CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) urgió al gobierno de Estados Unidos revertir las
órdenes ejecutivas antimigratorias signadas por el presidente Donald
Trump, cuya implementación “agrava la crisis humanitaria que afecta a
todas las personas migrantes, refugiados y solicitantes de asilo”.
En un comunicado, consideró que esas órdenes ejecutivas
“representan una política dirigida a estigmatizar y criminalizar a los
migrantes o a cualquier persona percibida como migrante”.
Ante eventuales violaciones a derechos humanos, la CIDH instó a Estados Unidos “a dejar sin efectos las tres órdenes ejecutivas y a garantizar que cualquier medida oficial en materia de migración y refugio se encuentre acorde con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos y el derecho internacional de los refugiados”.
Tras manifestar su “profunda preocupación” por la emisión de
las órdenes ejecutivas “Mejoras a la seguridad fronteriza”,
“Fortalecimiento de la seguridad pública al interior de los Estados
Unidos” y “Proteger a la nación de la entrada de terroristas extranjeros
en los Estados Unidos”, el organismo dependiente de la Organización de
Estados Americanos (OEA) destacó la gravedad de algunas de las
implicaciones.
Entre las directrices que ve con alarma están la
“construcción inmediata de un muro fronterizo a lo largo de la frontera
de Estados Unidos con México, reforzar medidas de contención migratoria a
partir del aumento de agentes con funciones migratorias, el cierre de
la frontera a solicitantes de asilo, la expansión de un sistema de
encarcelamiento masivo a partir de la creación de más centros de
detención migratoria a lo largo de la frontera, el énfasis en
procedimientos de deportación expedita, la cancelación de fondos
federales a las llamadas ‘ciudades santuario’ y la suspensión del
Programa de Reasentamiento de Refugiados”.
Asimismo, la CIDH manifestó su extrañeza por “la prohibición
indefinida para el ingreso de refugiados sirios y la prohibición de
ingreso temporal a los Estados Unidos a nacionales de siete países
predominantemente musulmanes, incluso cuando son portadores de tarjetas
de residencia o visas válidas”.
Riesgo y discriminación
Al señalar que durante el año pasado, 436 migrantes murieron
al intentar pasar cruzar la frontera de México hacia Estados Unidos, de
acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM),
la CIDH consideró que las órdenes ejecutivas de Trump representan un
riesgo mayor para quienes huyen de la violencia, la pobreza o quieren
reunirse con sus familiares.
“La construcción de partes adicionales de un muro fronterizo
y el aumento de la militarización de la frontera pondrá en mayor riesgo
las vidas de migrantes y refugiados”, toda vez que “los migrantes se
verán forzados a buscar rutas más peligrosas para ingresar a los Estados
Unidos (y) empujará a las personas a recurrir a traficantes de
migrantes, poniendo en grave peligro su vida e integridad personal”.
Apuntó que las medidas previstas en las órdenes ejecutivas
“conllevan un alto grado de discriminación de las comunidades migrantes y
grupos migratorios, en particular las personas latinas y musulmanas o
quienes sean percibidas como tales”.
La CIDH advirtió que la aplicación de los ordenamientos de
Trump violentarían los derechos humanos “a la no discriminación, la
libertad personal, el debido proceso, la protección judicial, la
protección especial de las familias y los niños, el derecho a solicitar y
recibir asilo, el principio de no devolución, la prohibición de tratos
crueles, inhumanos y degradantes, la libertad de circulación, entre
otros”.
Además, identificó como los sectores de mayor riesgo a “los
niños y niñas no acompañadas, familias y mujeres que puedan ser
devueltos a los países de los cuales huyeron, donde su vida e integridad
estaban amenazadas”.
La CIDH recordó las obligaciones internacionales de Estados
Unidos en materia de derechos humanos, entre ellas la de “implementar
todas las medidas que sean necesarias para proteger la vida, integridad y
seguridad de las personas migrantes bajo su jurisdicción”, así como la
prohibición de la “discriminación basada en el origen nacional o en la
religión”.
Entonces recalcó al gobierno estadunidense que “la detención
migratoria debe ser una medida excepcional, de último recurso y siempre
por el menor tiempo posible, una vez realizada una evaluación
individualizada en cada caso y a la consideración de las medidas
alternativas”, además que “no puede recurrir a la detención migratoria
de niñas o niños y sus padres a fin de disuadir la migración irregular”.
La Comisión puntualizó que como firmante de tratados
internacionales de derechos humanos, Estados Unidos tiene obligaciones
precisas en materia de migración, como garantizar el debido proceso y la
debida protección judicial para los solicitantes de asilo y refugio y
víctimas de trata.
Tras señalar que el derecho internacional es preciso en
resaltar los derechos de las personas migrantes, la CIDH insistió en su
llamado a “dejar sin efectos las tres órdenes ejecutivas” y ofreció
colaborar con el gobierno estadunidense “en la búsqueda de soluciones
que garanticen la plena observancia de los derechos humanos de los
refugiados y migrantes”.
Fuente: Proceso
Fuente: Proceso