Érika Ramirez - Contralinea
Al paso del séptimo río más caudaloso de México se pretende levantar
una cortina de 176 metros para la generación de electricidad. El
proyecto de la CFE implicaría la erosión de la tierra, daños
incuantificables a la zona de Marismas Nacionales y la desaparición de
14 sitios sagrados de coras, nayeris y wirráricas. A pesar de que la
Semarnat ordenó hace 4 meses la suspensión del proyecto y solicitó a la
CFE casi una veintena de estudios para aprobar la manifestación de
impacto ambiental, el gobierno de Nayarit y la CFE continúan con la
gestión de un proyecto de casi 7 mil 500 millones de pesos
Integrantes del Consejo Intercomunitario
para el Desarrollo Sustentable del Río San Pedro –conformado por
indígenas y comuneros de los municipios Santiago Ixcuintla, Rosamorada,
Tuxpan, Ruiz y El Nayar– temen afectaciones en la producción de
alimentos, merma en la ostricultura, afectación al Área Natural
Protegida de Marismas Nacionales y la desaparición de 14 sitios sagrados
de coras, nayeris, y wirráricas.
Y es que de acuerdo con el documento oficial Principales proyectos estratégicos de Nayarit,
elaborado por la Secretaría de Planeación, Programación y Presupuesto
del estado, se proyecta una inversión de 576 millones de dólares
(aproximadamente unos 7 mil 480 millones 972 mil 800 pesos).
La información del gobierno nayarita
explica que en la entidad se pretende llevar a cabo 24 obras públicas,
entre las que se encuentra el Proyecto Hidroeléctrico Las Cruces. Expone
que la central hidroeléctrica se llevará a cabo sobre el cauce del Río
San Pedro, en los límites de los municipios de Ruiz y Rosamorada,
Nayarit, a 30 kilómetros en línea recta al Noroeste de la Presa
Hidroeléctrica Aguamilpa. Lo anterior no ha sido informado de manera
oficial a los pueblos que resultarán afectados.
Según el documento, la hidroeléctrica Las Cruces tendría una capacidad de generación media anual total de 801 GWh (gigavatio hora). Para ello, la Comisión Federal de Electricidad “desarrolla dos alternativas de obras viables con distinto tipo de cortina de 176 metros de altura; una de concreto compactado con rodillos y la otra de enrocamiento con cara de concreto. La construcción para ambas alternativas de obras se proyecta a un plazo de 51 meses” (sic).
Las Cruces es uno de los 30 proyectos que
se encuentran en un nivel de “estudio de prefactibilidad” para generar
electricidad en el país, según el Programa de Obras e Inversiones del
Sector Eléctrico 2012-2026, de la Subdirección de Programación de la
CFE.
Los estados involucrados en donde se
contemplan las obras son: Nuevo León, una; Chihuahua, una;
Veracruz/Puebla, una; Tabasco/Chiapas, una; Nayarit, una; Veracruz, dos;
San Luis Potosí, dos; Chiapas, tres; Guerrero, cuatro; Jalisco, seis; y
Oaxaca, ocho.
Las comunidades y el rezago
Habitantes de la zona cercana al Río San
Pedro temen que esta construcción impacte negativamente en cinco
municipios: Rosamorada, Tuxpan, Santiago, Ruiz y El Nayar. En ellos la
población cuenta con escasos recursos económicos. En cada uno de ellos
hay presencia de población indígena. Se dedican a las labores del campo y
a la pesca. Además, en la zona se cuentan 14 sitios sagrados de estos
poblados.
Así lo indica Marcelina López, indígena
wirrárica que ha llegado a la Ciudad de México en busca de “apoyo” para
lograr la suspensión definitiva de la obra: “Nosotros debemos caminar
adonde puedan escuchar nuestras voces indígenas”, dice. Explica que en
la zona que será afectada por la hidroeléctrica hay 14 lugares sagrados;
tres de ellos son wirráricas y hay un centro ceremonial entre Nayarit,
Durango y Jalisco. “No es tan fácil que puedan cambiar los lugares
sagrados; son como un árbol que se encuentra enraizado”, declara.
Marcelina lamenta que luego de que la
central sea concluida, “¿dónde vamos a llevar nuestras ofrendas?
Directamente no nos afecta, pero sí espiritualmente, afecta nuestra
cultura. Queremos el Río libre, que no nos estén invadiendo. Como mujer
indígena me duele, me lastima, somos raíces de México y nos van a
invadir. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no nos consultaron como pueblos
indígenas? ¿Cuál es el respeto que nos tienen? ¿Por qué nos tratan
así?”, cuestiona sin que encuentre respuesta a estas mismas preguntas
desde hace 2 años.
El perfil de la pobreza
Las comunidades que se verían impactadas
si se llega a realizar la construcción de la hidroeléctrica se
encuentran en grados de marginación bajo y medio. Arriba del 50 por
ciento de su población se considera en pobreza moderada y extrema; y en
este perímetro nayarita, 65 mil 179 personas no tienen garantizada la
alimentación diaria.
Santiago Ixcuintla es el municipio con más habitantes: 93 mil 74 personas; indígenas, 1 mil 165, según los Indicadores sociodemográficos de la población total y de la población indígena, 2010,
de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas
(Cdi). Su grado de marginación es medio y el 55 por ciento de los
habitantes padece pobreza extrema o moderada. La carencia por acceso a
la alimentación la padece el 25.2 por ciento de su población, es decir,
20 mil 157 personas, muestra el Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
En Ruiz, la población indígena también es
dispersa y suman 3 mil 770 personas de un total de 23 mil 469, indica
la Cdi. El 72.9 por ciento de la población vive en alguno de los niveles
de pobreza: 51 por ciento, moderada; 21.8 por ciento, extrema, expone
la Sedesol, que también indica que el 39.5 por ciento de la población
municipal (7 mil 989) carecieron de alimentación diaria.
