Autoridades comunitarias denuncian que se busca abrir paso a la instalación de mineras
Matilde Pérez U. | Periódico La Jornada | Jueves 6 de febrero de 2014, p. 17
Los comedores comunitarios en la Montaña de Guerrero no resuelven el problema del hambre, hacen más dependientes a las familias y además dan “comida enlatada, que para nosotros es chatarra porque no estamos acostumbrados a ella”, asentaron integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC).
Antes de la reunión que sostuvieron con la dirigencia de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), el grupo encabezado por Eliseo Villar Castillo, coordinador regional de autoridades comunitarias de la Casa de Justicia de San Luis Acatlán, comentó que dichos comedores “sólo sirven para que los militares traten de arraigarse en la región; no los queremos porque allí hay tranquilidad”.
Integrantes de la CRAC comentaron que los militares “están dando clases de cocina a las mujeres; a eso le llaman Cruzada Nacional contra el Hambre en la región de la Montaña de Guerrero. Colocan campamentos y esto ha generado inconformidad e inquietud entre los indígenas amuzgos, nahuas, mixtecos, tlapanecos y afro mexicanos”.
Esa cruzada, abundaron, es también el pretexto para que la gente acepte la instalación de las mineras; “sabemos que hay diversos proyectos para la explotación de yacimientos de oro y de otros minerales. Están tratando de confundir a la población y siguen con las descalificaciones hacia la CRAC”.
Recordaron que con la actividad de la CRAC desde 1993 y 1994 “no hay asaltos, violaciones, secuestros, violaciones ni extorsiones; hay una buena convivencia entre la gente. El proceso de reducación de las policías comunitarias ha funcionado”. A la fecha, 145 comunidades de 22 municipios de la Costa Chica, Montaña y Centro están integrados a la CRAC.
Ayer, la Secretaría de Desarrollo Social, en un tuit, resaltó que en 14 municipios de la Montaña instaló 255 comedores comunitarios y han sido beneficiadas 30 mil 600 personas.
Fuente: La Jornada
Fuente: La Jornada