martes, 10 de abril de 2012

Se hizo chiquita la CFE

El gobierno ha permitido la privatización de las tareas que la Constitución le otorga en exclusiva a la CFE
En el esquema la paraestatal le transfirió en el 2011 recursos a los productores independientes privados, con énfasis a las españolas Iberdrola y Unión Fenosa, por 168 mil 221 millones de pesos.
Martes 10 de abril de 2012 | Empresa | Alberto Barranco
El fortuito de un accidente en una planta generadora de energía eléctrica de la firma belga Tractebel, cuyas consecuencias paralizarán un año su producción, dejó al desnudo, una vez más, la laxitud con que el gobierno ha permitido la privatización de las tareas que la Constitución le otorga en exclusiva a la Comisión Federal de Electricidad
La firma extranjera, a contrapelo de las limitantes a la acción de los particulares previstas en la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, le vendía el fluido generado al Grupo Vitro, la principal fabricante de vidrio en el país.

De acuerdo al ordenamiento aprobado por la aplanadora priísta en el Congreso durante el sexenio salinista, concretamente en 1992, existen tres vías para que los particulares generen energía eléctrica: para autoabastecimiento, para cogeneración y como productor independiente.

En el primer caso, se permite la posibilidad de venderle excedentes hasta un límite determinado a la Comisión Federal de Electricidad; en el segundo se regula la producción por la paraestatal, y en el tercero se permite, bajo ciertas modalidades, ofrecer el fluido a terceros bajo sanción de la empresa pública.

El caso es que abierto el ostión durante el sexenio zedillista, la Secretaría de Energía, entonces a cargo de Ernesto Martens, quien había sido, justo, director general de Vitro, ideó un esquema para darle mayor cancha a los particulares: Extender los límites para venta de excedentes de producción.

La vía era tan simple como modificar el reglamento de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, lo que provocaría el planteamiento por parte de la oposición legislativa, es decir panistas y perredistas, de una Controversia Constitucional ante la Suprema Corte de Justicia.

El argumento hablaba de que ningún reglamento puede rebasar el marco de una ley.

Lo dramático del asunto es que la respuesta del máximo órgano de justicia del país no sólo le dio la razón a los inconformes, sino que fue más allá al descalificar la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica por considerar que violaba en su alcance lo dispuesto en el artículo 27 de la Constitución que le otorga exclusividad al gobierno en la generación del fluido.

El golpe, pues, fue contundente… por más que no lo suficiente para frenar los ímpetus privatizadores del gobierno en turno y los dos panistas que le sucedieron.

A contrapelo de la resolución que dejaba en el limbo a toda la gama de alternativas para generación privada, la Comisión Reguladora de Energía ha seguido ofreciendo permisos a firmas extranjeras, al punto de alcanzar ya éstas el 55 por ciento de la energía eléctrica que se consume en el país.

El peso mayor recae en los llamados productores independientes, justo la alternativa más impugnada por la oposición, por más que los panistas cambiaron su actitud crítica al volverse gobierno.

En total la CFE ha otorgado 670 permisos, en cuyo marco se permite la generación de hasta 28 mil 978 megavatios, frente a los 52 mil 511 que genera la Comisión Federal de Electricidad.

A la callada, pues, ésta se ha ido empequeñeciendo al punto de desaparecer del mapa los esquemas de generación por carbón, soslayándose la posibilidad de las hidroeléctricas y manejándose a cuentagotas las termoeléctricas… para no hablar de nucleoeléctricas, tras la propaganda negra a Laguna Verde.

En el esquema, la paraestatal le transfirió en el 2011 recursos a los productores independientes privados, con énfasis a las españolas Iberdrola y Unión Fenosa, por 168 mil 221 millones de pesos.

La rendija que se abrió en la posibilidad de que firmas con alto consumo de energía eléctrica, léase cementeras, acereras, papeleras, vidrieras… pudieran generar ésta para consumo propio, fue convirtiéndose, en la impunidad, en una colosal ventana para privatizar a la Comisión Federal de Electricidad, cuya erosión se reflejó en sus colosales pasivos que al 2010 alcanzaban 593 mil 227 millones de pesos.

Total, a quién le importan las leyes.