CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A partir del anuncio del incremento del
precio de la gasolina, las tarifas de luz y, con ello el aumento en
transporte, alimentos, medicinas y la canasta básica, se han manifestado
miles de personas cerrando autopistas, avenidas y calles, y cerrando
cientos de distribuidoras acusando un falso desabasto para aumentar el
precio del combustible que ya se había comprado.
La ira popular que se desató por esta medida tomada desde hace tiempo
por el gobierno de Enrique Peña Nieto no es catártica, no parece ser
momentánea, sino una reacción alimentada por una serie de abusos de
poder, de escándalos de corrupción, impunidad e injusticia por parte del
gobierno y la clase política en general.