Antonio Gershenson | Opinión-La Jornada
El pasado 15 de octubre, entonces en la revista Forbes, el director de Pemex decía que la entidad dirigida por él producía 2.55 millones de barriles diarios; y que en el fin de año aumentaría a 2.6 millones, a los calificaba como un alza de 5 por ciento. Los datos reales fueron diferentes. Hubo una reducción a 2,515 millones; no sólo no subió, sino bajó. Ahora el director habla en Wall Street Journal, como se dijo al principio de la campaña electoral oficial, que a fines del gobierno habrá 3 millones de barriles diarios. Sigue bajando la producción y las palabras siguen subiendo cada vez más.
Es más, se anuncia que al fin se formará una nueva compañía y que explotará gas de esquisto y aguas profundas en Estados Unidos.
Ya se ha hecho perforación en aguas profundas desde hace unos 10 años. Hemos mencionado lo costoso que ha sido. Se dijo que ahora, que presumen de tener aguas profundas y ya algo se hizo, si tienen muy buena suerte empezarán por extraer gas dentro de cinco o diez años.
Claro, a un precio carísimo. Un estudioso de Bancomer dice que “si bien nos va”, para 2018 se empezará a extraer de lo profundo.
Mientras, las cifras reales siguen bajando. Y eso en lugares fértiles al petróleo y al gas. No se ha hecho la adecuada exploración ni la explotación.
Por más discursos oficiales, eso no va a aumentar la producción del petróleo ni del gas. Menos si se les entrega a trasnacionales diciendo que así sí. Ya demostraron que desgastan a Pemex y su producción se va para abajo. Ya los siete trasnacionales de Burgos decaen su producción en los últimos años. Los trasnacionales de Chicontepec bajan su producción ya cada mes, a lo largo del año pasado, de ese solo año, bajaron en un tercio su producción. Entonces que no nos vengan con que la producción de Pemex va a subir con trasnacionales, cuando ya vimos lo contrario.
En 2004, Pemex tuvo su mayor producción de crudo, 3 millones 383 mil de barriles diarios. Desde entonces viene la caída, hasta 2 millones 523 miles en 2013, y no hay indicio que vaya a frenarse. Hasta el momento el crudo ha perdido, en estos 10 años, una cuarta parte. En este período el crudo no ha dejado de bajar un año, desde 2004 hasta 2013. Las palabras no llenan los depósitos ni los buquestanque.
En especial, Cantarell, que fue la mayor fuente de producción petrolera del país, cayó de 2.125 millones de barriles diarios en 2004, a 382 mil barriles diarios en 2013. La producción actual es de sólo 18 por ciento de la que hubo en 2004.
Otros de los desastres cometidos por los funcionarios en turno fue el gran gasoducto de 48 pulgadas a lo largo de la costa del Golfo dizque para exportar gas natural a Estados Unidos, que como se supo no tuvo gas y el enorme gasto fue un derroche.
También está quemar gas natural, y la compra por 15 años de nitrógeno para inyectar los pozos que contaminaron al gas natural asociado con el crudo.
Otras formas de contratar, sobre todo a trasnacionales, son:
Terrenos ya agotados de petróleo, para trabajarlos a muchos años, llamados “maduros”, prácticamente sin producir.
Contratar a otras trasnacionales para los llamados shells, usando mucha agua y contaminándola, para producir algo de gas que se agota pronto.
Y las perforaciones de agua profunda, carísimas y a muchos años, sobre todo hablando de gas.
Los contratos internacionales, como una refinería que se hizo en Texas, ahora se hacen en España, para ayudar al gobierno derechista, tal vez más que ellos. Los desempleados mexicanos, obviamente, a ellos no les importan.
Fuente: La Jornada
Fuente: La Jornada