Extraen barita, pese a prohibición de la Profepa, denuncian ONG
Elio Henríquez | Corresponsal | Periódico La Jornada | Sábado 25 de enero de 2014, p. 24
San Cristóbal de Las Casas, Chis., 24 de enero.- Empresas mineras reanudaron en días pasados la explotación de una mina de barita en el municipio de Chicomuselo, en la sierra de Chiapas, cuyas actividades fueron suspendidas hace meses por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) por no cumplir con las normas ambientales.
Pobladores y representantes de las organizaciones no gubernamentales Fundación Ambientalista Mariano Abarca, Otros Mundos AC y Red Mexicana de Afectados por la Minería explicaron que el domingo 19 de enero arribaron a la cabecera municipal de Chicomuselo seis camiones de doble remolque y se dirigieron al ejido Santa María, donde se encuentra la mina de barita La Pera, clausurada por la Profepa.
Agregaron que a la fecha han salido seis camiones cargados con barita, a pesar de que “están trabajando la mina ilegalmente”, por lo que exigieron a autoridades federales y estatales que se suspendan los trabajos.
Explicaron que debido a la clausura, tras la oposición de los habitantes de Santa María, la empresa inició trabajos de explotación de barita en una veta ubicada a 50 metros de la primera, pero ya en un predio privado del rancho Reforma, ubicado en el vecino ejido Flores Magón, cuyos habitantes autorizaron que los camiones saquen el mineral por la carretera que pasa por sus tierras.
Manifestaron que “para no provocar reacciones de protesta, los camiones evitan pasar por la calle de la cabecera municipal de Chicomuselo, donde Mariano Abarca Roblero, opositor a la explotación de minas asesinado en noviembre de 2009, había mantenido clausurado el paso a la empresa canadiense Blackfire”.
Afirmaron que “las compañías explotadoras de minerales en la zona han delineado una nueva estrategia: fomentar las cooperativas mineras” y convertir en socios de éstas a ejidatarios para tener autorización de entrar en las comunidades para explotar yacimientos.
Fuente: La Jornada
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