La Jornada - El Correo Ilustrado
El gobierno y la SEP han
gastado millones en divulgar una reforma educativa que supuestamente
mejorará la calidad, pero en realidad la educación sigue empeorando y la
reforma es un burdo engaño. Las múltiples carencias siguen sin ser
consideradas, y menos atendidas, como la creciente saturación de grupos.
Año con año crece la cantidad de niños por grupo. Este año (en la
secundaria donde laboro) los grupos de primer año rebasan 52 alumnos y
siguen inscribiendo niños. El año pasado eran de 45-46 niños. ¿Alguien
en su sano juicio realmente cree que un docente puede atender
adecuadamente a 55 niños en 45 minutos de clase? Ni siquiera es posible
dedicar un minuto por niño, pero las autoridades educativas siguen
obligando a las escuelas a inscribir más niños, argumentando el derecho
de todos a recibir educación de calidad, un derecho que en los hechos
las autoridades pisotean cuando obligan a los docentes a trabajar en
condiciones tan adversas.
Garantizar a todos los niños educación de calidad implica no tener
más de 25 niños por grupo, lo cual sería posible si la SEP, en vez de
pagar sueldos millonarios a funcionarios, regalar dinero a los charros
del SNTE por su sumisión y dilapidar en propaganda, invirtiera ese
dinero en más planteles escolares y contratar más docentes frente a
grupo. Ningún país con un sistema educativo respetable tiene 55 y hasta
70 alumnos por grupo. Cuba tiene nueve niños por grupo, Finlandia y
Uruguay 14, Japón 18. Y claro que ninguno de esos países tiene 7 por
ciento de sus escuelas sin pizarrones, 10% sin baños, 30% sin drenajes,
ni a 80% de su población en pobreza. No más engaños. La calidad empieza
por terminar con las vergonzosas carencias de nuestro sistema educativo.
Maestra Silvia E. Arévalo, Asamblea Magisterial Democrática Jalisco Región Centro