Flor Goche | Contralinea | 24 Diciembre 2013
Con la entrada en vigor del Subprograma de Incorporación de Jóvenes Académicos de Carrera de la UNAM se establece un límite máximo de edad (37 años para los hombres y 39 para las mujeres) para ocupar las vacantes generadas por el Subprograma de Retiro Voluntario por Jubilación y por la Reasignación de Plazas de Profesor o de Investigador Emérito. Para algunos docentes, la medida es inequitativa, discriminatoria e ilegal. Señalan, asimismo, que afecta primordialmente a los profesores de asignatura (el 60 por ciento de la planta académica), quienes “llevan años esperando una oportunidad para aspirar a un tiempo completo y mejorar, con ello, su nivel de vida y el de su familia”
El pasado 12 de noviembre, 1 día después de su publicación en la Gaceta UNAM –órgano oficial de difusión de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)–, entró en vigor el Programa de Renovación de la Planta Académica de la UNAM y el Subprograma de Incorporación de Jóvenes Académicos de Carrera a la UNAM.
Los documentos, signados por Eduardo
Bárzana García, secretario general de esta casa de estudios, busca que
jóvenes graduados sean quienes cubran las vacantes generadas por el
Subprograma de Retiro Voluntario por Jubilación y por la Reasignación de
Plazas de Profesor o de Investigador Emérito. Esto, con la finalidad
formal de que la UNAM cuente con “una planta académica equilibrada en
términos de experiencia y juventud”.
Por ello, el escrito de apenas tres
cuartillas establece como uno de los requisitos que los candidatos a
ocupar dichas vacantes sean menores de 39 años de edad para el caso de
las mujeres, y de 37 para el de los hombres.
Este programa de renovación docente no
pasó inadvertido para quienes ya imparten cátedra en esa institución
educativa, no obstante que éste se dio a conocer a escasos días del
cierre del ciclo escolar 2013-2014, justo cuando la carga académica
aumenta como consecuencia del periodo de exámenes y evaluaciones
finales.
Los primeros en manifestar públicamente
su inconformidad con el contenido del mismo, sobre todo con el
establecimiento de una edad máxima para acceder a estas plazas, fueron
los académicos del bachillerato.
En una carta entregada a la Rectoría y a
la Secretaría General de la UNAM el pasado 22 de noviembre, los
profesores de asignatura del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH),
plantel Azcapotzalco, quienes ese mismo día realizaron un mitin frente a
la Rectoría universitaria, apuntan que lejos de promover “un verdadero
equilibrio entre la planta académica en términos de experiencia y
juventud”, el programa resulta “excluyente y discriminatorio de los
profesores y profesoras de asignatura en activo mayores a los 37 y 39
años, respectivamente”.
En el mismo sentido se pronuncian los
profesores de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), según consta en
una carta dirigida a José Narro Robles, rector de la UNAM, fechada el 20
de noviembre de 2013: “al establecer un límite de edad para tener
derecho a participar en un programa docente donde se desempeñan labores
propias de la UNAM se está sentando un grave precedente de
discriminación laboral por motivos de edad”.
Los académicos que imparten clases en el
nivel medio superior califican de inequitativo y discriminatorio, pero
también de ilegal, al Programa de Renovación de la Planta Académica y
al Subprograma de Incorporación de Jóvenes Académicos de Carrera de la
UNAM. Aseguran que es contrario a la Legislación Universitaria, al
Contrato Colectivo de Trabajo del Personal Académico de la UNAM
2013-2015, a la Ley Federal del Trabajo, a la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos e, incluso, a la legislación internacional
en materia de derechos humanos y laborales.
Por ejemplo, en el caso del Contrato
Colectivo de Trabajo del Personal Académico 2013-2015, el Programa
atenta contra su cláusula 16, que establece que “en ningún caso y bajo
ninguna circunstancia podrán exigirse mayores requisitos que los
estipulados en la legislación aplicable para el ingreso, definitividad
y/o promoción a las diversas categorías y niveles que puede tener el
personal académico, o las equivalencias o similitudes que establezcan
los órganos competentes integrados de acuerdo con la Legislación
Universitaria, los que no podrán ser superiores a los establecidos por
la misma”. Y es que ninguno de los artículos que conforman el Estatuto
del Personal Académico (EPA) de la UNAM, particularmente los relativos a
los requisitos de ingreso del personal académico, se pronuncia respecto
del límite de edad.
