México SA-Carlos Fernández-Vega
"Muchas reformas”, “modernidad” a manos llenas y “entusiasmo” foráneo por los “cambios estructurales en México” (Peña Nieto dixit), pero de beneficio social nada. Años y años de gobiernos gerenciales que a diestra y siniestra venden el país, y el agujero lejos de obturarse cada día se hace más grande y profundo. Lo menos que podría esperarse con las multimillonarias inversiones que cotidianamente se anuncian sería empleo formal suficiente y bien remunerado, pero ni de lejos.
En sus trece meses de estadía en Los Pinos, el “nuevo” gobierno apenas si registró 230 mil empleos formales, incluidos los eventuales urbanos y del campo. Si el balance se limita a 2013, la cifra crece a 460 mil, en número cerrado y también con eventuales, frente a una demanda de plazas laborales no menor a un millón.
Lo más grave es que no se trata de un asunto de coyuntura, un defecto de arranque sexenal, un error de gobierno novato, sino de un grave y creciente problema estructural que a nadie parece importar, porque en las últimas dos décadas el promedio anual de generación de puestos de trabajo en el sector formal no pasa de 320 mil, o lo que es lo mismo sólo en ese periodo sólo uno de cada tres mexicanos en edad y condición de laborar pudo colarse a la formalidad. Y de salarios ni hablar. Aun así, todos los gobiernos involucrados en ese lapso lo presumen como la octava maravilla.
El Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, advierte que “la polarización laboral en México es una realidad que no deja de manifestarse día a día en la estructura del mercado al cual millones de mexicanos se encuentran sujetos, y en donde el magro desempeño de la actividad económica y sus problemas estructurales se ven reflejados con gran impacto”.
Al revisar las cifras de la desocupación en diciembre de 2013, apunta el CIEN, se observa que a pesar de que su tendencia se muestra a la “baja” con una tasa oficial anualizada que ronda 4.3 por ciento, al desagregarse por antecedentes laborales y por nivel de instrucción los resultados son heterogéneos y desiguales para aquellos miembros de la población con un mayor nivel educativo y experiencia laboral. “La historia no deja de repetirse al ver que la estructura de la desocupación refleja una tasa de desocupación de 40.5 por ciento para aquellos con estudios medios y medio superiores, y de 36.1 por ciento para los que han concluido sus estudios de secundaria, mientras que aquellos que cuentan con primaria incompleta se ubica en 6.4 por ciento en el periodo mencionado”.
Las cifras de la desocupación por actividad económica muestran la necesidad de que el gobierno se ocupe de expandir el empleo, generando oportunidades laborales en distintos ámbitos económicos, donde haya competencia y mayor seguridad. Ello, porque las tasas oficial de desocupación en los sectores agropecuario, de la construcción y de la industria manufacturera se sitúan en 19.9, 11.7, y 13.3 por ciento, respectivamente. En el sector servicios, en el que la mayoría de los mexicanos se ocupa, la tasa oficial de subocupación es 36.2 por ciento, la mayor de todas.
En este sentido, indica el CIEN, “la falta de oportunidades laborales es un indicador de suma importancia para conocer más a fondo la realidad económica y cómo su dinamismo impacta a la base de su estructura: la población. Así, eventos recientes de la coyuntura que viven ciertas zonas del país, como Michoacán o Guerrero, muestran que no sólo es un factor que tiene que ver con el bienestar económico, sino que también está correlacionado con problemas más profundos, como la delincuencia y la inseguridad, problemas que con mayores oportunidades laborales sólidas sería posible afrontar de forma integral”.
Las tan cacareadas “reformas estructurales” no sólo “deben brindar certidumbre en materia legal, atraer oportunidades de inversión, flexibilidad laboral, etcétera, sino un mecanismo claro de vinculación entre las mismas; de lo contrario habrá más gente educada, pero sin un mercado laboral competitivo, seguro y que demande habilidades y conocimientos cada vez mayores entre los oferentes”, apunta el citado centro de investigación.
Al cierre del año recién concluido la tasa oficial de desocupación se ubicó en 4.3 por ciento, lo que refleja un ajuste marginal de 0.2 puntos porcentuales con respecto a 2012. “Al revisar la tendencia se observa (…) que tal indicador podría presentar un desempeño similar al de diciembre durante los primeros meses de 2014”, lo que confirma que por las “reformas”, la “modernidad” y el “entusiasmo” foráneo por los “cambios estructurales en México” pueden tener muchas cosas, menos derrama social.
De la información oficial se desprende que el 90.5 por ciento de los desocupados en México cuenta con un grado de experiencia, en tanto que los trabajadores sin ella apenas representan el 9.5 por ciento del total. “Las personas con un grado de educación más alto sufren de una mayor desocupación, ya que aquellos que poseen estudios a nivel medio superior y superior representan el 40.5 por ciento de la población desocupada, lo que contrasta con el 6.4 por ciento que representa a las personas desocupadas que cuentan con estudios de primaria incompleta”.
El CIEN detalla que en lo que respecta a las tasas complementarias del mercado laboral, se observan niveles similares a los registrados en diciembre de 2012, aunque destaca el desempeño de la tasa de ocupación en el sector informal, pues continúa reportando incrementos al ubicarse en 28.3 por ciento, contra 27. En 2012.
En 2013 el número de trabajadores asegurados en el IMSS aumentó 2.9 por ciento, contra 4.6 por ciento en 2012, y a ese ritmo el agujero social sólo aumenta su diámetro y profundidad. He allí, pues, uno de los más graves problemas nacionales, por mucho que intenten ocultarlo y/o maquillarlo. Más productivo será que intenten resolverlo con hechos y no con discursos, como ya es tradición.
Las rebanadas del pastel
Si de credibilidad se trata, dice el “ministro del año” que el severo incremento de precios en el primer mes de 2014 es un “problema transitorio que se disipará durante el año”. Pues bien, Luis Videgaray también dijo que la economía mexicana se recuperaría en el segundo semestre de 2013, y ya ven: 1.2 por ciento, si bien va… En hora buena, porque el INER, con sensibilidad social, respondió favorablemente a la petición de una madre con sus bebita enferma (ver México SA del viernes 24 de enero). Estaremos atentos al progreso.
Fuente: La Jornada
Fuente: La Jornada