Su muerte, un mensaje del gobierno para atemorizar a grupos disidentes: familiares
Fernando Camacho y Josefina Quintero | Periódico La Jornada | Domingo 26 de enero de 2014, p. 11
El activista y director teatral Juan Francisco Kuykendall Leal, quien padeció una fractura craneoencefálica durante las manifestaciones del primero de diciembre de 2012 contra la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, murió durante las primeras horas de ayer, luego de sufrir un paro cardiorrespiratorio.
“Kuy falleció a las 5:05 de la mañana. Todavía no me han dado el acta de defunción y no sabemos cuál van a decir que fue la causa clínica, pero desde las 2:30 entró en paro cardiorrespiratorio”, informó en entrevista con La Jornada Eva Palma, compañera sentimental de la víctima.
El estado de salud de Kuykendall Leal –quien desde hace tres meses se encontraba internado en el Hospital General de Zona número 30, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)– ya era crítico desde hace mucho tiempo, explicó.
“Ya estaba muy desnutrido, con escaras (costras) muy profundas, y como usaba sonda para orinar y comer, las infecciones lo empezaron a atacar. Apenas el viernes que fui a verlo noté que ya tenía muchas dificultades para respirar”, contó Palma.
“La reflexión que me queda es que hombres tan productivos y tan preocupados por la cultura, como Kuy, quien fue activista desde los años 70, no merecen terminar como él por culpa del Estado, por hombres como Peña Nieto, (Migue Ángel) Osorio Chong o Manuel Mondragón, que fueron quienes ordenaron el operativo aquel día.
“Es muy injusto el sistema capitalista, y finalmente mi compañero cae en la lucha, pero nos deja su ejemplo, su legado, y lo vamos a reivindicar, como adherentes de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Él cayó en batalla por sus ideales”, enfatizó Palma.
Como se recordará, tras recibir el impacto de un proyectil en la cabeza –que pudo tratarse de una bala de goma o una granada de gas lagrimógeno–, Kuykendall Leal sufrió una fractura en el cráneo que lo hizo perder parte de la masa encefálica.
Los amigos, compañeros y familiares del activista señalaron que su muerte es un ejemplo de la impunidad persistente en México y un mensaje enviado por el gobierno para atemorizar a los grupos disidentes.
Rodrigo y Fernanda Kuykendall Chávez, hijos del fallecido luchador social, dieron a conocer una carta en donde lamentan su muerte, pero al mismo tiempo manifiestan su orgullo por el amor, la honestidad y el valor demostrados por él.
“Por un lado, sentimos amargura por la sombra del hecho por el cual él partió. Por el otro, nuestro corazón está lleno de luz y alegría al saber que hay cosas indestructibles, y que la verdad nos hace libres. Hoy, Kuy, estás más allá del bien y del mal, de la luz y las sombras”, manifestaron.
La abogada Bárbara Zamora, representante legal de Kuykendall Leal, afirmó que este caso es una muestra de la “absoluta falta de justicia” que padecen las víctimas, pues hasta la fecha no se ha encarcelado ni se ha citado a comparecer a ningún agente policiaco por lo ocurrido en las manifestaciones del primero de diciembre de 2012.
“La Procuraduría General de la República (PGR) está propiciando la impunidad total de este crimen, tanto de los policías que participaron como de sus jefes, quienes ordenaron el uso de armas con balas de goma y granadas de gas lacrimógeno, que fue lo que le provocó a Kuy una lesión irreversible en el cerebro”, denunció.
Cabe recordar que Kuykendall, desde diciembre de 2012 y ante la gravedad de sus lesiones, fue inducido al coma y desde entonces jamás logró rehabilitarse ni recobrar plenamente la conciencia.
El pasado 8 de marzo ingresó a la Unidad de Medicina Física del IMSS, hospital Colonia, donde empezó a recibir una terapia formal de rehabilitación, de lenguaje y física. Los neurólogos advertían que el paciente quedaría con secuelas en el sistema nervioso central.
Sin embargo, sus últimos días el luchador social los pasó internado en el Hospital General de Zona número 30, del IMSS.
Fuente: La Jornada
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