domingo, 9 de junio de 2013

El policía que se hizo millonario al amparo de García Luna

Armando Espinosa de Benito, que fue alto funcionario de la Policía Federal en tiempos de Genaro García Luna, ha sido acusado en averiguaciones previas y por el propio narcotraficante Edgar Valdez Villarreal La Barbie de recibir sobornos del crimen organizado. Una investigación de Proceso muestra que El Güero Espinosa acumuló en cuatro años ocho propiedades que valen más de 37 millones de pesos, siete de las cuales no reportó en su declaración patrimonial.
9 junio 2013 | Anabel Hernández | Proceso
MÉXICO, DF (Apro).- El calor de abril invade el ambiente del inmenso jardín de la residencia marcada con el número 10 de la calle Tabachines, en Lomas de Cocoyoc, Morelos. La barra de bebidas refrescantes y alcohólicas está bien surtida y, al son del mariachi, las carcajadas y la abundante comida, el calor es más humano que atmosférico.

 El rey de la fiesta es Armando Espinosa de Benito, uno de los más poderosos jefes de la Policía Federal y a quien le gusta autodenominarse "dios". Actúa como si lo fuera. Cincuentón, con canas en las sienes, usa el cabello castaño medio relamido hacia atrás. Viste pantalón beige y guayabera blanca de manga corta.

 Está extasiado, sonriente, a ratos grotesco. Abraza a un invitado mientras los mariachis tocan la última nota de una canción. La escena reproduce con fidelidad la imagen de los jefes policiacos en México.

 –¡Otra, otra, otra! –grita la concurrencia, animando a Espinosa de Benito. Él suelta la carcajada de quien se sabe impune.

 Se trata de la comida de cumpleaños con la que acostumbra celebrar a su esposa Rebeca Ibarra Panszi en su residencia, que vale por lo menos 8 millones de pesos. Está muy lejos de las posibilidades que su salario de policía le permite; quizás por eso nunca la ha reportado en su declaración patrimonial.

 "¡Ya sabes que yo soy una música, compadre!", exclama, con las mejillas rojas y dirigiéndose a un invitado.

 "Eres un folclor", le responde una voz masculina.

 Complacido, el jefe policiaco se lleva la mano a la nariz en un gesto en el que parece extraer algo de la fosa nasal. Qué importa, es su casa, es su fiesta y es "dios".

 Su propia familia, para ostentar su nivel de vida, subió el video de la fiesta a Facebook. Ahora el jefe policiaco está sujeto a la rendición de cuentas y al escrutinio público.

 En 2001 Espinosa de Benito, sólo con la preparatoria terminada, era uno más en la Agencia Federal de Investigación (AFI) que comenzaba a dirigir Genaro García Luna. Tenía una larga carrera en la Policía Judicial Federal, que luego se convirtió en la AFI, y en otras instituciones policiacas, pero no prosperaba.

 CRECE COMO LA ESPUMA

 Pasó muchas penurias antes de poder gozar de la riqueza con su esposa, Rebeca Ibarra Panszi. Los dos provienen de familias humildes y se conocieron muy jóvenes en la colonia Portales de la Ciudad de México. El padre de Armando era carnicero y la madre de Rebeca trabajaba para subsistir. Se casaron porque la cigüeña venía en camino. Rebeca tenía 17 años.

 A los 19, Armando Espinosa de Benito ocupó su primer puesto policiaco en un crucero capitalino. Su padre convirtió la carnicería en la taquería El Tancítaro, que sigue manejando uno de sus hermanos.

 La vida de Espinosa de Benito siguió siendo modesta durante 29 años, hasta que se sacó el premio mayor sin comprar boleto: en 2001 se hizo cercano a Genaro García Luna, director de la AFI, y a su brazo derecho, Luis Cárdenas Palomino. Sus bienes patrimoniales y su tren de vida crecieron como la espuma.

 Documentos de la AFI indican que su domicilio oficial era avenida 1501 número 35, en la sexta sección de la populosa Unidad Aragón de la delegación Gustavo A. Madero. Su declaración patrimonial de 2003, cuando era director de área en la AFI, indica que su único ingreso era el sueldo de 50 mil 181 pesos mensuales, con lo que mantenía a su esposa y a sus dos hijas: Nora y Rebeca Espinosa Ibarra. En el mismo documento reporta la compra de una camioneta modelo 1999. No registra ninguna propiedad.

