Hasta cinco de cada 100 atenciones técnicas de la Comisión se dirigen a arreglar deficiencias de la tarjeta inteligente de la empresa pública
Guadalajara Jal.- Angelina Valle tiene 81 años, vive sola y se quedó sin luz dos días. Todo fue por el nuevo sistema de prepago de la Comisión Federal de Electricidad (CFE); a su casa llegaron a darle una tarjeta para saldar sus deudas, y ahora era responsabilidad suya checar la cuenta en su medidor para pagar a tiempo, pero no alcanzaba el aparato y un día le cortaron el servicio. Tuvo que pagar reconexión.
Casos como este se han repetido entre las 65 mil personas en la Zona Metropolitana de Guadalajara que manejan, desde el mes de diciembre del año pasado, el sistema de pago programado de la CFE por medio de una tarjeta electrónica que pretende hacer más eficiente el servicio.
Sin embargo, las oficinas regionales reciben hasta 25 llamadas al día para despejar dudas sobre el procedimiento, de acuerdo con el jefe del Departamento de Comunicación Social en la División Jalisco, Humberto Atilano Flores. Señala que en cinco de cada 100 casos los técnicos de la CFE deben intervenir para arreglar los desperfectos, pero justifica los hechos por la novedad del sistema. Afirma que “se están haciendo los ajustes”, empero sólo ofrece a los usuarios la línea 071.
Atilano Flores refiere que la contratación del mecanismo es opcional, voluntaria y gratuita. “El medidor no se vende y la tarjeta no tiene costo”. De hecho, se puede regresar al método de recibo. La responsabilidad de tramitar los contratos es de Grupo IUSA, el cual ganó una licitación para implementar el sistema e instalar los medidores.
Las fallas documentadas son reconocidas por la gerente del programa en Jalisco de IUSA, Carolina Mendoza González, quien acepta que hay promotores “irresponsables” del pago programado que dejaron a propósito las tarjetas inteligentes e “impusieron” el servicio; asegura que los trabajadores detectados son despedidos, aunque no aclara una cifra. IUSA, además, carece de procedimientos para atender las quejas de usuarios.
Los ecos de las deficiencias y abusos llegan hasta la Procuraduría Federal del Consumidor, que ha recibido un par de quejas en la delegación Jalisco. El jefe de Servicios, Tarsicio Pérez de la Torre, comenta que los promotores hacen firmar de manera obligatoria a los ciudadanos. Recomienda leer detenidamente el contrato.
Esto, y la falta de leyes o reglamentos secundarios donde queden claras las operaciones de las entidades públicas y la iniciativa privada, incita a que los ciudadanos rechacen las condiciones que se les pongan para un servicio, explica el investigador de la Universidad de Guadalajara, Jesús Morales Hernández.
"Se deben poner muy atentos los consumidores, que lean el contrato y que no lo firmen, no es obligatorio”.
En caso de firmar “están otorgando su voluntad de firmar este convenio y autorizan que se les haga el cambio a la tarjeta”.
"Las consecuencias de no revisar el contrato se notarían en que el pago sería muy alto"