sábado, 22 de junio de 2013

Los indignados de Brasil. La grave crisis urbana, motor de la protesta: MST

Ocho días de protestas y caos
Delincuentes se mezclaron entre los activistas; desmanes en Río de Janeiro y Sao Paulo
De la Redacción | Periódico La Jornada | Sábado 22 de junio de 2013, p. 4
El Movimiento de los Sin Tierra (MST) de Brasil difundió ayer un “sucinto” análisis sobre las multitudinarias manifestaciones de los pasados 11 días y destacó que “la movilización es social, de un sector nacido después del neoliberalismo; son jóvenes de clase media y media baja que se comunican sólo por red social y no son influidos por la televisión y los grandes medios. Es fruto de 12 años de conciliación de clases (como en Chile), que excluyó a la juventud de la participación política”, pese a que “ellos quieren participar de alguna forma, aunque sea caminar en la calle, sin represión”.

De acuerdo con un análisis de la secretaría general del MST, la movilización masiva “es consecuencia de una grave crisis urbana estructural, impulsada por el capital financiero especulativo, que resultó en alza de alquileres, venta masiva de automóviles financiados por los bancos y un tránsito caótico, sin transporte público, en que las personas pierden dos, tres horas para ir al trabajo o a la escuela”.

El MST destacó que “nadie los controla. Están sin dirección política”. Y por ahora, “los más afectados son los políticos tradicionales, la política burguesa y, por supuesto, el método desarrollado por el (gobernante) PT en estos años de gobierno”.

Gobierno paralizado

A pesar de que el MST alerta sobre la infiltración de la derecha para generar “violencia y caos”, consideró que “el gobierno de Dilma Rousseff está paralizado en su no política. Sólo quería administrar y ahora no sabe qué administrar”.

El análisis apuntó que la situación actual podría dar paso a una solución brasileña en la que se impulsen reformas en la política, el sistema tributario, la distribución de tierras agrícolas y los medios de comunicación.

“Nadie sabe lo que va a pasar”, concluyó el documento, pero otros resultados de las protestas podrían llevar hacia la situación de España –tras las protestas de los indignados–, “donde la derecha capitalizó en las urnas”; o como en Grecia, donde se generó un estancamiento, o como en Argentina en 2001, donde finalmente se obtuvieron resultados favorables para los opositores. Lo único seguro es que “necesitamos cambios y los habrá en todos los sentidos”.

Ocho días de protestas y caos

Fuente: La Jornada