 En la declaración de 2005 Espinosa de Benito, entonces comandante en el área de Investigaciones de la AFI, dice tener un ingreso anual total de 929 mil 136 pesos. Dice que en febrero de 2004 compró un departamento de 120 metros cuadrados con valor de 605 mil pesos y un menaje de 750 mil pesos, más caro que el inmueble.

 El inmueble se localiza en la colonia Campestre Churubusco en la avenida Cerro de las Torres 259 y su valor comercial, que aún conserva, es de 1.5 millones de pesos.

 Para entonces también tenía un modesto departamento en la esquina de Cerro de Tezoyo esquina con Canal de Miramontes, en la misma colonia, donde siguió viviendo pero que no reportó en su declaración. De acuerdo con la investigación de Proceso, Espinosa de Benito aún tiene el departamento y quería venderlo en casi un millón de pesos.

 FIESTAS EN COCOYOC

 De acuerdo con los registros oficiales del municipio de Atlatlahucan, Morelos, Espinosa de Benito posee dos propiedades en Lomas de Cocoyoc. La primera la adquirió hace más de 15 años, cuando era sólo un agente de la Policía Judicial Federal. Se localiza en la calle Encino número 12, lote 5, manzana 44, y es una pintoresca casa de un nivel, con alberca y jardín impecable, la cual ha sido remodelada por lo menos en tres ocasiones.

 Esa vivienda tiene costosa ventanería alemana, jacuzzi en la recámara principal y una fuente que da hacia la pared trasera. Está totalmente amueblada y equipada, pero al paso del tiempo ya no cubrió las crecientes necesidades de lujo de la familia y actualmente se usa como "casa de visitas". Si se calcula por la zona donde se ubica, su valor comercial es de 2.3 millones de pesos.

 La segunda propiedad, donde se celebró la fiesta del video, fue adquirida entre 2005 y 2006. Según los registros oficiales de la tesorería municipal de Atlatlahucan, consta de dos terrenos que suman mil 53 metros cuadrados en la zona de Fincas y Paisajes, la más cara del fraccionamiento.

 Por la puerta de Tabachines lote 35, manzana 17, se entra a la residencia ampliada y remodelada en varias ocasiones. Cuenta con pisos de mármol, puertas de maderas finas y un vitral de doble altura. Tiene tres recámaras, sala, comedor y una terraza que da a una piscina con cascada y jacuzzi.

 Por la calle Fresnos, lote 5, manzana 44, un portón en forma de arco es la entrada al magnífico jardín de 543 metros cuadrados. En sus ratos de ocio Espinosa de Benito se da el gusto de podarlo él mismo, vestido con bermudas, una playera del gobierno de Estados Unidos y una gorra.

 A juzgar por las imágenes y el video que subieron los familiares, sus fiestas son frecuentes. El mariachi y la marimba nunca faltan, al igual que las carpas, las mesas decoradas y la pista de baile. De acuerdo con el valor comercial en la zona, esa propiedad alcanza los 7 millones de pesos.

 La señora Rebeca Ibarra Panszi aparece como propietaria de las dos casas en las cuentas prediales de la tesorería municipal. Ella obtuvo su certificado de preparatoria hace sólo tres años. Nunca ha trabajado, siempre se ha dedicado al hogar, y su familia de origen sigue en la modesta situación económica que tenía en la colonia Portales, por lo que le sería imposible tener ingresos propios tan altos como para adquirir y mantener las residencias en Morelos.

 LAS RESIDENCIAS DE COYOACÁN

 En la misma época en que Espinosa de Benito adquirió y remodeló la residencia principal de Lomas de Cocoyoc, compró y mandó remodelar intensivamente una casa en Cerro de Macuiltepec 74, en la colonia Campestre Churubusco, delegación Coyoacán.

 Desde enero, la casa, que tiene un terreno de 190 metros cuadrados y 300 de construcción, está en venta. Piden por ella 5.5 millones de pesos. La publicidad señala que tiene "acabados de lujo", ventanería alemana con doble vidrio, pisos de mármol y encino americano, y aire acondicionado. En sus cuatro niveles cuenta con tres recámaras; eran cuatro, pero –dice la publicidad– convirtieron una en un "maravilloso y amplio vestidor". Además, hay estudio, terraza, tres baños y medio, caja fuerte…

 El corredor inmobiliario la promociona como nueva porque, explica, cuando el jefe policiaco la compró, mandó desnudarla hasta quedar en los tabiques a fin de rehacer todos los acabados.