Los docentes de la ENP recuerdan al
rector universitario el contenido de su Programa de Trabajo para la UNAM
2011-2015, en el que se compromete a defender los principios que
caracterizan a la Universidad pública por excelencia, tales como “la
promoción de la equidad y la justicia”, así como a “definir y establecer
criterios orientados a erradicar cualquier tipo de discriminación”.
Golpe contra profesores de asignatura
Juan
Márquez Zea, maestro en ciencias de la comunicación, labora en la UNAM
desde hace 25 años. Desde entonces ha cursado una especialidad en
docencia, cuatro diplomados y más de 110 cursos de formación. Ha
impartido, además, nueve cursos de formación para profesores de la UNAM y
otras universidades públicas del país. Actualmente, además de sus
labores docentes, se desempeña como jefe del Área de Talleres de
Lenguaje y Comunicación del plantel Azcapotzalco del CCH, en la que ha
contribuido con la elaboración de bancos de reactivos, paquetes
didácticos, guías para profesores y programas operativos.
Juan Márquez es uno de los profesores de
asignatura que el 22 de noviembre pasado se manifestaron frente a la
Rectoría universitaria. La carta que el grupo de docentes entregó a los
directivos de la máxima casa de estudios del país refiere que el
Programa de Renovación de la Planta Académica y el Subprograma de
Incorporación de Jóvenes Académicos de Carrera de la UNAM afecta a
profesores como Juan, quienes a pesar de su vasta formación y
experiencia rebasan la edad máxima que se establece para los interesados
en cubrir las vacantes generadas por el Subprograma de Retiro
Voluntario por Jubilación y por la Reasignación de Plazas de Profesor o
de Investigador Emérito (37 para los hombres y 39 para las mujeres).
Los académicos del plantel Azcapotzalco
del CCH subrayan que el Programa golpea particularmente los derechos
laborales de los profesores de asignatura, ya que no reconoce ni valora
su experiencia docente, formación continua y productividad académica.
Los de la Escuela Nacional Preparatoria precisan que se trata de
personal “que lleva años esperando una oportunidad para aspirar a un
tiempo completo y mejorar, con ello, su nivel de vida y el de su
familia”.
De acuerdo con las Estadísticas básicas del personal académico 2013,
elaboradas por la Dirección General de Asuntos del Personal Académico,
actualmente laboran en la UNAM 37 mil 35 profesores. De éstos, 21 mil
412 (el 51.81 por ciento) son de asignatura, es decir, contratados por
horas y no por jornada laboral, como los profesores de carrera.
Aunque las fuentes oficiales carecen de
estadísticas recientes respecto de la edad del grueso de los profesores
de asignatura que laboran en la UNAM, del Documento del grupo de trabajo de profesores de asignatura. Claustro académico para la reforma del EPA,
se desprende que para 2003 la edad promedio de este sector oscilaba
entre los 45 y 49 años de edad. Asimismo, que 13 mil 497 de estos
profesores eran mayores de 40 años y sólo 6 mil 224 menores de 39.
Contratación a discreción
La contratación que contempla el
Subprograma de Incorporación de Jóvenes Académicos de Carrera a la UNAM
tiene como base el artículo 51 del EPA. Éste alude contrataciones
excepcionales (fuera del concurso de oposición o el concurso abierto) o
para la realización de una obra determinada.
En estos dos casos, acota el EPA, “los
términos de la contratación deberán ser previamente aprobados por el
Consejo Técnico, Interno o Asesor, oyendo la opinión de la comisión
dictaminadora respectiva”.
Al respecto, los profesores del CCH
consideran que “dicho programa promueve la discrecionalidad en la
asignación de las plazas liberadas por jubilación voluntaria o por la
reasignación de plazas de profesor y de investigador emérito, ya que no
se establece un concurso abierto como lo indica el EPA, ni considera la
necesidad del examen filtro que todo profesor debe cubrir para acceder a
la institución”.
