Al máximo beneficiario de la suicida reforma energética Peña/Videgaray/Aspe” resultó Black Rock (Bajo la Lupa,13/11/13, 11 y 29/12/13): el banco “invisible” con el mayor número de activos del mundo y controlador de las cuatro petroleras depredadoras anglosajonas (ExxonMobil, Chevron, Shell y BP). A mi juicio, Pedro Aspe, polémico ex secretario de Hacienda, representa la pieza fundamental bidireccional “norteamericana” de la privatización de Pemex y de su siguiente paso: la absorción del “México neoliberal itamita” al esquema geopolítico del NorthCom/NORAD dominado militarmente por el Pentágono.
Tras su “formación” en el ITAM, luego en el MIT –bajo la batuta del denigrado ultramonetarista “Chicago boy” Rudiger Dornbusch, economista del FMI, desde donde descuartizó a los países de Latinoamérica con su asfixiante “estabilización de precios”–, y su paso cataclísmico por la Secretaría de Hacienda –la brutal devaluación del peso que despreció como “mito genial” y que hoy se puede suponer como hipótesis operativa, visto en retrospectiva, pudo haber sido deliberada para debilitar a México al máximo–, Aspe resucita entre los muertos de México para aparecer entre los “vivos” de EU junto con Robert Pastor (yerno de Robert McNamara, ex secretario del Pentágono) y al controvertido Andrés Rozental Gutman (Bajo la Lupa 9/11/05, 12/6/11, 30/10/13 y 10/11/13), como coautor del reporte superestratégico de la “fuerza especial” ( task force) del muy influyente Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés): “Por la Construcción de la Comunidad de Norteamérica (sic)" de mayo/2005, la hoja de ruta que desembocó en la privatización de Pemex y proseguirá con la incrustación del “México neoliberal itamita” al NorthCom/NORAD.
Tras su “formación” en el ITAM, luego en el MIT –bajo la batuta del denigrado ultramonetarista “Chicago boy” Rudiger Dornbusch, economista del FMI, desde donde descuartizó a los países de Latinoamérica con su asfixiante “estabilización de precios”–, y su paso cataclísmico por la Secretaría de Hacienda –la brutal devaluación del peso que despreció como “mito genial” y que hoy se puede suponer como hipótesis operativa, visto en retrospectiva, pudo haber sido deliberada para debilitar a México al máximo–, Aspe resucita entre los muertos de México para aparecer entre los “vivos” de EU junto con Robert Pastor (yerno de Robert McNamara, ex secretario del Pentágono) y al controvertido Andrés Rozental Gutman (Bajo la Lupa 9/11/05, 12/6/11, 30/10/13 y 10/11/13), como coautor del reporte superestratégico de la “fuerza especial” ( task force) del muy influyente Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés): “Por la Construcción de la Comunidad de Norteamérica (sic)" de mayo/2005, la hoja de ruta que desembocó en la privatización de Pemex y proseguirá con la incrustación del “México neoliberal itamita” al NorthCom/NORAD.
La mayoría de los integrantes de la “fuerza especial” del CFR se traslapa con los firmantes cuatro años antes del documento Nuevos horizontes del influyente CSIS, y del “Instituto (sic) México (sic)” del Wilson Center/ITAM de noviembre 2012; ligado a Chevron mediante Condy Rice, ex asesora de Seguridad Nacional de Baby Bush.
Llama la atención la membresía de Alfonso de Angoitia, vicepresidente de Televisa, en la “fuerza especial” del CFR.
Resulta atrayente el organigrama corporativo de Televisa, al que perteneció Pedro Aspe y del que forman parte los propagandistas de la privatización de Pemex: Alberto Baillères González –mandamás deI ITAM y ex consuegro de Pedro Aspe–, Roberto Hernández (Citigroup/Banamex), Enrique Krauze Kleinbort (Editorial Clío) y otros.
