Con los recortes a la salud, la educación y una interminable lista de programas sociales, la marginación para millones de mexicanos y la anulación de un futuro próspero para las nuevas generaciones será una infamia consumada por la tecnocracia neoliberal que, desde el poder, abandonó desde hace mucho tiempo su papel de Estado benefactor, producto de la Revolución Mexicana y de la Constitución de 1917, donde se vieron plasmadas conquistas de sectores como el obrero y campesino. El escenario de crisis social que enfrenta el país debe llevarnos a un profundo análisis de la rapiña que en las últimas décadas ejercieron los gobiernos neoliberales al articulado de nuestro Carta Magna hasta reducirlo a un mero “reglamento” de abierta protección y operación de las empresas multinacionales, donde la salvaguarda de las riquezas naturales del país y su subsuelo, así como su soberanía nacional y la protección de los derechos elementales de sus habitantes han quedado reducidos a un esquema de franca vulnerabilidad.
6 noviembre 2016 | Martín Esparza | Contralínea