Por eso, entre las demandas de este grupo
docente destaca la reestructuración del Subprograma de Incorporación de
Jóvenes Académicos de Carrera en términos de la no exclusión y
discriminación de los profesores de asignatura que rebasan la edad
estipulada o, en su caso, la creación de otro subprograma dirigido al
mismo sector pero que opere bajo las normas del capítulo II del EPA
(referente a la selección, promoción y adscripción de los profesores) y
no en función de las contrataciones excepcionales del artículo 51.
Además, el diseño de un programa de fortalecimiento para los profesores
de asignatura y que las plazas liberadas por jubilación o por la
designación de profesor emérito se abran a concurso abierto para los
profesores de asignatura en activo.
Los académicos de la Escuela Nacional
Preparatoria se pronuncian, en tanto, por la “suspensión inmediata” del
Subprograma de Incorporación de Jóvenes Académicos de Carrera; porque
las autoridades revaloren la capacidad y la experiencia del personal
académico que ya labora en la UNAM, permitiendo que participen
libremente (de acuerdo con su capacidad y sin menoscabo de su edad) en
todo tipo de concursos de oposición; que se abran concursos de oposición
para tiempos completos relativas al Subprograma de Retiro Voluntario
por Jubilación, a la reasignación de plazas de profesor o de
investigador emérito, a las plazas vacantes y a las de nueva creación.
En puerta, queja ante la CNDH
Ésta
no es la primera vez que la UNAM establece un límite máximo de edad
para quienes deseen cubrir las vacantes generadas por la jubilación del
personal académico de carrera.
En noviembre de 2012, a través de su
órgano de difusión oficial, esa casa de estudios anunció la emisión,
para los primeros meses de 2013, de un subprograma de incorporación de
jóvenes académicos a las tareas docentes y de investigación de la UNAM.
Adelantó que los interesados en formar parte de este subprograma
deberían, entre otras cosas, tener una edad no mayor de 36 años.
Las críticas a este tipo de filtros se
hicieron presentes desde entonces. Profesores del plantel Naucalpan del
CCH ingresaron una queja por discriminación ante el Consejo Nacional
para Prevenir la Discriminación (Conapred), como consta en el expediente
CONAPRED/DGAQR/467/13/DR/I/DF/R198.
Debido a la falta de respuesta por parte
del órgano de Estado, Miguel Rangel, profesor de asignatura, dirigió una
carta a Jorge Armando del Muro Sánchez, entonces director de
reclamaciones. La petición del docente demandaba que las “plazas
generadas por la jubilación voluntaria sean ofertadas de manera
equitativa”.
Señala, asimismo, lo innecesario que
resulta recurrir a las contrataciones excepcionales que contempla el
artículo 51 del EPA, puesto que la UNAM “no carece de personal
capacitado para cubrir las vacantes promovidas en el Programa”. Se
refiere, en concreto, a los profesores de asignatura y a los ayudantes
de investigador.
Debido a que el Consejo Nacional para
Prevenir la Discriminación (Conapred) se mantuvo pasivo ante el
contenido de esta queja, según la apreciación de los profesores de
bachillerato, ahora éstos buscan recurrir a la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos.
Si bien las críticas al programa de
renovación de la planta docente de la UNAM tuvieron su primer eco en el
subsistema de bachillerato, los docentes de nivel licenciatura también
empiezan a organizarse. Esto ocurre, por ejemplo, en la Facultad de
Economía, ubicada en Cuidad Universitaria.
Para la realización de este trabajo se
solicitó entrevista con la UNAM. Al cierre de esta edición no hubo
respuesta. No obstante, Juan Sánchez Brito, director de Enlace y
Relaciones Públicas de esta casa de estudios comentó a Contralínea
que los docentes críticos al Subprograma de Incorporación de Jóvenes
Académicos de Carrera constituyen “un grupo muy reducido”, por lo que
“no es un problema generalizado, de gran magnitud”.