domingo, 3 de febrero de 2013

Carecen de apoyo heridas por "mufa"

Queda sin investigar estallido en el Centro Histórico 
Requieren victimas operaciones adicionales, pero nadie las ayuda y no hay responsables 
3 febrero 2013 | Arturo Sierra | Reforma 
La vida de una adolescente y su abuela cambió en segundos por la explosión de un registro eléctrico, pero nadie se ha hecho responsable a 8 meses del siniestro.
La carrera de modelaje de la joven de 17 años se truncó, ahora requiere una cirugía plástica, por las quemaduras sufridas, y su abuela necesita una operación de la columna vertebral. 

Ambas mujeres resultaron heridas el 31 de mayo del 2012, en Isabel la Católica y 16 de Septiembre, por uno de los registros -conocidos como mufas- (sic) que estalló. 

Ese jueves Brenda Michelle salió de la Universidad y su abuela, Yolanda, pasó por ella y la acompañó al Zócalo. 

Brenda recuerda que ella miraba los aparadores de ropa cuando de pronto sintió un fuerte golpe, fue lanzada contra la pared y su ropa estaba envuelta en llamas. 

Sentía ardor en la piel, todo era confusión, y algunas personas la ayudaban a apagar el fuego que la envolvía; su abuela había sido lanzada a unos 4 metros de distancia, y se encontraba en medio de la calle. 

"Íbamos caminando, no había humo, no había nada, de repente hubo una explosión, hubo fuego", dice la joven. 

"Tengo quemaduras de primero, segundo y tercer grado, tuve una superficial en brazo derecho y cara". 

Al caer, su abuela sufrió lesiones en la columna vertebral. 

Las dos fueron trasladadas a un hospital del ISSSTE, pero a petición de la Comisión federal de Electricidad (CFE) fueron trasladadas al Hospital San Angel Inn. 

En el 2010 hubo 172 incidentes con registros eléctricos en el Centro Histórico; en el 2011 fueron 128, y en el 2012, 266. 

Los primeros días, pagaron la atención médica de Brenda y su abuela, pero al paso de los meses las cosas se complicaron. 

"Después ya no quisieron, los medicamentos no nos quería dar e iban por nuestro bolsillo, al algo que nosotros no planeamos", lamenta Brenda. 

A la par de las dificultades económicas, la joven tuvo problemas sicológicos, pues se negaba a salir de su casa y tenía miedo de ir a la escuela. 

"Mi vida cambió totalmente, mis sueños se transformaron en otra cosa, mi vida, mi escuela; tenía un contrato de modelaje (con una empresa de ropa), ahora no me puedo poner ni una falda. 

"Todo terminó desde que pasó el accidente, hay gente que no sabe del tema y hacen burlas de las quemaduras, porque no lo han vivido", señala la adolescente. 

La CFE canceló el pago de los gastos médicos y, como no hubo denuncia de lo ocurrido ante el Ministerio Público, las autoridades no investigaron quién fue el responsable del suceso que causó lesiones a Brenda y a su abuela. 

Su recuperación no es completa, porque no tienen dinero para costear las operaciones que necesitan y la CFE ya no las apoya. 

"Me dijeron que mi operación de columna tenía un costo de 500 mil pesos, pero como yo ya estaba vieja ni valía la pena gastar, pues cuánto me iba a quedar de vida", señala Yolanda. 

Edwin Alaín Picazo, su abogado, afirma que presentaron una denuncia penal contra la CFE, como responsable del registro eléctrico, y la Secretaría de Protección Civil del DF, por considerar que tenía la obligación de prevenir los accidentes. 

"Queremos justicia, sólo eso, nosotras estamos lastimadas por culpa de otras personas", dice Brenda. 

Reforma