Jueves 05 de enero de 2012Luis Carriles | El Universal
Proveer de energía eléctrica a escuelas, hospitales o a las empresas que permiten mantener a la economía nacional caminando tiene un costo oculto, que a largo plazo es altamente oneroso.
Cada uno de los transformadores construidos y puestos en operación antes del año 2000 contiene un aceite el cual permite al aparato mantenerlo a bajas temperaturas y así evitar un incendio en el poste.
Cada uno de los transformadores construidos y puestos en operación antes del año 2000 contiene un aceite el cual permite al aparato mantenerlo a bajas temperaturas y así evitar un incendio en el poste.
Este aceite se conoce en el mundo de la química como bifenilos policlorados o BPC’s, es altamente dañino para la salud y los alimentos y hay al menos 50 mil toneladas de material contaminado de acuerdo con Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Los BPC’s tienen otro nombre. Se les conoce como askareles o aroclor. Los askareles son productos peligrosos química y térmicamente estables, no inflamables, pero se descomponen peligrosamente por fuego o calor intenso. Son altamente persistentes al medio ambiente.
En muchas ocasiones este aceite es recuperado por pequeñas empresas que llegan a usarlo como combustible en talleres de alfarería, ladrilleras o minas clandestinas donde el proceso requiere de calor.
México convive con los BPC’s a partir de 1940 cuando llegaron con los primeros transformadores y capacitores de Estados Unidos. Actualmente es considerado un residuo peligroso que debe ser eliminado por medios físicos como la incineración en calderas de residuos.
Este aceite es parte de una vieja problemática mexicana: La disposición inadecuada de los askareles por parte de empresas encargadas de la disposición de los mismos. Hoy por la posibilidad de que los daños de los bifenilos policlorados estén relacionados con la salud pública obligó a crear protocolos especiales para deshacerse de los mismos.
Hay daños por la exposición que tienen con los alimentos marinos, el agua y la leche materna.
De acuerdo con el PNUD, mediante el apoyo de las secretarías del Medio Ambiente y de Energía, se hizo un muestreo en 19 entidades del país y se determinó que hay al menos 34 mil 513 sitios sensibles con transformadores contaminados.
Alerta en el Distrito Federal
Ante esta perspectiva, con base en el Proyecto UNDP 00059701-México “Manejo y Destrucción Ambientalmente Adecuados de Bifenilos Policlorados (BPC’s) en México” se determinó que la ciudad de México es de los sitios más sensibles del país.
En el muestreo se detectaron 17 mil 955 empresas pequeñas, medianas y grandes con estos transformadores. La masa total aproximada de materiales contaminados con BPCs proyectarlo es de 50 mil toneladas de materiales, de este conjunto al menos 20 mil toneladas son de aceite.
En suma se necesitan destruir o confinar de manera segura cerca de 20 mil toneladas de aceite y 30 mil de equipo contaminado.
El proyecto piloto que iniciará la destrucción y confinamiento de material contaminado se pondrá en marcha en la Ciudad de México en donde se va a desarrollar el “Sistema Integral de Servicios para la gestión de BPC’s”.
La razón es que hay mil 769 empresas (39% del total) susceptibles de tener BPC’s en 14 de las 16 delegaciones (no hubo datos de Magdalena Contreras y Milpa Alta).
De las empresas revisadas en los primeros muestreos se determinó que hubo 18 transformadores en uso que contienen material contaminado. En suma, se encontraron 39.77 toneladas de material contaminado de las cuales al menos 11.87 toneladas son de aceite.
Las normas ambientales tienen sus propias medidas y es a partir de los análisis cromatográficos y de pruebas químicas es cómo se determina que hay o no contaminación.
En ese sentido, los equipos deben de sujetarse a la NOM 133 de Semarnat: si hay entre 5 y 49.9 partes por millón de BPC’s se considera dentro de la norma pero al final de la vida útil del transformador debe ser tratado como residuo peligroso.
En los transformadores quedan residuos, si están de 50 a 500 partes por millón, debe ser procesado y limpiado por retrolavado y puede ser operado; arriba de 500 partes por millón este equipo debe ser destruido.
El proyecto conjunto entre GDF y PNUD está en manos de Bernardo Lesser Hiriart,director de Regulación Ambiental e incluye la capacitación de 146 personas de instituciones tales como Pemex, GDF, ASA, IPN, Profepa y la Sedena.
Se tienen planes para realizar talleres de capacitación en manejos de BPC’s con medios de comunicación y se diseña una estrategia de manejo de medios en el caso de la capital.
Se prevé trabajar con al menos 12 representantes de fabricantes de transformadores y 14 dedicadas a la disposición final de BPC’s.
Asimismo, presentarán el Diagnóstico Integral de Generación y Manejo de Residuos Peligrosos y Prevención de la Contaminación
En caso de usar retrolavado, para descontaminar equipos, se necesita tener control de los equipos de lavado porque por las malas prácticas resulta que éstos también se convierten en agentes contaminantes.
Entre los hallazgos del PNUD se encontró que hay contaminación por malas prácticas de mantenimiento, contaminación en equipos que deberían de estar dentro de la norma por ser posteriores al año 2000, que no hay apoyo de autoridades locales y que las empresas con no tienen interés en cumplir la norma.
De acuerdo con el PNUD, la empresa con mayor experiencia en disposición final es Tecnología Ambiental Especializada que tiene su Centro Integral para el Manejo y Aprovechamiento de Residuos Industriales en Coahuila, y se prevé que trabajen en conjunto para atacar el problema.
Fuente: El Universal
Fuente: El Universal