Lo bueno es que James
Bond ya ha tomado el control. Por lo pronto, se apropió del Palacio
Nacional y a causa de ese desplazamiento sucedió que Enrique Peña Nieto
hubo de irse a una locación sustituta en la Alameda Central de la ciudad
de México, donde le fue más fácil ajustar a la baja la más reciente de
las conmemoraciones traicionadas (el 18 de los corrientes fue la
petrolera), reduciéndola a una ofrenda floral y a una guardia de honor
en apenas poco más de 20 minutos efectivos de ceremonia, sin discursos
ni entusiasmo más que de compromiso (hasta el jefe del
Estado Mayor Presidencial, general Roberto Miranda, tropezó, cayó y se levantó, en el incidente más llamativo del día) ante un Hemiciclo a Juárez doblegado en términos escénicos por el británico Daniel Craig en la filmación de Spectre, título correspondiente al de un poderoso cártel del crimen organizado (es decir, según las aventuras de ficción de la cinta dirigida por Sam Mendes, no porque se aluda a la política mexicana y sus actores estelares).
El benemérito 007 es una condensación de los claroscuros
mexicanos jamás imaginada por Ian Fleming. El rodaje está bajo sospecha
(oficialmente rechazada) de que se utilizaron 14 millones de dólares
como Estado Mayor Presidencial, general Roberto Miranda, tropezó, cayó y se levantó, en el incidente más llamativo del día) ante un Hemiciclo a Juárez doblegado en términos escénicos por el británico Daniel Craig en la filmación de Spectre, título correspondiente al de un poderoso cártel del crimen organizado (es decir, según las aventuras de ficción de la cinta dirigida por Sam Mendes, no porque se aluda a la política mexicana y sus actores estelares).
estímulo fiscalpara que México no salga tan mal parado como la realidad lo exigiría (el soborno fue dado a conocer por TaxAnalyst, un portal especializado en pago de impuestos que encontró los datos de la
mordidaentre correos hackeados a Sony en 2014). Nada de un villano de nacionalidad mexicana ni de matar al jefe del gobierno de la ciudad. Por el contrario, un México de gran desarrollo arquitectónico, con autoridades respetadas a las que nadie desea el mal, visualmente exitoso, con tomas turísticas por doquier y coloridas celebraciones (obviamente adelantadas) de Día de Muertos, pero sin exhibir más que calaveritas de azúcar y coronas de cempasúchil y no el muestrario cotidiano de cadáveres y desaparecidos de la realidad real. Turismo y negocios, con el Grupo Alemán, dirigido por Miguel Alemán Magnani (Interjet), y el Grupo Vidanta (Mayan y Mayan Palace, sus hoteles más conocidos), entre los aliados locales para la filmación de las historias de espías. Y Stephanie Sigman como nueva chica Bond ( Miss bala, su película trampolín), nacida en la Ciudad Obregón, mejor conocida como Cajeme en remembranza del gran jefe yaqui.
Pero la batalla político-legislativa por venir requiere mucho más que una cesión fabulada de poderes. No bastaría con que ahora el agente James Bond tomase posesión de otro palacio, el de San Lázaro, o de la sede senatorial de Reforma e Insurgentes. La trama ya anunciada corresponde a una película de terror, Presupuesto desde cero, e implica el desmantelamiento de la estructura inercial clásica del gasto público mexicano para su reconstrucción integral a partir de nuevos criterios, alianzas y perspectivas. El primer actor Peña Nieto ya cumplió en la primera parte de la obra con el libreto de las Reformas estratégicas (otra historia de perfidia, pactos, saqueos y estremecimiento histórico) y ahora viene lo referente al Presupuesto de Egresos de la Federación, bajo el dominio programático de los villanos de época: el reptante Precio Internacional del Petróleo, el traicionero Tipo de Cambio, la creciente y acechante Inflación, el descendente Producto Interno Bruto, el Endeudamiento por Los Pinos tan amado y las Tasas de Interés que desde Estados Unidos impactan con entusiasmo.
La nueva versión de la película tan famosa en estos lares mexicanos, Apretarse los cinturones,
fue anunciada en Acapulco por el director Peña Nieto a la hora de
clausurar una edición más de las convenciones bancarias. Allí dijo que
el nuevo guión del gasto público se diseñará a partir de una
base cero, con una
revisión a fondoy no una
mera modificación inercial, acompañado todo de una
transformación de la administración pública federal. Según las expectativas del lic. Peña,
vamos a cambiar y ajustar políticas públicas, programas gubernamentales que ya no corresponden a la realidad del país ni a las nuevas demandas de la sociedad.
Instalar un presupuesto desde cero significa el desconocimiento y
eventual rechazo de los arreglos históricos que han mantenido un cierto
pacto social en México. Sobre todo si, conforme a lo visto hasta ahora,
la revisión y los nuevos postulados van a ahondar el sacrificio de los
sectores mayoritarios y la concentración de privilegios fiscales y
presupuestales para la élite económica y social. Todo será negociable en
la Cámara de Diputados, que por tanto se convierte para el peñismo en
un instrumento fundamental, cuyo control por mayoría cómoda adquiere así
tintes de asunto de seguridad nacional para el régimen que, por tanto,
puede estimar obligada la consecución de las curules necesarias, al
costo político que sea. Allí, Peña Nieto tendrá reinstalados a los
principales operadores del Pacto por México: al priísta práctico, César
Camacho; al panista comprensivo, Gustavo Madero, y al perredista cómodo,
Jesús Zambrano. Del Pacto por México al Pacto en San Lázaro. De las
reformas constitucionales y legales al rediseño conmocionante del
Presupuesto de Egresos de la Federación
desde ceroy a la correspondiente adecuación de la Ley de Ingresos.
Y, mientras el México de las ironías tan dolorosas reporta que el INE
seleccionó para funcionario de casilla a uno de los 43 normalistas
desaparecidos y que los cumplidos funcionarios lo fueron a buscar adonde
fue su domicilio, ¡hasta mañana, con Cuauhtémoc Cárdenas que pone de
nuevo en cartelera la película tantas veces vista, con finales tan
sabidos, de la
Fuente: La Jornada - Opinón
recomposiciónretórica de la izquierda desde las facciones amigas, con
frentesy propuestas a la postre redituables en cargos burocráticos o de
representación popular!
Fuente: La Jornada - Opinón