Francia… y México
Los hechos violentos registrados en París han vuelto a colocar al pueblo islámico en la mira de la soterrada disputa geopolítica de las grandes potencias, estigmatizándolo como el responsable directo de los actos terroristas que sacudieron a la Ciudad Luz, algo similar a lo acontecido el 11 de septiembre del 2001, con el ataque perpetrado contra las Torres Gemelas del World Trade Center, en Nueva York, que sirvió de pretexto a Estados Unidos para iniciar una feroz ofensiva contra el islamismo y cuyo objetivo más que combatir el terrorismo era despojar a los pueblos del medio oriente de sus recursos energéticos. Como hace catorce años, la historia se repite al igual que el discurso antiterrorista de los países capitalistas, tomando como pretexto las agresiones de un grupo radical para enfilar un embate militar a los países del mundo islámico, de manera similar a como la nación norteamericana lo ha venido haciendo contra gobiernos que están dando la pelea por la defensa de su petróleo y sus riquezas naturales en bien de su nación, como el caso emblemático de Venezuela.