 En enero de 2007, su hija Nora se casó con Rafael Navarro Hernández. En diciembre de 2006 Espinosa de Benito le compró una residencia en Cerro de la Estrella 19, a unas cuadras de la casa paterna. Para cuidar su patrimonio, Espinosa de Benito y su esposa se quedaron como beneficiarios del usufructo vitalicio del inmueble y le dejaron a su hija la llamada "nuda propiedad", restringiendo así su derecho.

 Al año siguiente, en enero de 2008, su hija Rebeca contrajo matrimonio con Erick Friedman y a ella también le compró una residencia en la calle Cerro de la Carbonera 138, bajo el mismo régimen jurídico.

 Espinosa de Benito aplicó a las casas que ocupan sus hijas la misma renovación y tienen los mismos acabados que la casa de Cerro de Macuiltepec, como se ve en las fotos que exhiben en Facebook. Son de tres niveles y cada una vale 5.5 millones de pesos, como la casa paterna.

 En la casa de Nora se acondicionó un moderno bar con dos pantallas de televisión, iluminación en la barra, sillas adecuadas al estilo modernista y balones de futbol de colección. Además, se acondicionó una habitación con cama, colchón y cobijas para sus cuatro perros

 La hija menor, Rebeca, le ha pedido a su padre que le remodele la casa al menos dos veces: una fue para derribar un largo muro de roca volcánica y poner una pared chillona a lo largo y ancho de su bar privado. En la planta superior tiene su propia sala de cine. También tiene afición por las mascotas e igualmente les asignó una recámara a sus tres perros.

 Ninguna de las tres residencias en Campestre Churubusco fue registrada por Espinosa de Benito en sus declaraciones patrimoniales.

 LOS LUJOS DEL LICENCIADO

 En 2008 el jefe policiaco adquirió su actual residencia, en la calle de Luarca 20, colonia Parques del Pedregal, delegación Tlalpan. Frente a su fachada posó su yerno Francisco Navarro en una motocicleta y subió la foto a Facebook.

 También ese inmueble fue dejado en tabiques para remodelarlo totalmente, excepto el piso de mármol color salmón. En algunas áreas colocó encino americano y mandó instalar un elevador equipado con teléfono, que lleva del salón de fiestas a la cocina y de ahí a la planta alta, donde están las recámaras.

 De las tres recámaras, la de la señora Rebeca tiene un vestidor tan grande como otra habitación. Ahí es donde la esposa del mando policiaco guarda su colección de zapatos Louis Vuitton. Le gustan tanto que en Perisur, donde es clienta frecuente, compra el mismo modelo en la versión de tacón y flats con bolsas que le hagan juego. Ella misma se encarga de mostrar esa parte de su vida personal en las redes sociales. Incluso presumió el pastel de cumpleaños con el que festejó a su yorkshire terrier cuando cumplió dos años.

 Además de sus excentricidades, la esposa y las hijas del jefe policiaco presumen en Facebook sus viajes por Europa al menos una vez al año. El último fue una larga estancia en Barcelona en abril pasado.

 En un muro de la sala de estar del piso de recámaras, cuelgan cuadros con las firmas de Diego Rivera y José Luis Cuevas, que la esposa del policía presume como auténticos.

 En la planta central se ubican la extensa sala, un comedor a desnivel y un estudio. Y en la planta baja hay un amplio salón de fiestas con un letrero sobre la barra: "Armando’s Bar". Tiene una cava, iluminación de discoteca automatizada, dos pantallas de plasma y una máquina de humo para ambientar los festejos.

 La cuenta catastral de la residencia de Luarca, con un valor comercial de al menos 9 millones de pesos, conserva el nombre del propietario anterior, pero en los registros del fraccionamiento aparece como dueña Rebeca Ibarra.

 En 2009, siendo coordinador general de las Fuerzas Federales de Apoyo, como anotó en su declaración patrimonial, Espinosa de Benito tenía un ingreso anual de 1 millón 883 mil 269 pesos, reportó como única propiedad el departamento de la Campestre Churubusco y por primera vez admitió una cuenta bancaria con 1 millón 350 mil pesos.

 En 2009 el jefe policiaco ya había acumulado ocho propiedades, pero sólo declaró una ante la Secretaría de la Función Pública. Con sólo la preparatoria terminada, Espinosa de Benito era un ejemplo de éxito. Tan exitoso era que, sin consignar nunca antes que estaba estudiando una carrera universitaria, en su declaración patrimonial de 2010 Espinosa de Benito registró su ascenso a coordinador general de Inteligencia de la Policía Federal y apareció convertido en licenciado en derecho por la Universidad Insurgentes.

Fuente: Proceso