Las reformas, con un efecto devastador en la escuela pública
Laura Poy Solano | Periódico La Jornada | Sábado 4 de enero de 2014, p. 26
Profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) aseguraron que las reformas fiscal y energética tendrán un efecto “devastador” en la escuela pública, pues “miles de niños no regresarán a las aulas ante los crecientes aumentos en el transporte y los alimentos”.
Durante un mitin en el Hemiciclo a Juárez, señalaron que “a más pobreza, menos oportunidad de acudir a la escuela. Eso lo sabemos muy bien los maestros que acudimos a las comunidades más pobres del país, donde nuestros alumnos sólo llevan una tortilla en el morral”.
Advirtieron que “si permitimos que siga avanzando la lógica del neoliberalismo y la imposición de sus políticas de gobierno, pronto habrá escuelas sin estudiantes”.
Nicodemo Baltazar Vázquez, integrante de la instancia de coordinación de la sección 22 de Oaxaca, afirmó que 2014 será un año para la reorganización de la resistencia magisterial, pero también para “buscar nuevas rutas para enfrentar la reforma educativa”.
Detalló que a partir de la próxima semana se convocarán asambleas estatales, entre ellas la del magisterio oaxaqueño, para definir “si continuaremos con una estrategia de presencia masiva en la capital del país o si se opta por una nueva modalidad”.
Pese a que el campamento que mantienen instalado en el Monumento a la Revolución aún permanece semivacío y que la presencia de educadores en los actos de protesta es cada vez más reducida, apuntó que en tanto no se defina una nueva estrategia de lucha “continuaremos en las calles”.
Aseguró que la CNTE mantendrá su denuncia de que la reforma educativa, así como también la fiscal y energética “nos lesionan a todos. No se trata de buscar el sálvese quien pueda, tenemos que alertar que los recientes incrementos al transporte, alimentos y servicios, así como la privatización del sector energético, son medidas que nos afectan”.
Destacó que la escuela pública también está inmersa en una sociedad en crisis, donde los padres de familia “se ven obligados a trabajar muchas horas para llevar lo justo para comer, y con estas medidas es cada vez más difícil”.
En sus comunidades muchos padres “están resintiendo que el transporte para mandar a sus hijos a la escuela aumentó, pero también productos básicos; la creciente preocupación es cuántos de nuestros alumnos tendrán que dejar el aula para convertirse en mano de obra”.
Fuente: La Jornada
Fuente: La Jornada