Julio Hernández López - Astillero
Es insostenible la permanencia en
el cargo de David Korenfeld Federman, hasta ahora director de la
Comisión Nacional del Agua (Conagua). Aun cuando el caso sólo es uno más
en la larga cadena de escándalos relacionados con corrupción oficial,
resultaría política y socialmente muy costoso para el peñismo de cuates
fingir que nada pasó, esperar a que el escándalo se diluya en las
semanas Santa y de Pascua, atrincherarse en la mentirosa versión de la
urgencia médica o encargar la
investigacióndel caso a la alcahueta Secretaría de la Función Pública y al patiño inexcusable que la dirige.
Las fotografías del caso son contundentes y hasta ahora el funcionario Korenfeld Federman no ha suministrado una sola prueba de descargo, sino apresurados y torpes intentos de autoexculpación que por ser evidentemente mendaces han avivado la exigencia de que sea destituido del cargo, procesado por actos de corrupción y que las bitácoras de las naves a su disposición sean escrutadas por instancias ciudadanas confiables.
¿A dónde viajó Korenfeld con su familia el pasado domingo, cuando fueron tomadas las fotografías del helicóptero usado para fines particulares? ¿Ha estado desde entonces en un centro vacacional del extranjero con su familia, como se ha dicho con insistencia, o fue internado y ahí sigue, conforme a la urgencia médica que motivó el uso fuera de norma del aparato aéreo? ¿Puede el funcionario demostrar una evolución del estado de salud que le llevó a situaciones críticas el pasado domingo (el de la familia cargando maletas de viaje rumbo al vehículo aéreo pagado con recursos públicos) o además de ese abuso judicialmente punible se está en presencia de un montaje de pretensiones efectistas, con prótesis de helicóptero adaptadas a rodillas infractoras?
Obviamente la utilización de los bienes públicos conforme a gustos e intenciones particulares no se da solamente en la dirección general de la dependencia nacional que promueve la privatización del agua sino en sus niveles regionales igualmente reproductores de conductas abusivas. Por ejemplo, el pasado 26 de marzo, un helicóptero destinado a la atención de siniestros, perteneciente a la Comisión Nacional del Agua, llevó al presidente municipal de Torreón y a una diputada local coahuilense (ambos priístas) a un acto en Ramos Arizpe para conmemorar que 102 años atrás fue firmado el Plan de Guadalupe. A la ceremonia asistió el secretario federal del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, en representación de Enrique Peña Nieto, y uno de los oradores fue el gobernador anfitrión, Rubén Moreira Valdés, de encendida prosa justiciera.
Cuando la prensa regional dio cuenta del uso irregular de la nave gubernamental, el responsable de ella, José Armando García Triana, director en la Conagua del Organismo de Cuencas Centrales del Norte, no reconoció un
error inexcusable, no hizo a nadie pagar por el aprovechamiento delictivo de recursos públicos ni presentó fotografías con prótesis de rodilla para alegar problemas de salud. Simplemente recurrió al expediente fácil del
aventónpara los cuates (el funcionario usó el término en inglés “ ride”, que como sustantivo significa paseo, cabalgata, recorrido).
“Yo tenía que recorrer Francisco I. Madero, San Pedro, la Laguna de Mayrán, y de ahí pasarme al evento que teníamos, del 102 aniversario del Plan de Guadalupe. Me encontré con el alcalde; me dijo: ‘¿me das un ride?’, y le di un ride, es todo”, arguyó el mencionado García Triana, quien no sólo llevó sin justificación alguna al mencionado presidente municipal torreonense, Miguel Ángel Riquelme (quien pretende ser candidato del tricolor a la gubernatura), sino a la diputada priísta Verónica Martínez García y al director de la empresa Peñoles, Rafael Rebollar.
Incluso explicó el funcionario de la Conagua que quedó un lugar sin utilizar en el helicóptero Bell con matrícula XC-AUA. Y no se crea que el “ ride” fue un privilegio o un ahorro cronológico, pues
hicimos más tiempo, salimos desde las 8:30 de la mañana. Si nos hubiéramos ido directo se hacen de 40 a 50 minutos, nos fuimos una hora y media antes para poder recorrerpoblaciones, ríos y represas (información publicada en el periódico Zócalo Saltillo).
Por otra parte, comenta un lector cuyo nombre se omitirá: “a cada
secretaría del gobierno del estado de México la hacen responsable
político-electoral a favor del PRI de una región conformada por un
cierto número de municipios, y por lo mismo todas las subsecretarías,
direcciones generales, subdirecciones, jefaturas de departamento y
delegaciones deben realizar trabajo político-electoral de todo tipo,
utilizando vehículos, combustibles, teléfonos, computadoras, papelería,
copiadoras, Internet y personal a su cargo. Estas actividades son
prioritarias y no importa que los programas que son autorizados por la
Secretaría de Administración y registrados por la Secretaría de la
Contraloría carezcan de lo más indispensable para operar y cumplir con
las metas que les fijaron. Claro está que la contraloría se hace de la
vista gorda y no sanciona a nadie por el uso de recursos de las
instituciones, y cuando alguien cuestiona esto, le responden
simplemente: ‘son órdenes de arriba’, y además así lo hacen todos los
partidos”.
Según ese punto de vista,
lo anterior explica en parte el comportamiento deshonesto del director de la Conagua y su inmensa irresponsabilidad de pretender que se privatice el agua sin importarle los daños que se causen a la población, ya que sólo ve los negocios que le ordenaron sacar adelante y, desde luego, llevarse una buena tajada. Es oportuno recordar que en el estado de México dejó tiradas más de veinte plantas tratadoras de agua en los municipios de Lerma y Nicolás Romero, teniendo el descaro de haber inaugurado algunas de ellas colocando la placa conmemorativa de rigor, pero no operan porque eso nunca le importó.
Y, mientras los Judas son quemados y ¿se
Fuente: La Jornada - Opinión
abre la gloria?, ¡hasta el próximo lunes, en esta abnegada columna que se tecleará durante unos días desde la bella Mérida!
Fuente: La Jornada - Opinión