Miriam Posada García | Periódico La Jornada | Martes 31 de diciembre de 2013, p. 3
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha dejado a los transportistas mexicanos daños por 40 mil millones de dólares, discriminación, la imposibilidad de ampliar su mercado e invertir en Estados Unidos, porque Washington mantiene cerrada su frontera.
El director general de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar), José Refugio Muñoz López, dijo que después de 20 años de incumplimiento y de haber recurrido a todas las instancias que el TLCAN establece, los transportistas mexicanos interpusieron una demanda en contra del gobierno estadunidenses por los daños ocasionados al mantener cerrada su frontera, impedirles circular por sus carreteras e inhibir inversiones.
El daño estimado, dijo, es de 40 mil millones de dólares, 2 mil millones por cada año que la frontera ha estado cerrada para las unidades nacionales; sin embargo, las disposiciones en materia de arbitraje establecidas en el propio acuerdo señalan que sólo se pueden reclamar las afectaciones de los pasados tres años, de tal forma que además de todos los agravios los transportistas aspiran a ser indemnizados con sólo 6 mil millones de dólares.
Explicó que la Canacar presentó la demanda en contra del gobierno estadunidense a través de un despacho de aquel país, porque así lo permite el acuerdo comercial. Además de la Canacar demandan en lo individual las empresas nacionales de transporte, y están a la espera de la resolución.
José Refugio Muñoz López dijo que la Canacar optó por esta medida a pesar de que el gobierno mexicano está a la espera de que el Congreso de Estados Unidos resuelva si el Programa Demostrativo de Transporte Transfronterizo dio resultado y existen condiciones para abrir la frontera a los transportistas mexicanos, pero “es programa no es representativo porque sólo participan alrededor de 20 empresas con 44 unidades que no reflejan la realidad ni el tamaño del sector mexicano”.
Aseguró que si en este momento se abriera la frontera, habría por lo menos mil 200 empresas de transportes dedicadas a la importación y exportación listas para entrar a las carreteras estadunidenses y competir de manera leal con los transportistas de ese país, que han sido los principales opositores a la entrada de los camiones mexicanos.
Muñoz López dijo que el TLCAN consideraba también que los mexicanos pudieran invertir en empresas de transporte en Estados Unidos, “al principio el gobierno incumplió también con esa parte del acuerdo. Ahora ya podemos invertir allá, pero si no podemos llevar nuestras unidades a nadie la interesa establecer una empresa en Estados Unidos”.
Al cierre de la frontera y las limitaciones para invertir se suma uno de los factores que más mella han hecho en el gremio: la discriminación a la que son sometidos los transportistas mexicanos a quienes se les exige hablar inglés a pesar de que no se internan más allá de la zona comercial de Estados Unidos, presentar documentación, someterse a diversas pruebas y revisiones exhaustivas, además de llevar las unidades “impecables”.
Fuente: La Jornada
Fuente: La Jornada