por participar en la licitación. El primero descartó su interés, para concentrarse en la televisión restringida vía Dish, y el segundo, por su condición de agente económico preponderante en telecomunicaciones y por el candado prevaleciente que le impide ofrecer servicios audiovisuales de manera directa, se quedó al margen.

Incluso, en noviembre de 2014 manifestó su interés el magnate minero Germán Larrea, de Grupo México, quien rompió con Grupo Televisa y enfrentaba un serio diferendo con el gobierno de Peña Nieto. Larrea intentó participar a través de Cinemex.

Finalmente sólo se inscribieron tres de los más de 10 interesados originalmente: Grupo Radio Centro, Cadena Tres y Grupo Tepeyac, este último perteneciente al consorcio de radiodifusoras ABC, periódicos de la Organización Editorial Mexicana y otras empresas, encabezado por el recientemente fallecido Mario Vázquez Raña.

El 3 de febrero pasado, el IFT informó que Mario Vázquez Raña se retiró de la licitación "por así convenir a sus intereses", dejando el terreno abierto a su hermano Olegario y a Grupo Radio Centro.

En otras palabras, no hubo competencia real para las dos cadenas nacionales. Los dos finalistas tenían prácticamente asegurada su participación. La duda era cuánto iban a ofrecer por las 123 frecuencias, cuyo precio mínimo fue establecido en 830 millones de pesos, por el IFT.

‘ÉXITO’ DE LA LICITACIÓN

El 11 de marzo se despejó la duda. Para sorpresa de todos, Grupo Radio Centro ofreció 69% más que Cadena Tres y casi cuatro veces más que el valor mínimo de referencia: 3 mil 58 millones de pesos frente a los mil 808 millones de pesos.

Los comisionados de IFT no pusieron reparos en esta diferencia. Para el comisionado presidente Gabriel Contreras eso fue una demostración del "éxito" de la licitación; según él, "lo importante para el IFT es que se logrará la máxima cobertura posible" —poco más de 106 millones de personas en un plazo de cinco años—, según las ofertas de ambos grupos.

"Son dos posturas que nos están confirmando que el mercado está valorando positivamente este negocio", afirmó la comisionada María Elena Estavillo, al tiempo que la comisionada Adriana Labardini consideró que con esta propuesta "ganan las audiencias al tener mayor acceso a contenidos; gana la competencia en un mercado altamente concentrado, y gana el Estado mexicano con un precio muy por arriba del mínimo de referencia".

El 27 de marzo pasado Cadena Tres pagó los mil 808 millones de pesos y anunció que invertirá en los próximos cinco años más de 10 mil millones de pesos en infraestructura, estudios técnicos, de mercado y análisis de factibilidad para desplegar la nueva cadena de televisión digital abierta.

Hasta ahora, Cadena Tres no ha aclarado cuál será su nueva oferta de contenidos y en qué se diferenciará de las cuatro cadenas nacionales existentes (dos de Televisa y dos de TV Azteca). Sus contenidos en el canal 128 y en la señal de televisión restringida Excélsior TV no se han diferenciado sustancialmente de la oferta de los canales 2, 5, 7 y 13.

Radio Centro esperó hasta el plazo final para desistirse de su propia oferta. Hubo reuniones con los comisionados, el miércoles 8, dos días antes del plazo, para ver la posibilidad de que una filial del mismo grupo fuera la que depositara los 3 mil 58 millones de pesos.

El Financiero publicó una versión sobre supuestas negociaciones entre Francisco Aguirre y Germán Larrea para que el magnate minero se convirtiera en su socio. Diez días antes, Promotora y Operadora de Infraestructura, de David Peñaloza, desmintió las versiones periodísticas de que invertiría "directa o indirectamente" en la tercera cadena.

Días antes, los representantes de Grupo Radio Centro solicitaron a los comisionados del IFT la posibilidad de hacer el pago a través de una subsidiaria. Los integrantes del órgano regulador lo aprobaron.

La inviabilidad financiera de Radio Centro era clara según sus estados financieros. Al cierre de 2014 el consorcio reportó 177 millones 400 mil pesos en caja y pasivos por mil 99 millones de pesos. El anexo 9 de la licitación estableció que cada ofertante debía acreditar la capacidad financiera para desplegar una cadena nacional.

EL FUTURO DE LAS 123

Las opciones no son muchas para las 123 frecuencias que quedan en el aire ante el incumplimiento de Aguirre. En su comunicado, el IFT afirmó que "en cumplimiento de su mandato de velar por el desarrollo eficiente de los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión, así como el aprovechamiento eficiente del espectro radioeléctrico, el instituto analizará en breve las acciones a seguir respecto de las bandas de frecuencias que han quedado disponibles".

Las bases de licitación, publicadas el 7 de marzo de 2014, no prevén un escenario como éste, porque pronosticaron más de dos postores. Las modificaciones realizadas el 12 de junio y el 24 de septiembre de 2014 establecieron que si uno de los ganadores no pagaba, entonces retomarían las ofertas de los otros grupos que quedaran finalistas.

Para Ramiro Tovar este episodio "deja en duda la capacidad del IFT para futuras subastas" y muestra que existe "un entorno macroeconómico de alta volatilidad que no permitiría licitar de nuevo las 123 frecuencias, al menos durante un año".

Otra opción, que se discute en el órgano regulador, es la posibilidad de reagrupar las frecuencias y licitarlas de manera regional o local. Entre las ciudades con mayor potencial están el Distrito Federal y la zona metropolitana, donde el decreto del IFT identificó los canales 29 y 38 para licitar; en Guadalajara y su zona metropolitana, el 34 y el 42; en Toluca, el 47; en Monterrey y su área metropolitana, el 29 y el 46, y en Puebla el 21 y el 45.

Otras zonas importantes son las turísticas. En Cancún están los canales 38 y 51; en Mérida, el 22 y 38; en Tulum y Cozumel, el 20 y el 50; en Acapulco, el 21 y el 27; en Ixtapa, el 24 y el 36, y en Puerto Vallarta, el 27 y el 29.

El programa original de licitaciones modificó el anterior, elaborado por la Cofetel en el sexenio calderonista, que identificó 306 canales en 153 localidades. Según el decreto del IFT, se consideró "conveniente eliminar 68 canales cuya cobertura se encontraba ya servida por otras. Asimismo, se incorporarán ocho canales en localidades que no estaban siendo atendidas previamente y se ampliaron los radios de cobertura de algunos de éstos".

El IFT advirtió: "Las posibilidades de competencia sólo pueden venir de otras cadenas de televisión abierta de cobertura nacional." Y señaló que Televisa y TV Azteca actualmente dominan 95% de las concesiones, 96% de la audiencia y 99% de la publicidad en la televisión abierta comercial.

Por lo visto, este dominio seguirá, ya que una sola cadena de las dos que se licitaron tendrá una cobertura, máximo, de 8.5% del mercado de televisión abierta en un plazo de cinco años.