El omnipotente banco invisible Black Rock concentra casi 10 por ciento de Televisa y en cuya bidireccionalidad emerge la poderosa figura espectral de Aspe. Es fundamental focalizar el vínculo financiero superestratégico entre la Santa Trinidad “invisible” de Wall Street –BlackRock/BlackStone/Evercore Partnership (Protego)– con sus respectivos jerarcas: el israelí-estadunidense Laurence Fink, Ralph Schlosstein y Roger Altman cuya bisagra en México es la dupla Aspe/Videgaray.
Ningún ex presidente, político y empresario “mexicano” ha tenido el acceso a las entrañas del poder financiero de EU como Aspe, al grado de haber formado parte, hasta septiembre pasado de la poderosa cuan letal calificadora Standard and Poor’s (SandP): subsidiaria de McGraw Hill Companies de la que fue vicepresidente nada menos que el superespía de EU, John Dimitri Negroponte, además de ser una de las principales donadoras del CFR.
Sin contar su ubicuidad doméstica (v. gr. Volaris), es apabullante la participación ejecutiva de Aspe en el verdadero olimpo financiero de EU: Black Rock/Black Stone/Evercore Partnership (Protego) /SandP/Capital IQ/MG Capital/Carnegie Corp./Marvin and Palmer etcétera. Destaca también la membresía ejecutiva de Aspe en la polémica aseguradora AIG, que merece mención especial por su participación en el doble (¡supersic!) cobro del “seguro” de las Torres Gemelas.
Las redes de AIG son imponentes en Wall Street. Tanto AIG (Bajo la Lupa, 26/9/04: “NY: los dueños del WTC” y Bajo la Lupa, 22/6/05: “¿Demolición controlada de las Torres Gemelas y complot de Estado?”) como SandP han sido desacreditados por sus manejos esotéricos en el siglo XXI. Debido a los ataques salvajes de SandP contra la “deuda soberana” de países europeos y sus empresas, que parecen ataques militares blitzkrieg, la Unión Europea ha propuesto crear una agencia alternativa, lo cual no se ha podido concretar, mientras los chinos, rusos y africanos han lanzado sus propias agencias calificadoras de corte multipolar (GEAB núm. 80).
AIG, la mayor aseguradora del mundo en más de 130 países, como consecuencia de su crisis de liquides en la crisis de 2008, fue rescatada por la Reserva Federal mediante la compra de 80 por ciento de sus acciones y una generosa línea de crédito por la escalofriante cifra de 182 mil 500 millones de dólares. Luego se supo, en un escandalazo, que 90 mil millones de dólares prestados a AIG por el gobierno de EU fueron para colmar los agujeros negros de sus pérdidas en derivados financieros con Goldman Sachs y otros bancos no estadunidenses: Societé Génerale (Francia), Deutsche Bank (Alemania) y Barclays (Gran Bretaña). Sucede que AIG había especulado con 440 mil millones de dólares en los tóxicos credit default swaps (CDS).
En forma insolente, el anterior director de AIG, el israelí-estadunidense Maurice “Hank” Greenberg, entabló un juicio insólito contra la administración Obama por no haber proporcionado “suficiente (¡supersic!) ayuda” (Rolling Stone, Matt Taibbi, 9/1/13). Por demás estrujantes son los vínculos corporativos de AIG con Jacob Frenkel –ex gobernador del Banco de Israel, capturado en el robo a una tienda de Hong Kong–, JP Morgan, Goldman Sachs, Merry Lynch, Wachovia (atrapada en el mayor blanqueo en México), Reserva Federal de Nueva York, Bank of America, Citigroup, Bill y Hillary Clinton Foundation, Blackstone Group, etcétera.
A tal burbujeante cuan esotérico olimpo financierista de Wall Street, el mundo empresarial del 11/9, pertenece Aspe: fundamental pieza bidireccional de la privatización de Pemex.
Fuente: La Jornada
Fuente: La Jornada