Rosamorada tiene 3 mil 260 indígenas
entre sus 34 mil 393 habitantes. El grado de marginación es medio. En
tanto, la Sedesol muestra que el 61.8 por ciento de la población se
encuentra en pobreza moderada y extrema; 13 mil 536 de sus habitantes no
tienen asegurada la alimentación diaria.
Tuxpan tiene 30 mil 30 habitantes, 236 de
ellos son indígenas y el grado de marginación es “bajo”; el 54.8 por
ciento de la población se encuentra en situación de pobreza. Ahí, 4 mil
920 personas carecieron de acceso a la alimentación, reportan las cifras
de la Sedesol.
El Nayar tiene 34 mil 300 habitantes; 31
mil 86 son indígenas y el grado de marginación es “muy alto”, dice la
Cdi. Éste es el municipio con mayores grados de pobreza entre sus
habitantes, al tener al 91.6 por ciento en esta situación. Aquí, 18 mil
577 personas padecen hambre, según las estadísticas de 2010.
Afectación económica y ambiental
Max Moreno Torres, integrante de la
Cooperativa de Boca de Camichín, miembro del Consejo Intercomunitario
para el Desarrollo Sustentable del Río San Pedro, es otro de los
pobladores que busca eco a sus peticiones en la Ciudad de México.
El hombre, dedicado a la ostricultura,
comenta que San Blas será la primera comunidad que se verá afectada, y
la CFE no está tomando en cuenta su actividad productiva. Él es
integrante de una de las 25 cooperativas que se han conformado para el
cultivo, venta y exportación de ostión en la zona de Marismas
Nacionales. “Ahí, donde desemboca el Río San Pedro que pretenden
represar”, lamenta.
El hombre dice que ninguna autoridad ha
informado sobre la presa que quieren construir ni han solicitado opinión
a las comunidades: “La información la hemos encontrado a través de
otros medios y eso nos ha servido para que las comunidades del Río San
Pedro nos hayamos organizado. De llegarse a construir, va a acabar con
el cultivo de ostión que producimos: más de 1 mil 500 toneladas
actuales, que sólo se produce ahí. Es una especie nativa”.
Expone que habrá daños irreversibles al
medio ambiente porque este Río es el que baña la arteria principal de
Marismas Nacionales de Nayarit y es un Área Natural Protegida. Existe un
área de manglar (de las más cuidadas en México) en más de 170 mil
hectáreas, además de un “sinfín” de aves migratorias. Con la
construcción de la hidroeléctrica, “afectarían ese ecosistema que le da
la vida a más de 25 cooperativas en el lugar”, señala Max Moreno.
De acuerdo con la Comisión Nacional de
Áreas Naturales Protegidas de la Semarnat, Marismas Nacionales fue
decretada como Área Natural Protegida el 12 de mayo de 2010. Se trata de
133 mil 854 hectáreas que abarcan los municipios nayaritas de
Acaponeta, Rosamorada, Santiago Ixcuintla, Tecuala y Tuxpan. Aquí “son
representativas de una gran diversidad de ecosistemas como vegetación
halófila, selva baja caducifolia, matorral espinoso, vegetación de dunas
costeras, esteros, lagunas, marismas y manglares”.
La Comisión expone que las áreas
naturales protegidas “son áreas representativas de uno o más ecosistemas
no alterados por la acción del ser humano o que requieran ser
preservados y restaurados, en las cuales habitan especies
representativas de la biodiversidad nacional, incluyendo a las
consideradas endémicas, amenazadas o en peligro de extinción”.
Semarnat ordena suspensión
Luego
de que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales encontró
incongruencias e insuficiencias de información en la manifestación de
impacto ambiental regional que contempla la construcción de la central
hidroeléctrica, el proyecto quedó suspendido. Pero no cancelado.
El 14 de marzo pasado, Alfonso Flores
Ramírez, director general de Gestión Integral de Materiales y
Actividades Riesgosas envió una carta a Humberto Marengo Mogollón,
coordinador de Proyectos Hidroeléctricos de la Comisión Federal de
Electricidad en la que solicita una serie de estudios, ya que la
ejecución de la obra modificará el curso hidrológico y sedimentario del
Río San Pedro hacia Marismas Nacionales.
El documento –con folio SGPA/DGIRA/DG/02342 y del que Contralínea
posee copia– solicita estudios geotécnico, de sismicidad, de riesgo de
erosión de suelos, de calidad del agua y, además, un inventario de la
flora y fauna terrestre y acuática, entre otros.
Asimismo, la CFE deberá realizar una
vinculación con el Convenio 169 de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT) sobre pueblos indígenas y tribales en países
independientes, y “considerando que la zona donde se desarrollará el
proyecto es considerada como zona sagrada principalmente para los grupos
indígenas nayeris, además de que es un área de asentamientos de
poblaciones indígenas y que el proyecto desplazará a una comunidad”.
Contralínea solicitó entrevista
con Humberto Marengo Mogollón, coordinador de Proyectos Hidroeléctricos
de la CFE, a través de Gerardo Cubos, subgerente de Información.
También, con Vicente Romero, secretario de Planeación y Obras del
gobierno de Nayarit, a través del áreas de Comunicación Social y Prensa,
a cargo de Adriana Aguilera. Al cierre de la edición, no se obtuvo
respuesta.
Érika Ramírez, @erika_contra
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Fuente: Contralinea